Por Tom Watkins, CNN
(CNN) – Pamela Rauseo estaba atrapada en el tráfico en una autopista de Miami el jueves, cuando su sobrino de 5 meses, quien iba sentado en su silla de auto detrás de ella, dejó de gritar, y en ese momento supo que algo andaba muy mal.
“Esa fue una señal de advertencia para mí, porque el auto estaba en un punto muerto; él había estado un poco resfriado, y yo sabía que estaba congestionado, así que me preocupé mucho”, dijo Rauseo el viernes, hablando de su sobrino, Sebastián de la Cruz.
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Ella tenía buenas razones para preocuparse cuando se detuvo sobre la carretera estatal 836, un tramo de seis carriles de concreto conocido como el Dolphin Expressway.
“Me hice a un lado a la izquierda, y salté hacia atrás para ver cómo estaba, y el bebé no reaccionaba. Estaba durmiendo, y lo toqué para estimularlo. No obtuve respuesta, así que lo saqué de su silla de auto; él estaba completamente flácido y poniéndose morado. Traté de llamar al 911, pero estaba tan nerviosa que mis manos no funcionaban”.
Rauseo pidió ayuda a gritos, y algunos conductores respondieron.
Lucila Godoy fue una de las primeras.
“Estaba conduciendo por el carril del centro; ella iba por la vía rápida, y de repente la veo, está gritando, cargando al bebé y moviéndolo de arriba hacia abajo”, dijo Godoy. “Solo paré el auto, salí de él, le pregunté qué estaba ocurriendo y comenzamos a trabajar en equipo”.
Godoy había tomado un curso de RCP, cuando ella se encontraba en Venezuela y estaba embarazada de su propio hijo, también llamado Sebastián. “Ni siquiera pensé en eso”, dijo. “Simplemente lo cargué como si fuera mi bebé. … Cuando la oí gritar ‘Sebastian’, eso fue duro”.
Pronto, un oficial de la policía de Sweetwater, Amauris Bastidas, se detuvo y ayudó a las mujeres a realizar las compresiones torácicas en el bebé cuya vida estaba en riesgo; él reanudó la respiración por su cuenta.
“Salvarle la vida a alguien; ese es mi deber”, dijo a WFOR, afiliada de CNN, el oficial a quien por lo general le asignaban patrullar en bicicleta el Dolphin Mall”. “Mi deber de actuar”.
El fotógrafo Al Díaz, del Miami Herald, estaba entre las personas atrapadas en el tráfico.
“Una camioneta se detuvo frente a mí, y no le puse mayor importancia”, le dijo a WSVN, afiliada de CNN. “Pero comencé a escuchar gritos, y no distinguía de dónde venían; vi mi teléfono, vi mi radio y de pronto, una mujer sale de un auto con un bebé en brazos mientras gritaba: ‘ ¡Ayúdame! ¡Ayúdame! Mi bebé no está respirando‘”.
Él salió en busca de ayuda y encontró que venía de todos lados; entonces, asumió su rol de fotógrafo y comenzó a documentar lo que veía. “Ese momento ya está congelado en mi mente”, dijo. “Así es como lo veo”.
Pero la prueba no había terminado. Sebastian dejó de respirar de nuevo.
“Fue como si la pesadilla empezara otra vez”, dijo Rauseo. Bastidas reanudó las compresiones torácicas”, y el bebé finalmente reaccionó, y esta vez fue durante mucho más tiempo, hasta que llegaron los bomberos”.
Sebastián fue trasladado al Hospital Jackson Memorial, donde se encontraba en estado crítico el viernes, dijo su tía.
“Confiamos en que va a estar bien”, dijo Rauseo. “Solo tenemos que llegar a la raíz de lo que le está ocasionando estos problemas”.