Por Ed Payne

(CNN) – Los neoyorquinos se despertaron esta mañana con el sonido de los carros que limpian las calles. En Washington, los trabajadores federales pudieron dormir unas horas extra. Y en Boston, los padres se apresuraron a tomar medidas mientras los niños disfrutaron de un día de nieve.

La mayor nevada de la temporada cubrió el noreste de Estados Unidos, con más de 30 centímetros en algunos lugares.

Las escuelas y las oficinas no abrieron, hay carreteras cerradas y miles de vuelos a tierra.

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En el aeropuerto La Guardia de Nueva York, decenas de viajeros lucían cansados ​​tras pasar una noche agitada y con falta de sueño en las sillas del aeropuerto y los pisos fríos. Las cancelaciones de vuelos pusieron escasas las habitaciones.

Susan Otterstrom se enteró el martes de que tenía que pasar dos días más en la Gran Manzana, en lugar de regresar a Illinois como estaba previsto.

“Recibí una llamada de que (mi vuelo) fue cancelado y no pude reprogramarlo hasta el jueves”, dijo a WPIX, afiliada de CNN.

Otro viajera dijo que estaba resignada a vivir la vida hasta que pudiera coger un vuelo.

“Yo voy a quedarme aquí y trabajar y dormir, y lo que sea”, dijo. “Haz lo que tienes que hacer”.

Para colmo de males, las aerolíneas ya han cancelado unos 1.400 vuelos este miércoles, después de cancelar más de 3.000 el día anterior, de acuerdo con FlightAware, un sitio que rastrea el estatus de los vuelos.

Impulsado por el aire frígido del Ártico, el potente sistema está causando líos arriba y abajo de la costa este, pero en especial de Washington a Boston. Una advertencia de tormenta de nieve está en curso para Cape Cod, Massachusetts.

“La mayor caída de nieve es probable que ocurra al sur de Nueva Inglaterra, donde entre 30 y 45 centímetros de nieve podrían llegar” dijo D. Hamrick del Servicio Meteorológico Nacional. “Definitivamente va a verse y sentirse como una de las maravillas del invierno”.

Advertencias de tormenta de invierno fueron esparcidas desde Carolina del Norte y Tennessee hasta Maine. Lo peor de la tormenta debe empujar hacia el Atlántico más tarde en la mañana, dijeron los meteorólogos.

La segunda ola de frío polar ha vuelto a convertir la región de las cataratas del Niágara en un espectáculo, tras congelarse su manantial.