Por Breeanna Hare, CNN

(CNN) — Después del año que tuvo, nadie podría culpar a Justin Bieber si realmente quiere retirarse.

El cantante de 19 años pasó los últimos 12 meses en medio de una tormenta pública de prensa negativa, malas decisiones, dolencias y malentendidos, todo mientras intentaba quitarse su popularidad de preadolescente.

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Con un semibigote sobre su labio superior, la estrella de pop pasó 2013 intentando afirmar su hombría y encontrar un puente hacia el lado adulto del mundo del pop; todo sin dejar de lado completamente la personalidad o a los fanáticos jóvenes que lo ayudaron a convertirse en estrella en primer lugar.

Es un equilibrio delicado y prácticamente imposible, una cuerda floja en la que Bieber, su exnovia Selena Gomez, y algunos compañeros como Miley Cyrus y Ariana Grande han caminado este año con varios grados de éxito.

Gomez, quien ahora tiene 21 años, ya dejó el papel que la hizo famosa con multitudes más jóvenes, el de Alex Russo en Hechiceros de Waverly Place de Disney Channel. Incluso mientras se hacía más reconocible gracias a la destreza de marketing de Disney, Gomez nunca fue exclusivamente definible por la serie; hubo desviaciones por álbumes con su banda, Selena Gomez & the Scene, y películas como Monte Carlo de 2011.

Pero incluso con esos esfuerzos, Gomez comenzó 2013 con una imagen todavía intacta como estrella adulta joven.

Aunque está en el mismo grupo de edad que su mejor amiga Taylor Swift, Gomez no disfrutó el mismo atractivo demográfico amplio.

Entonces, marzo trajo Spring Breakers de Harmony Korine, un proyecto astuto que apuntaba directamente al nexo de la feminidad emergente. Junto a una actriz que ya salió del otro lado de la transición de estrella adolescente, Vanessa Hudgens, y otra que está en la cúspide, Ashley Benson, de Pretty Little Liars, Gomez se puso un bikini e hizo las poses provocativas requeridas.

Fue el tipo de territorio de riesgo en el que legiones de estrellas adolescentes antes que ella han entrado, porque siempre envía un mensaje muy claro: ya no soy un niño, y es tiempo de que comiences a tratarme como un artista adulto.

“La transición es extraña y rara”, dijo Gomez a CNN sobre intentar madurar a la luz con proyectos como Spring Breakers. “Realmente no sabes qué es lo correcto y equivocado cuando lo haces, pero solo puedes hacer proyectos sobre los que estás realmente apasionado y esto fue algo que definitivamente fue emocionante”.

Regresa aproximadamente 10 años y escucharías algo similar de una Britney Spears de 21 años, quien causó su propio alboroto cuando besó a Madonna en los MTV Video Music Awards. “Honestamente, se trata de mí presentándose y expresándome”, dijo a CNN de la reacción a su comportamiento “adulto”, que en ese momento dejó a algunos, incluyendo este canal, cuestionándose cómo el cambio en la imagen de la exmiembro del club de Mickey Mouse afectaría a sus fanáticos jóvenes.

Aunque Spears quizá lo puso mejor cuando dijo, I’m not a girl; not yet a woman (No soy una niña, pero tampoco una mujer todavía), no fue la única que luchó. En ese mismo tiempo, Christina Aguilera “ensuciaba” su reputación con pantalones pegados y letras explícitas, y el exnovio de Spears, Justin Timberlake, estaba en medio de una reformación de un miembro de una banda de chicos a una estrella de pop auténtica al prometer tener a su interés romántico “desnudo para el final de esta canción”. Tomó ese atractivo sexual recién cultivado un paso más allá en el espectáculo del medio tiempo del Super Bowl 2004 cuando ayudó en la “falla de vestuario” de Janet Jackson.

Pero si hay que tener algo de consuelo para las celebridades jóvenes de hoy en día, es que cada uno de esos cantantes pudo pasar la fase “extraña y rara” que Gomez describió. Bieber especialmente está probablemente aliviado de ver que Timberlake sobrevivió a ese enorme escándalo para dominar las tablas años después con The 20/20 Experience.

