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(CNNMéxico) — Los servicios de inteligencia de Estados Unidos espiaron las comunicaciones telefónicas del Vaticano y del Papa, según el semanario italiano Panorama, en su edición que publicará este jueves.

Entre los 46 millones de llamadas telefónicas interceptadas en Italia “hay también [comunicaciones] desde y hacia el Vaticano”, escribió Panorama, que no cita fuentes, en un artículo enviado por anticipación este miércoles a diversos medios.

Entre las conversaciones escuchadas estaban, según la revista, las que se producían en la Domus Internationalis Paolo VI de Roma, la residencia donde se alojó el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, antes de que comenzase el cónclave que le eligió papa el 13 de marzo de 2013.

La publicación recuerda que el nombre del ahora papa Francisco ya había surgido en los documentos filtrados por el portal WikiLeaks de Julian Assange, el cual reveló despachos de los servicios secretos estadounidenses en los que se hablaba de Bergoglio como uno de los papables en el cónclave de 2005.

Además, entre los espiados se encontraría el presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco del Vaticano, el alemán Ernst von Freyberg, que fue nombrado en febrero de 2013 por Benedicto XVI tras los escándalos que salpicaron a su predecesor.

Panorama explica que las llamadas captadas en el Vaticano se archivaban bajo cuatro clasificaciones: Leadership intentions(Intenciones de liderazgo), Threats to financial system (Amenazas al sistema financiero), Foreign Policy Objectives (Objetivos de política exterior) y Human Rights (Derechos Humanos).

El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, minimizó la importancia de esta información.

“No tenemos ninguna información sobre este tema y de todas maneras no tenemos ninguna preocupación al respecto”, declaró Lombardi a la prensa, en reacción al artículo de Panorama.

Estados Unidos rechazó categóricamente este martes recientes acusaciones sobre una supuesta intercepción de las comunicaciones de los ciudadanos europeos por la NSA, afirmando que se trataba de “datos suministrados” por las agencias de inteligencia europeas.