(CNN Español) – Concluyó el encuentro del gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición, representada por miembros de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
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Resumen de las intervenciones
El nuncio Giordano leyó una carta del papa Francisco, en la que el pontífice pidió al gobierno y a la oposición que se reconozcan, se respeten y se perdonen.
“Les invito pues a que no se detengan en la coyuntura de lo conflictivo sino que se abran unos a otros para ser y hacerse auténticos constructores de paz en el centro de cada diálogo sincero está ante todo el reconocimiento y el respeto por el otro”, escribió Francisco.
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Al inicio del encuentro, en su extensa intervención, Maduro advirtió que “aquí no hay negociaciones ni pactos, estamos buscando un modelo de tolerancia mutua”.
Luego, el secretario general de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, dijo que “algo anda muy mal para que un encuentro entre el Gobierno y la oposición sea raro”.
Aveledo pidió que no se hable de venganza, sino de justicia. El opositor pidió erradicar la violencia.
Más adelante, se pronunció Elías Jaua, quien criticó que parte de la oposición busque la salida del poder de Maduro, un presidente electo “que ustedes no han reconocidos”.
“Ustedes no van a ser socialistas y nosotros no vamos a ser capitalistas”, dijo el canciller, quien no obstante pidió llegar a entendimientos.
Después intervino el diputado opositor Andrés Velásquez, quien dijo que la oposición exige la libertad de los estudiantes y alcaldes detenidos, así como la de Leopoldo López.
Según Velásquez, hacer mercado en Venezuela es “humillante”.
Con un tono más fuerte, el oficialista Aristóbulo Istúriz cuestionó las formas de protesta. “¿Es lucha cívica quemar una universidad?”, preguntó.
Roberto Enríquez, presidente del Partido Social Cristiano Copei, dijo que “el modelo económico del gobierno fracasó y es inconstitucional”.
“Presidente, yo creo que ustedes las cosas las están haciendo muy mal”, dijo Enríquez.
Pero Rafael Ramírez, vicepresidente del Área Económica, dijo todo lo contrario: “nuestro modelo económico ha sido exitoso”.
Ramírez además llamó a los medios de comunicación a que terminen “la guerra contra este país”.
El opositor Henry Ramos Allup dijo que “el Gobierno se ha separado del marco constitucional de su constitución” y reiteró que “los golpes de Estado no los damos los civiles”.
Ramos Allup, quien se excedió en su tiempo de intervención, finalizó diciendo: “El éxito de esto depende de usted, Nicolás Maduro, que es el jefe de Estado” .
En su turno de hablar, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, señaló que “el primero que ha condenado la violencia es Nicolás Maduro”.
“No he escuchado que alguien de la oposición haya condenado la quema de un preescolar”, dijo Maduro
“Ojalá la oposición vaya a la Comisión de la Verdad”, concluyó Cabello.
Luego, el opositor Omar Barboza se refirió al estado de la economía venezolana. “Hoy no se sabe cuánto vale un bolívar, pero sabemos que no alcanza para nada”.
Posteriormente habló José Pinto, del Movimiento Revolucionario Tupamaro, quien manifestó que su grupo está proponiendo a Maduro para el premio Nobel de la Paz.
Pinto dijo que Voluntad Popular es una organización terrorista y que la violencia partió de Leopoldo López, coordinador nacional de ese movimiento.
Además, criticó a la oposición por querer “criminalizar a los colectivos”.
Por su parte, el diputado opositor Julio Borges inició su intervención lamentando la “muerte de Mariana Ceballos”, una mujer que, según reportó el diario El Carabobeño, fue atropellada durante las protestas del pasado 14 de marzo frente al centro comercial Shopping Center.
Sería la víctima 41 desde que iniciaron las protestas.
Borges dijo que “la Asamblea Nacional se ha convertido en un campo de concentración” y manifestó que “dos Venezuelas rotas no hacen un solo país”.