En el caso de Bieber, puede terminar el año satisfecho de que se expandió artísticamente para ganar atención positiva por un sonido más grande, incluso si el mundo no está listo para aceptar al artista adulto en el que se convierte. Bieber nunca tuvo que competir para ser una parte de lo que se refiere como la “máquina Disney”, pero se volvió muy famoso muy rápidamente a una edad muy joven.

Las probabilidades todavía son difíciles para que el adulto promedio mayor de 21 nombre un éxito de Bieber que no sea Baby o One Less Lonely Girl, dos canciones que ayudaron a lanzar su carrera cuando tenía 15 años.

Así que cuando dice que planea retirarse; lo que hizo repetidamente en las semanas antes del fin de año en lo que podría o no ser una broma extensa sobre la cual no comentará su representante, quizá es más probable que no quiera dejar de cantar pero solo quiera retirar esa imagen vieja del cabello que vuela. En algunas formas ya hizo eso, incluso si fue inadvertidamente, con las constantes fotografías sin camisa que compartió, sus altercados con los paparazzi, y los rumores salaces que persiguieron la parte americana de su gira este año. La música que creó; canciones sensuales sobre el amor, el desamor y pláticas en la cama, con un video sugerente para que coincidiera, solo mostraron su disposición a dejar la mesa de los niños.

Una de sus compañeras de gira, Ariana Grande, mostró el mismo deseo en una forma mucho más sutil. A los 20 años, Grande es mejor conocida como Cat Valentine de menos de 18 años de Nickelodeon en Victorious y Sam & Cat de la cadena. Pero con el lanzamiento de su álbum debut, Yours Truly, en agosto, Grande probó que está lista y es capaz de manejar una audiencia más adulta.

Hizo eso sin los escándalos usuales, pero sí con un álbum número uno que ganó su entrada a plataformas más grandes, como una presentación en los American Music Awards de 2013 lo que le ganó elogios de cantantes como Lady Gaga y Kelly Clarkson.

Disney Channel dice que está consciente del terreno rocoso que está delante para los niños que quieren una carrera más allá del ámbito familiar del canal.

De acuerdo con Patti McTeague, vicepresidenta de Comunicación para Niños de Disney ABC Television Group, Disney Channel no intenta “controlar o dictar la imagen de un actor” mientras trabajan con la empresa, aunque ofrecen una orientación básica para ayudar a la estrella a prepararse para lo que está adelante.

Sin embargo, fuera de esa guía, McTeague dijo en un comunicado que “el talento tiene el control sobre su carrera; queremos que estén obligados al arte de su oficio no obligados con nosotros. Reconocemos que trabajamos con personas jóvenes en una transición en su desarrollo personal; es decir, adolescentes, y confiamos en los padres de los menores empleados para apoyar y guiar a sus hijos”.

Y, cuando el momento llega en el que el talento quiere mudarse de Disney, “no intentamos retardar el tiempo”, continuó. “Esperamos que, estos actores jóvenes continúen siguiendo sus sueños, explorando papeles que tienen sentido para ellos y lleven su carrera al siguiente nivel”.

Que al menos un exnombre de Disney, Miley Cyrus, haga ese salto a un nuevo nivel significó quemar esa imagen de la Casa del Ratón.

La cantante de 21 años intentó liberarse de su pasado Hannah Montana durante años, pero no fue hasta 2013 cuando pudo, en sus propias palabras, matar completamente al personaje que la hizo famosa.

Con una nueva estética, una afición descubierta por la fotografía sugestiva, una cuenta de Twitter sin filtros y un enfoque audaz a robarse el centro de atención en cada premiación que la tenía, Cyrus alegremente dejó que su imagen anterior amigable con los niños se incendiara. Aunque el público permaneció allí y vio como un conjunto colectivo de padres exasperados, Cyrus entra a 2014 con su misión lograda. El valor de impacto de ver a una cantante y actriz que alguna vez fue el ídolo de casi todo niño de nueve años en Estados Unidos colgar desnuda de una bola demoledora ya se fijó; hay poco, si es que hay algo, que necesita hacerse para hacer valer su independencia adulta.

La transición, al menos para Cyrus, está completa.