El Ejército de Salvación no niega las acusaciones de que hubo abuso físico y sexual de niños bajo su cuidado durante varias décadas.

Por Jethro Mullen y Jessica King

(CNN) — Una comisión australiana está escuchando las denuncias de abuso físico y sexual de niños bajo el cuidado del Ejército de Salvación durante varias décadas.

El espeluznante trato en algunas casas de niños de la organización incluía violación, palizas, dejar encerrados a los niños en jaulas y, en un caso, obligando a un niño a comer su propio vómito, informó la comisión el martes.

Las audiencias públicas, que se llevaron a cabo en Sydney, son parte de una investigación de gran alcance sobre cómo las instituciones australianas respondieron a casos de abuso sexual en niños.

La fase actual se está centrando en la respuesta del Ejército de Salvación al abuso que tuvo lugar en cuatro de sus casas de niños en los estados de Queensland y New South Wales durante los años sesenta y setenta del siglo pasado.

‘El fracaso más grande’

El Ejército de Salvación no está negando el abuso, que salió a la luz previamente. Se ha disculpado, reconociendo que cientos de niños a su cargo sufrieron.

“Esta audiencia traerá a la luz el mayor fracaso en la historia del Ejército de Salvación en Australia”, dijo Kate Eastman, abogada del grupo, el martes, según Seven Network, filial de CNN.

Las cuatro casas en el centro de las audiencias fueron identificadas por la Comisión Real encargada de las respuestas institucionales ante abuso sexual de niños como aquellas donde la mayoría de los reclamos por abuso se realizaron al Ejército de Salvación.

Las casas: Indoroopilly y Riverview en Quennsland, y Bexley y Gill en New South Wales, fueron clausuradas antes de 1980.

Castigo y abuso

El día martes la comisión escuchó versiones acerca de castigos inusualmente brutales o humillantes, incluyendo el caso de una casa en la que dos niños fueron encerrados en jaulas ubicadas en un balcón.

“Otras formas de castigo incluían barrer el patio con un cepillo de dientes, limpiar 50 pares de zapatos, limpiar las jaulas de las palomas y, en una ocasión, obligar a un niño a comer su propio vómito”, expresó Simeon Beckett, asesor de la comisión.

Las acusaciones de abuso sexual generalizado llevadas a cabo por oficiales del Ejército de Salvación y por algunos de los niños bajo su supervisión también fueron descritos.

En la casa Bexley, miembros del público también abusaron de los niños, declaró Beckett, posiblemente con el conocimiento de los miembros del equipo del Ejército de Salvación.

“Estas personas tenían acceso a los dormitorios de los niños durante la noche y entraban a los mismos y agredirían sexualmente a los niños”, dijo él.

Denuncias desestimadas

Las evidencias sugieren que muchos de los niños no se quejaron del abuso sexual en su momento porque tenían miedo del castigo o las represalias, dijo Beckett.

Aquellos que sí se quejaron, por lo general, no fueron tomados en serio.

“En algunos casos, cuando se informaba del abuso, a menudo no se le creía a los niños y se les castigaba por denunciar lo que se calificaba como ‘mentiras’” dijo en la audiencia. .

Algunos de los residentes anteriores de las casas que son invitados a testificar en el curso de las audiencias esperan poder declarar que “aún cuando escapaban de las casas y recurrían a la policía a denunciar lo que ocurría, eran devueltos a las casas donde luego se les castigaba físicamente”, declaró Beckett.

Otros testigos que debían comparecer ante la comisión incluían miembros del personal de las casas y oficiales de las fuerzas de seguridad, el gobierno y el Ejército de Salvación.

El Ejército de Salvación ha efectuado pagos a muchas de las víctimas de los abusos.

“El Ejército de Salvación siente un profundo arrepentimiento por cada caso de abuso sexual efectuado a niños bajo nuestros cuidados”, expresa la organización en una declaración en su portal. “Estamos consternados que tales cosas sucedieran. Reconocemos que fue una falta de gran magnitud”.

La investigación sobre la respuesta del Ejército de Salvación está en la quinta fase de la audiencia pública llevada a cabo por la Comisión Real. Las audiencias anteriores analizaron los argumentos de acusaciones de abuso sexual por parte de organizaciones de niños y e iglesias.