Por Holly Yan y Paula Hancocks
(CNN) — Autoridades de Corea del Sur emitieron una orden de arresto en contra del capitán del transbordador que se hundió frente a la costa, un accidente en el que murieron al menos 28 personas y unas 270 permanecen desaparecidas.
Otros dos miembros de la tripulación también enfrentan detención, dijo un vocero de la investigación conjunta de la fiscalía y la policía este viernes.
El vocero no dio ningún detalle adicional.
La causa del accidente aún no se conoce, pero un fiscal coreano dijo que el capitán, Lee Joon Suk, no estaba en el cuarto de mando cuando el barco empezó a hundirse; un tercer compañero estaba en el timón.
“No está claro dónde estaba (el capitán) cuando se produjo el accidente, aunque está claro que él no estaba en la sala de mando antes de que el accidente ocurriera”, dijo este viernes el fiscal estatal Jae-Eok Park.
El capitán es una de al menos 179 personas rescatadas.
Otro de los sobrevivientes, el subdirector de una preparatoria cuyos alumnos iban de viaje a Jeju, fue encontrado colgado de un árbol, informó la policía. Unos 300 estudiantes de la preparatoria Ansan Danwon eran pasajeros del transbordador.
El subdirector Kang Min Kyu, de 52 años, fue una de las primeras personas en ser rescatadas.
La búsqueda
Los buzos se apresuran a llegar a los cientos de personas que posiblemente aún están dentro del barco hundido.
Este viernes, los rescatistas pudieron entrar al casco del transbordador y dos incluso lograron entrar en la segunda cubierta —la de carga— informó la Guardia Costera de Corea del Sur. Pero no encontraron ningún cuerpo y la marea los obligó a salir.
“La línea de guía que une el barco hundido y un buque de rescate se cortó”, señaló la Guardia Costera. “Aún así, la entrada al barco está abierta, y tenemos la intención de reanudar la operación para entrar”.
Sin embargo, las esperanzas de encontrar a los desaparecidos atenuaron cuando el barco se sumergió completamente este viernes. Hasta ahora, parte del casco azul y blanco de la nave seguía flotando en las gélidas aguas del mar Amarillo.
Además de eso, los buzos deben lidiar con fuertes vientos y aguas agitadas.
“Hay fuertes corrientes de la zona. Así que el propio buque no es estable en el agua. Así que estás, por consecuencia, poniendo en riesgo los buzos”, dijo a CNN el capitán Heidi Agle, de la Marina de Estados Unidos, que está ayudando en la búsqueda.
Enojo y disgustos
Familiares de los pasajeros expresaron su creciente disgusto y enojo por la falta de explicaciones sobre la situación del capitán y el ritmo de las labores de rescate.
Algunos han esperado durante días bajo la fría lluvia en un puerto en Jindo, a unos 20 kilómetros del lugar donde el barco se hundió.
Otros han acampado en un gimnasio y un auditorio cercano, desesperados por oír alguna noticia de sus seres queridos.
“¡Dense prisa, encuéntrenlos más rápido!”, gritó una mujer. Otros más se desmayaron y al menos dos fueron trasladadas en camillas.
Parte de la frustración se deriva de la información contradictoria reportada por las autoridades.
En las horas posteriores al hundimiento, varios analistas especularon que el ferry pudo haber desviado su curso y golpear algo. Pero el Ministerio de Océanos y Pesca surcoreano dijo el jueves que aprobó la ruta del barco y el curso no se desvió significativamente.
Llegan grúas
La guardia costera indicó que los trabajadores siguen bombeando aire hacia el interior del casco del barco hundido, pero no pudieron detener su hundimiento.
Cualquier esperanza de supervivencia depende en gran medida de si los pasajeros están en las bolsas de aire dentro de la nave. Estos casos no son desconocidos.
En mayo de 2013, un remolcador se hundió frente a la costa de África Occidental. Los rescatistas sacaron a un hombre que sobrevivió dos días y medio a una profundidad de 30 metros en una bolsa de aire.
Pero en el caso del transbordador de Corea del Sur, hay otro desafío con el que lidiar: el tiempo y la temperatura.
“Absolutamente, puede haber áreas en donde haya aire respirable”, dijo Mike Dean, el subdirector de salvamento y buceo de la Marina estadounidense. “Pero el problema ahora mismo es la temperatura y llegar a ellos”.
Agregando desesperación de los familiares, la llegada de tres grúas marítimas de 3,600 toneladas hizo que se incrementara el temor de que la misión esté cambiando de una búsqueda a un esfuerzo de rescate.
Una cuarta grúa llegará más tarde.
Un funcionario de la guardia costera aseguró a las familias que no se haría nada para poner en peligro la seguridad de los posibles sobrevivientes.
“Permítanme ser claro”, dijo Kim a los periodistas. “No habrá ningún trabajo de salvamento hecho en contra de la voluntad de las familias de las víctimas”.
Paula Hancocks informó desde Jindo; Holly Yan informó desde Atlanta. Stella Kim, Frances Cha, Kyung Lah, Brian Walker, Madison Park y Greg Botelho colaboraron con este reporte.