Por Todd Leopold, CNN

(CNN) – El pelo. Las chicas. La gritería.

La conmoción creada por la invasión de los Beatles en Estados Unidos no podría ocurrir hoy. Simplemente estamos demasiados conectados.

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En el mundo actual, los frenéticos conciertos del fabuloso cuarteto en Hamburgo y en el club Cavern ya estarían publicados en YouTube. En Twitter, abundarían los comentarios sobre este nuevo grupo con su particular corte de pelo y la gritería de las fanáticas. Innumerables teléfonos celulares se levantarían en gloria para seguir cada uno de sus movimientos.

No habría elemento sorpresa, ni sensación de descubrimiento.

Pero hace 50 años, fue algo revelador.

El 9 de febrero de 1964, los Beatles hicieron su debut en los Estados Unidos en “The Ed Sullivan Show”. Sullivan era un elemento básico en la noche del domingo, uno de los grandes espectáculos de variedades, una versión de vodevil para la televisión, con comediantes, acróbatas y presentaciones de canto y baile.

A este verdadero carnaval llegaron cuatro caras nuevas de ingleses con sus particulares cortes de cabello y sus guitarras.

Los estadounidenses habían escuchado su música en las primeras semanas de 1964; “I Want to Hold Your Hand” ya era la canción No. 1 en el país y otras canciones de la banda se iban abriendo camino en el ranking de éxitos, pero John, Paul, George y Ringo eran en esencia fotos desconocidas y bidimensionales, en el mejor de los casos.

Su presentación en “The Ed Sullivan Show” dio inicio al fenómeno de la Beatlemania en Estados Unidos, una fiebre que ya había infectado a su país natal de Gran Bretaña. Este fenómeno duraría años, y se transformaría junto con la banda a medida que se presentaban en estadios, se retiraban al estudio, experimentaban con drogas, se casaron, se divorciaron, discutieron y al final, se separaron.

Ahora, medio siglo después, los Beatles están de vuelta, y la Beatlemania ha golpeado de nuevo.

CBS está transmitiendo un programa especial dedicado al grupo. La marca discográfica de los Beatles, Capitol Records, volverá a lanzar los 13 álbumes de la banda en Estados Unidos. CNN está transmitiendo “The British Invasion” (La invasión británica): una mirada en retrospectiva hacia la revolución musical que la banda generó. El coproductor del programa especial es Tom Hanks, quién hábilmente recreó la época en su película de 1996 “That Thing You Do!”.

Todos los que tengan un recuerdo -junto a Paul McCartney y Ringo Starr, los miembros que aún viven de Los Beatles- están hablando al respecto.

En los Premios Grammy, el domingo por la noche, McCartney y Starr se reunieron para cantar una canción y fueron mencionados varias veces por los presentadores. Yoko Ono y Olivia Harrison, viudas de John Lennon y George Harrison, respectivamente, presentaron el premio al álbum del año. Todos en la audiencia vitorearon.

En muchas maneras, la presentación del grupo en el programa de Ed Sullivan marcó el comienzó de una revolución cultural.

Dave Grohl, de los Foo Fighters, tal vez lo expresó de la mejor manera en la alfombra roja de los Premios Grammy.

“Los Beatles”, comentó, “son la base de todo lo que hacemos”.

‘Fue una situación increíble’  

Pero primero llegó el cabello, las chicas y los gritos.

“Empezó con chillidos, sirenas y pánico total”, escribió Gail Cameron en la revista Life, refiriéndose a su llegada al aeropuerto de Nueva York, John F. Kennedy -cuyo nombre acababan de cambiar luego de la muerte del presidente- y pocas veces dejó de mencionar el “estilo particular del pelo” o “el corte de pelo de los Beatles”.

Newsweek habló de ellos con desdén. “Visualmente, son una pesadilla: jóvenes acicalados con sus trajes ajustados eduardianos y peinados al estilo de un tazón”, escribió la revista.

El pelo, en un mundo de posguerra acostumbrado a cabellos cortos, en especial a los lados y en la parte de atrás, era una novedad. Los reporteros les preguntaban si podían tocarles el pelo. Los clubes de fans regalaban fragmentos, como si fueran pedazos de la Verdadera Cruz.

¿Pero los gritos?   Ya habían gritado antes -por Liszt, por Sinatra, por Elvis- y lo harían de nuevo. Pero nunca habían gritado de esta forma. La escena en el aeropuerto de Nueva York, las aglomeraciones que rodeaban al Hotel Plaza, los intensos gritos dentro del Estudio 50 de CBS para su debut en “The Ed Sulivan Show” eran, literalmente, algo que nunca antes se había escuchado.

“Yo hice tarjetas de apoyo para Presley y recuerdo que los chicos gritaban. Pero nada se compara a a lo que vi en ese momento. No puedes comparar los dos”, dice Vincen Calandra, quien en ese entonces, a sus 29 años, era un asistente de producción para Sullivan. “Era una situación increíble”.