Después se pronunció la oficialista, Blanca Eekhout, quien en tono muy enérgico dijo que existe una “agenda del miedo” que busca destruir la democracia lograda por la revolución bolivariana.
“Nosotros enfrentamos la hegemonía de la burguesía con la hegemonía del pueblo”, dijo Eekhout.
Simón Calzadilla, del Movimiento Progresista de Venezuela, señaló que “es difícil que cuando todos los poderes los controla un gobierno, éste sea eficiente”.
Entre tanto, Juan José Molina pidió una Ley de Desarme “que realmente resuelva el problema”.
El gobernador de Amazonas, Liborio Guarulla, le dijo al oficialismo “es triste que después de llegar al poder tengas que reprimir al pueblo”.
Henri Falcón, gobernador de Lara, manifestó que “no toda la derecha está en la oposición, ni toda la izquierda en el gobierno”.
“Yo no hablaría de guerra económica, yo hablaría de improvisaciones económicas”, dijo Falcón.
“¿Cómo es posible que con la renta petrolera más grande de la región, Venezuela esté en condiciones precarias?”.
Falcán le dijo a Istúriz: “O dialogamos o nos matamos, hermano”.
El gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, dijo que la razón de su presencia es que “Venezuela está muy mal”.
Capriles, excandidato presidencial, se refirió a las elecciones del 14 de abril, y denunció que “nunca hubo auditoría, nunca se revisaron cuadernos de votación”. Para Capriles, “hay una crisis política desde ese día”.
“El 14 de abril este país cambió, quiéranlo reconocerlo o no”.
El líder opositor, quien afirmó que la oposición no busca un golpe de Estado ni un estallido social, dijo que “tuvo que ser asesinada Mónica Spear para que la muerte tenga nombre y apellido”.
“Tenemos que dejar atrás el país dividido porque es insostenible”, dijo. “O estoy cambia o esto revienta”.
En su turno, el alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, le dijo a Capriles: “dijiste que iba a temblar en Miraflores y no se movió ni una brizna de paja”
Rodríguez señaló a la oposición de sembrar odio y dijo que “son víctimas y victimarios de ese odio”
“Nosotros sólo pedimos que ustedes se deslinden de la violencia”, le dijo Rodríguez a los opositores. “Esperemos que mantengamos la esperanza independientemente de lo que nos digamos”.
Finalmente, en su intervención de cierre, el presidente Maduro mostró las cifras de inversión social y dijo que en el país “no hay clase gobernante, aquí está la clase obrera gobernando”.
Además, tuvo palabras conciliadoras con la oposición: “Creo en la buena voluntad de cada uno de ustedes”. Y señaló que en cuanto a los problemas económicos “de repente tienen razón en alguna cosa, porque sordos no somos”.
Pero aseguró que por los problemas económicos no se puede derrocar al gobierno legítimo.
Maduro designó a Jorge Rodríguez, Jorge Arreaza y Elías Jaua como enlaces.
El mandatario reiteró que el gobierno va a combatir “con la ley en la mano a los grupos insurgentes”.
“Nadie puede estar aquí sacando armas a nombre de la revolución”, advirtió el presidente. Agregó que “hay tiempo para la justicia y hay tiempo para el perdón” y pidió las pruebas de los presuntos casos de tortura.
Antes de la reunión, cuyo inicio se demoró un par de horas, Maduro dijo que iba a proponer “que se inicie un proceso de diálogo en paz, respetuoso de la coexistencia pacífica de los dos modelos que hay en Venezuela: el socialismo bolivariano y el que representa la oposición”.
El Gobierno ha enfatizado que el diálogo no implica de manera alguna un pacto de ningún tipo, como afirmó el vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza.
La reunión, en el Palacio de Miraflores, buscaba salidas para la violencia en el país tras casi dos meses de protestas.
La oposición aspira llegar a fórmulas que permitan la liberación de decenas de detenidos y el desarme de grupos civiles identificados con el oficialismo. Maduro ha rechazado ambas cosas, considerando que no habrá impunidad y que los llamados colectivos no están armados.