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By Kelly Wallace, CNN

(CNN) – El padre del niño de 9 años que infamemente se coló a hurtadillas en un vuelo de Minneapolis a Las Vegas el mes pasado rompió en llanto durante una conferencia de prensa, consternado por los problemas de conducta de su hijo y sus propios esfuerzos para corregirlo.

Las lágrimas de frustración de este padre llamaron la atención nacional a un serio problema: los padres agobiados por las dificultades sobre cómo disciplinar a sus hijos que repetidamente se portan mal.

“Soy un padre, no soy perfecto”, dijo el padre, que vestía una sudadera con capucha y una gorra para proteger su identidad.

Algún tiempo antes de la aventura en el avión de su hijo, dijo el padre, el niño había robado una furgoneta de reparto y un oficial de policía lo había llevado a su casa. El padre pidió al policía que entrara en su casa para que viera cómo disciplinaba a su hijo.

“Le dije, ‘Por favor, señor, ¿podría subir conmigo y ver cómo le azoto el trasero?’” le dijo el padre a los reporteros. “El oficial de la policía me dijo, “Si veo cómo azota a su hijo, tendremos que encarcelarlo”.

“¿Qué puedo hacer?”, preguntó el padre, visiblemente agitado. “Si azoto a mi hijo, termino en la cárcel. Si lo dejo continuar como está, me meto en problemas. Alguien, por favor, por favor, ayúdeme”. Durante las entrevistas con sicólogos y trabajadores sociales que trabajan con padres y niños en muchos temas, entre ellos la disciplina, dos cosas quedaron claras: Este padre ciertamente no está solo sintiéndose perdido sobre lo que debe hacer, y tiene muchas más opciones a su disposición de las se ha percatado.

Los niños que se comportan mal necesitan “una buena charla”

“Muchas veces, los padres van directamente al castigo y pasan por alto el paso más importante, que es la comunicación”, dijo Carl Pickhardt, un sicólogo de Austin, Texas, y autor de 15 libros sobre crianza, entre ellos “Surviving your Child’s Adolescence” (Sobreviviendo a la adolescencia de su hijo).

“Tiene que sentarse y tiene que tener una buena charla con su hijo para ayudar, en este caso, a ayudarlo a escuchar por qué (escabullirse dentro de un avión) no era seguro, por qué va en contra de la ley y cómo le hizo daño a otras personas, y luego analizan las consecuencias”.

Devra Renner, una trabajadora social clínica de un distrito escolar grande en el norte de Virginia, dijo que incluso si un niño ha hecho algo atroz, como el chico de 18 años que hizo un corte de mangas a un juez o el niño de 7 años que se fue de paseo, los padres deben tener un “periodo para reflexionar”, si ninguno corre peligro, antes de hablar con sus hijos respecto a su mal comportamiento.

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Podría ser esperar cinco minutos o cinco horas, dependiendo de las circunstancias y de si “las emociones son altas”, dijo Renner, coautora del libro “Mommy Guilt: Learn to Worry Less, Focus on What Matters Most and Raise Happier Kids” (Culpabilidad de mami: aprenda a preocuparse menos, enfocarse en lo que importa más y a criar hijos más felices).

“Intente no entrar en ese momento de lucha por el poder, porque siempre he dicho que no se racionaliza a gritos”, dijo la madre de dos.

Le decimos a nuestros hijos “No hagas esto” o “No hagas aquello” después de que hicieron algo mal, dijo Renner. “Pero ‘no’ no les dice a dónde dirigirse. No lo hace avanzar. Le dice que se detenga. Así que dígales lo que usted quiere que hagan”.

Hágale saber las consecuencias de su mal comportamiento, dicen los sicólogos.

“La mejor consecuencia no es la privación, es la reparación”, dijo Pickhardt, quien escribe una columna semanal para “Psychology Today”. “En función de que hiciste lo que no deberías haber hecho, tendrás que hacer cosas en el lugar para contrarrestarlo”.

Por ejemplo, si un adolescente roba dinero de un hermano menor, la reparación debería ser que realice trabajos extras en el hogar o en el jardín durante las próximas dos mañanas de sábado, dijo Pickhardt.

“Mientras están trabajando, están pensando sobre por qué están trabajando”, dijo.

Pickhardt, entre cuyos libros está “The Everything Parent’s Guide to Positive Discipline” (La guía para los padres sobre todo acerca de la disciplina positiva), también cree en hacer que el niño que se comportó indebidamente enmiende el daño. En el caso del adolescente que robó dinero a un hermano, esto podría ser escuchar cuánto daño hizo a su hermano, pagarle de vuelta lo que le robó y pasar tiempo de calidad con el hermano para reparar el daño que le hizo a la relación.

Sicólogo: “Fuera de control no es un problema, es una realidad”

Como el padre del polizón, muchos padres cuyos hijos continúan comportándose mal en grandes maneras se sienten fuera de control.