Los Beatles eran como extraterrestres que llegaron a Estados Unidos en 1964. El asesinato de Kennedy ocurrido 10 semanas antes había dejado una penumbra sobre el país. Juntos, los dos eventos crearon una linea divisoria entre Antes y Ahora.

“Muchas personas no entienden por qué el programa de Ed Sullivan fue un momento fundamental en la historia de Estados Unidos y, en ese sentido, en la historia del mundo”, mencionó en un reciente discurso el ex gobernador de Arkansas y candidato presidencial Mike Huckabee.

“El país había pasado por una época muy difícil de lamento. …Había una gran cantidad de desesperación, congoja y decepción”, continuó. “Creo que las personas olvidan que todavía estábamos lamentándonos como nación”.

“Los Beatles trajeron algo más que música a Estados Unidos. Ellos trajeron esperanza”.

Ben Fong-Torres, ex editor de la revista Rolling Stone, le dijo a  Piers Morgan de CNN esta semana: “Ellos eran una novedad. Eran tan diferentes. Y eran muy buenos, encantadores y lindos”.

Aunque, en ese entonces solo los verdaderamente privilegiados -visitantes de Gran Bretaña, scouts de Sullivan, corresponsales internacionales- sabían qué esperar. Ellos sabían que algo estaba pasando, pero no sabían qué era.

Lo descubrirían.

‘¿Puedes comprar esto?’  

Estados Unidos era un país diferente. De algún modo, era apropiado que la apariencia de los Beatles fuera en blanco y negro. Los años 60 modernos y coloridos eran en parte el resultado de sus artesanías.

“Cuando nosotros llegamos aquí, todos ustedes estaban caminado por todas partes con sus mi**da de bermudas, corte militar de Boston y cosas en los dientes”, recordóJohn Lennon en 1970. “Nosotros simplemente pensamos ‘qué raza tan fea’”.

El efecto fue inmediato y abrumador.

En un país de 192 millones, más de 73 millones de personas vieron a los Beatles en el programa de Sullivan -un récord para un programa de entretenimiento y una cifra increíble incluso en una era de tres cadenas televisivas, cuando 25 millones de espectadores era un buen desempeño. Otros programas lo sobrepasarían –”¿Quién mató a J.R.?” en “Dallas”, el final de “M*A*S*H” -pero en nuestro fragmentado mundo de cable e internet, solo el Súper Tazón tiene mayores audiencias hoy en día.

Los Beatles también ayudaron a revivir el rock and roll. Sí, Motown y la música surf y los grupos pop femeninos estaban incursionando, pero en su adaptación de riffs de Chuck Berry, ritmos R&B y armonías de los Everly Brothers, los Beatles lo llevaron a otro nivel.

“En la radio sintonicé ‘I Saw Her Standing There’ y me convencí instantáneamente que era el rock and roll más emocionante que había oído”, el crítico de rock Greil Marcus, en ese entonces un estudiante universitario de Berkeley, escribió esto en “La historia ilustrada del rock and roll de Rolling Stone”.

Cuando un amigo le mostró el sencillo recién comprado, él estaba ansioso.

“¿Puedes comprar esto?”, le preguntó.

De regreso a los Beatles  

Lo compraron. Los Beatles dominaron las carteleras. Los habían contratado para tres programas seguidos de Sullivan; el segundo, emitido desde Miami, tuvo una audiencia casi tan alta como el primero. Para el 4 de abril, obtuvieron los cinco de los mejores cinco sencillos de los premios Billboard. La semana siguiente, 14 de sus canciones estuvieron entre las 100 mejores. Estos son dos récords que probablemente nunca serán superados.

De hecho, mucho de lo que los Beatles hicieron es ahora irrefutable. Las emisoras de radio no son tan abiertas como lo eran en ese entonces; nadie programaría nunca tantas canciones del mismo artista. Las gráficas de iTunes parecen cambiar hora tras hora, así que las tendencias son quitadas con los días. La música se ha dividido en una cantidad innumerable de microgéneros.

Mucha de la música popular -tanto la inventiva comercial como la artística- se remonta a la época de los Beatles. Si ellos vuelven, en realidad nunca se fueron.

Hace tres años, su álbum “Abbey Road” de 1969 fue el disco de vinilo más vendido del año. Hace trece años, su paquete de grande éxitos “1” fue el álbum No. 1 del país, manteniéndose en la cima por ocho semanas. Hace casi 20 años, sus tres volúmenes de “Antología” fueron los No. 1. Y así sucesivamente.

Los Beatles son parte de nuestro ADN cultural.

¿El cabello? Ahora es la norma. Los gritos son dedicados a la banda de chicos del día. La música aún retumba.

Sin embargo, en febrero de 1964, ¿quién podría saber lo que traería el futuro? Ni siquiera los Beatles imaginarían que se convertirían en nombres del hogar. Y la mayoría de los espectadores -además de los aclamados aficionados–solo podían ver otra moda pasajera para entretener a las masas y abrir paso al próximo.

“La única cosa que es diferente es el pelo, hasta donde puedo ver”, le dijo Ray Bloch, director musical de Sullivan, a un reportero. “Les doy un año”.