Por Jill Becker, especial para CNN

(CNN) – Muchos hoteles tienen tradiciones. No es tan inusual que ofrezcan horas felices todas las noches o den aperitivos gratuitos al registrarse.

Pero consideramos que los rituales en los alojamientos de Estados Unidos que hemos enumerado aquí sobresalen, ya sea por su extravagancia o por su mera longevidad. Creemos que usted querrá participar en la diversión.

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Marco Island Marriott Beach Resort, Golf Club & Spa, Florida  

El paso del día a la noche es también un motivo de celebración en este refugio frente a la playa en el suroeste de Florida. Todos los días al atardecer, multitudes se reúnen en la playa para ver un espectáculo que incluye el ritual de golpear el gong (eligen a un huésped afortunado para hacer los honores), el tradicional evento de soplar la caracola y luego, una presentación de 15 minutos del grupo de bailarines de fuego polinesios. ¿Qué mejor manera para empezar a relajarse después de un día de diversión bajo el sol?

The Peabody en Memphis, Tennessee  

Quizá la tradición hotelera más famosa de todas es el desfile de patos, que se lleva a cabo dos veces al día, y avanza balanceándose a través del vestíbulo de este histórico edificio ubicado en el centro de Memphis, como lo ha hecho durante los últimos 80 años. A las 11 a.m. y 5 p.m. todos los días, cinco ánades reales de Norte América salen de su grandioso recinto en la azotea, toman el ascensor (bajo la supervisión del encargado oficial de patos ) y luego se pavonean por una alfombra roja hasta llegar a una gran fuente de mármol en medio del vestíbulo, donde nadan y chapotean un poco hasta que es hora de encabezar el regreso a su majestuoso penthouse. Los patos del hotel Peabody son tan famosos que han hecho varias apariciones, desde un episodio de “Jeopardy!” hasta una edición de trajes de baño de Sports Illustrated.

The Algonquin en Nueva York  

Este histórico hotel en Manhattan también tiene una especie residente que sus huéspedes han llegado a conocer y querer: un atractivo felino llamado Matilda. Un gato ha sido una parte integrante del Algonquin desde que un felino callejero entrara al hotel en busca de comida y refugio en los años treinta. Ha habido 10 gatos en total; a todas las hembras las han llamado Matilda y a los machos, Hamlet (un apodo que supuestamente venía del famoso actor John Barrymore, quien interpretaba al príncipe shakesperiano en esa época). La actual gatita, que fue rescatada de un refugio local en 2010, es una criatura esponjosa de ojos azules; a pesar de tener libertad de andar por todo el edificio, a menudo opta por pasar el rato en la recepción, relajándose en las lujosas sillas del vestíbulo y recibiendo a los huéspedes que se registran.

St. Regis Atlanta, Atlanta  

La tradición de todas las noches en este exclusivo hotel de Atlanta sin duda involucra mucho descorche. Esto es porque todos los días, aproximadamente a las 6 p.m., ya sea el mayordomo de vinos o el gerente general se ubica afuera de la Vinoteca y ceremoniosamente abre una botella de champán con un sable para ayudar a celebrar la llegada de la noche. La práctica de abrir una botella de champán con una espada de estilo militar data de los días de Napoleón y se convirtión en un ritual aquí desde el momento en que el hotel abrió sus puertas en 2009. La sumiller Jennifer Sollinger incluso puede ofrecer consejos de cómo utilizar la técnica del sableado para abrir tu propia botella usando un cuchillo de cocina ordinario.

Hyatt Regency Lost Pines Resort & Spa Lost Pines, Texas  

Con un área de unos 405 acres a lo largo de las orillas del río Colorado, justo a las afueras de Austin, este complejo turístico hace un uso completo de los magníficos paisajes del centro de Texas, brindándole a sus huéspedes la oportunidad de participar en todo tipo de actividades, desde paseos en kayak y recorridos a caballo, hasta tiro con arco y tiro al blanco. Sin embargo, una de las actividades más populares del hotel es el encuentro semanal con las mascotas bovinas del complejo turístico, una pareja de bueyes de cuernos largos llamados T-Bone y Ribeye. Los domingos desde las 10 a.m. hasta el mediodía, los huéspedes que se dirijan a Riversong Lawn pueden subirse a las bestias para tomarse una foto única que será el recuerdo perfecto del “Lone Star State”.

Le Pavillon en Nueva Orleans  

“The Big Easy” podría ser conocido por las opciones del menú como beignets y jambalaya, pero los emparedados de mantequilla de maní y jalea son lo que los huéspedes ansían probar en esta histórica propiedad conocida cariñosamente como la “Bella de Nueva Orleans”. Desde 1988, cuando un hambriento huésped sació su antojo de este bocadillo, el hotel ha ofrecido una selección incluida de emparedados de mantequilla de maní junto a leche bien fría y delicioso chocolate caliente. El picoteo empieza todas las noches a partir de las 10 p.m.

Griswold Inn Essex, Connecticut  

Hablando de comida gratis, este hotel de 238 años, que es uno de los más antiguos en ser operados de forma continua, alberga una tradición que ha estado presente durante mucho tiempo, pero es poco conocida, la cual recompensa a cualquier persona que llegue a caballo, o en un carruaje tirado por caballos, con un almuerzo gratis en uno de sus tres restaurantes. Un residente local incluso tiene su propia tradición que ha formado con el paso del tiempo, la e de presentarse con carruaje y caballos para recibir su comida gratis cada dos años luego de acudir a las urnas en el Día de las Elecciones.

Sheraton Maui Resort & Spa Lahaina, Hawái  

Hace siglos, la realeza hawaiana llamó hogar a esta área de Maui, entre ellos el jefe Kahekili, quien gobernó la tierra desde 1749 hasta 1794. Lo conocían por dominar el antiguo deporte de Lele Kawa, el cual involucraba lanzarse de pie al océano desde un área rocosa a 121 metros de altura. En honor al hombre conocido como el rey del “Spirit Leap”, el Sheraton Maui ofrece una narración de su historia por la noche, la cual inicia con un guerrero vestido con taparrabos que enciende las antorchas ubicadas en la orilla de un elevado promontorio y continúa con una ofrenda de una guirnalda hawaiana al océano antes de dar un atrevido salto -esta vez de cabeza- hacia las olas.

Westin St. Francis, San Francisco  

Como una amenidad única para sus huéspedes, este lujoso hotel ubicado en la popular Plaza Unión lava cada una de las monedas que llega a sus arcas. La costumbre inició en 1938, cuando el gerente general decidió que sus monedas de plata deberían lavarse para que los guantes blancos de las huéspedes no se ensuciaran. Arnold Batliner, quien era el lavador oficial de monedas hasta que se retiró en los años ochenta lavó, según se dice, un aproximado de 17 millones de dólares en monedas a lo largo de su gestión. Hoy en día, el trabajo lo desempeña Rob Holsen, quien durante más o menos una hora a la semana pasa las monedas por una máquina para pulir plata en una pequeña habitación detrás de recepción.