“Fuera de control no es un problema, es una realidad”, dijo Pickhardt. “Lo que hace la adolescencia es desilusionar a los padres”, agregó. Los padres creen que tienen el control sobre su hijo y luego se dan cuenta de que no es así. Pero lo que sí tienen es el control sobre su propia conducta, dijo.

Renner dice que algunas veces los agobiados padres incluyen en su carga una búsqueda exhaustiva de la respuesta adecuada para tratar los problemas de conducta de su hijo.

“Una de las cosas que tendemos a hacer es saltar en el internet e investigar todo lo que podamos o preguntarle a 5 millones de personas lo que deberíamos hacer, y se convierte en parálisis por análisis”, dijo. “Entonces quedamos inundados y no sabemos hacia dónde dirigirnos. Les digo a los padres que intenten una cosa y que sean consistentes con ella. Que se mantengan tranquilos con ella. Que sean comprensivos con ella”.

¿Azotar o no azotar?

De acuerdo con los sicólogos, si la primera medida de un padre o madre para encargarse del comportamiento de un hijo no funciona, deberían de intentar otra cosa, pero probablemente no debería de ser azotar, la cual dicen que se ha demostrado no ser beneficiosa para los niños.

Un estudio reciente publicado en la publicación Pediatrics descubrió que los niños de cinco años a quienes se les ha azotado continuaron con los problemas de comportamiento en la escuela primaria a diferencia de los niños a quienes no se les azotó.

A pesar de los informes a través de los años de que los azotes no sirven para nada, parece que muchos padres todavía lo hacen. Más de la mitad de las madres a quienes se les entrevistó en el estudio de Pediatrics, informaron azotar a sus hijos entre los 3 y los 5 años.

“Los azotes enseñan a pegar, así de simple”, dijo Pickhardt. “De manera que si no obtienes lo que quieres y eres más grande que yo, me puedes pegar para obtener lo que quieres. Esa es la lección de los azotes”.

“No voy a demonizar a cualquier padre que azote a sus hijos”, dijo Renner. “¿Creo que esto es lo más efectivo? No, no lo creo. “Creo que hay otras herramientas que podemos utilizar,”

Cuándo traer a los expertos  

Algunas veces, la corrección de los hijos necesita de la intervención externa, pero, ¿cómo saber cuándo buscar ayuda?

Primero, si un niño es un peligro para sí mismo, o para otros, un padre debe buscar ayuda inmediatamente, dijo Renner.

Si no existe un peligro o amenaza inmediata, otra forma de determinar si es el momento de buscar ayuda externa es ver qué tanto de nuestro día a día se ve afectado por lo que sucede con su niño, agregó.

“¿Tiene que salir temprano del trabajo? ¿Entrar a trabajar tarde? ¿Su hijo falta a la escuela? …Si su hijo tiene referencias disciplinarias, sus calificaciones están bajando o sus amigos o amigas ya no vienen a casa, todo esto es una señal que el mundo de su hijo está cambiando”, dijo Renner. “Los grandes cambios en su mundo pueden ser un indicativo de la necesidad de una tercera parte objetiva”.

El consejo de Pickhardt a los padres es buscar consejo cuando “se han perdido el afecto, la comunicación, cooperación o docilidad significativos y existe la necesidad de hacer que todos se comuniquen mejor y que la relación vuelva a su curso”.

Disciplinar al acosador  

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En vista del reciente arresto a dos niñas de 12 y 14 años en el caso de ‘ciberacoso’ en Florida por una niña que saltó a la muerte, le pregunté a Pickhardt y a Renner cómo debería un padre disciplinar a un niño que se descubre está acosando a otros niños.

“Si puede conseguir que la víctima acceda, haga que el acosador se reúna con el niño víctima del acoso y haga que el acosador… escuche lo que se siente estar del otro lado de la cerca”, dijo Pickhardt. “Vea si el acosador puede pedir disculpas y hacer algo para cambiar esa relación”.

Renner dice que los padres deben responsabilizar a sus hijos, de manera que si los descubren utilizando el ordenador o el teléfono para tener un comportamiento de acosador, dice, los padres deberían quitárselos.

También es crucial tener un comportamiento adecuado, dijo. “Siempre decimos que tenemos que enseñar a los niños… pero también debemos estar conscientes como adultos que los niños nos ven todo el tiempo”. (La madre de la niña de 14 años arrestada en el caso de ‘ciberacoso’ fue arrestada con cargos en un caso separado luego que un vídeo apareció en donde presuntamente se muestra a la madre dando puñetazos a dos niños.)

El objetivo del padre de un niño que acosa o actúa de alguna forma considerable -como escabullirse dentro de un avión, destrozar la casa de una persona o ser irrespetuoso con un juez- es comprender qué motivó el comportamiento en primer lugar.

“No creo que debemos concentrarnos en castigar a un niño por acosar. Debemos averiguar por qué ocurre ese comportamiento”, dijo Renner. ”   ¿Están comunicando que no tienen voz? ¿Están comunicando que quieren ser populares? ¿Están comunicando que se sienten impotentes o abrumados, o simplemente se meten con alguien porque pueden hacerlo?”

“Intentan decirle algo”, dijo.