Los Angeles (CNN) - Ayer no estaba claro si hoy volvería a abrir la terminal 3 del aeropuerto internacional de Los Ángeles después de que ayer viviera el asalto de un pistolero que sembró el pánico y generó el derramamiento de sangre, con tres heridos y un muerto. Además, no estaba claro por qué un hombre de 23 años de edad, identificado por el FBI como Paul Anthony Ciancia, asaltó ese área viernes. Pero es evidente que el sospechoso, que paralizó uno de los aeropuertos más concurridos de Estados Unidos, iba armado y era peligroso.
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Tenía suficiente munición para “¡que todo el mundo hubiera muerto en esa terminal”, dijo el alcalde de Los Angeles Eric Garcetti. Cualquiera sea la razón, el sospechoso, armado con lo que, según la policía, era un rifle de asalto, abrió fuego, matando a uno y dispersando a decenas viajeros antes de ser herido y capturado.
Una pista sobre las intenciones del sospechoso provenía de testigos del caos. Algunos dijeron que el hombre armado preguntó a varios de los pasajeros “Oye,¿eres de la TSA?” - La sigla de la Administración de Seguridad en el Transporte. Si decían que no él seguía adelante.
Uno de los viajeros entrevistados, Leon Saryan, le dijo Anderson Cooper, de CNN, que el mismo hombre que acababa de derribar a un oficial de la TSA se acercó a él con calma y le preguntó:”¿TSA?”. Saryan lo explica: “Sacudí la cabeza negando y él siguió su camino”.
Las autoridades descubrieron que el sospechosos guardaba material con información antigubernamental y que expresa su ira contra la TSA, en concreto, de acuerdo con un funcionario federal.
El oficial de la TSA asesinado es el primer empleado de esa agencia creada en 2001 que muere en el cumplimiento de su deber. La agencia lo identificó como Gerardo Hernández, que habría cumplido 40 años la próxima semana. Estaba trabajando como corrector de documentos de viajes en el momento de los disparos, según el sindicato de trabajadores federales de la TSA.
Otros dos agentes de la TSA también recibieron disparos, uno en la pierna, dijeron las autoridades.
El presunto asesino fue detenido tras recibir varios disparos en el pecho, de acuerdo a una fuente de inteligencia informada por la policía de Los Angeles. El viernes por la noche estaba recibiendo atención médica en un hospital, según la agente especial del FBI a cargo David Bowdich.
Ronald Reagan UCLA Medical Center dijo que recibió tres heridos masculinos - una en estado crítico y dos en buenas condiciones. Uno de los dos en buenas condiciones tenían heridas de bala, mientras que otro tenía una lesión no especificada, dijo la doctora Lynne McCullough, un médico de urgencias en el hospital de Los Angeles. Uno de ellos fue dado de alta el viernes por la tarde, uno de los otros que se quedaron en el hospital fue Ciancia, según la fuente de inteligencia.
Los otros dos pacientes fueron trasladados al Centro Médico Harbor- UCLA en Torrance, dijo David Klurad, un cirujano del centro. Klurad describió que se trataba de una persona “de mediana edad”, con lesiones de menor importancia tras recibir un disparo en el hombro. El otro no tenía signos de vida cuando llegó al hospital, agregó el cirujano.
Terror en la terminal
El tiroteo provocó lo que el policía del aeropuerto Jefe Patrick Gannon describió como un “importante caos”. La gente corría para salvar su vida y se refugiaron donde pudieron, incluso en los baños, ya que las autoridades estaban persiguiendo al hombre armado.
Chuck Ocheret estaba entre aquellos en el aeropuerto cuando escuchó dos “ruidos tremendos”. “Entonces empezó esa loca carrera de gente y hubo una estampida desde donde procedían los rudios”, dijo Ocheret. “En realidad, nadie sabía lo que estaba ocurriendo”.
Un día por lo demás normal en la Terminal 3 hasta las 9:20 am (24:20 ET),cuando el sospechoso se acercó a un puesto de control. Allí, “sacó un rifle de asalto de una bolsa y comenzó a disparar”, dijo Gannon.
Saryan era uno de los pasajeros que estaba en el control de seguridad yc uando estaba quitándose los zapatos y el cinturón escuchó los disparos. “Todo el mundo se tiró al suelo, un oficial de la TSA agarró los zapatos de Saryan y empezó a correr junto a él, antes de que el pistolero rozara al oficial con una bala. “Me refugié en una esquina”, dijo Saryan.
El sospechoso seguía bajando por la Terminal 3, equipado con tres cargadores para su arma, según la fuente de inteligencia informada por la policía de Los Angeles. Y comenzó a correr por la Terminal 3.
Él iba acompañado. Gannon dijo que dos oficiales de su departamento respondieron “en cuestión de segundos al ataque y empezó a haber un cruce de disparos” y en e que los agentes perseguían con sus armas al sospechoso.
Vernon Cárdenas era otro viajero que estaba sentado en un extremo de la terminal, cuando oyó el ruido y vio una masa de gente que corriendo hacia él. Él y otros se atrincheraron tras una puerta de salida abierta y corrieron hasta la pista de despegue creyendo que allí estarían más seguros.
La rotonda donde Cárdenas estaba cuando todo empezó fue el lugar donde el derramamiento de sangre ocurrió, finalmente, terminó con el pistolero abatido por la policía, según la fuente de inteligencia. Ellos no quisieron arriesgarse con el sospechoso y lo esposaron a una camilla mientras le evacuaban al hospital. Las autoridades dijeron que encontraron más de 100 cartuchos de munición sin gastar.
El fuego fue tan inesperado y repentino que muchos pasajeros salieron corriendo de la terminal por seguridad, dejando atrás sus pertenencias.
Funcionarios LAX tuitearon que los pasajeros podrían recuperar parte de ellas el sábado, aunque de momento no se sabe a qué hora podrán hacerlo.