Por Ivan Watson

BEIJING, China (CNN) — “Señor embajador, sabemos que conforme pasa el tiempo se van reduciendo las probabilidades de que mi hijo y los demás familiares que iban en el avión sobrevivan”, dijo un hombre canoso llamado Wen.

Mientras se dirigía al diplomático malasio que estaba sentado en la atestada sala de conferencias de un hotel en Beijing, Wen empezó a sollozar incontrolablemente al micrófono. Habían pasado más de 45 días desde que su hijo desapareció a bordo del vuelo 370 de Malaysia Airlines.

“Para saber que alguien está vivo necesitas verlo. Para saber que alguien está muerto, necesitas ver el cadáver. Eso es todo lo que le pido”, concluyó Wen, llorando. Los presentes sollozaron silenciosamente en sus asientos. Evidentemente incómodo, el representante de la embajada de Malasia en Beijing no pudo hacer más que repetir los puntos a tratar que su gobierno le entregó. “Un equipo vendrá a responder sus preguntas. Dejen que vengan. Dejen que vengan”, rogó.

Sin embargo, las palabras Bala Chandran Tharman, jefe adjunto de la misión diplomática, solo enfurecieron a los familiares. Rompieron en gritos y ademanes amenazadores: “¡Cumplan su promesa! ¡No más retrasos! ¡No más mentiras!”.

Parece que cada día trae consigo una desilusión para los cientos de familiares chinos que esperan noticias sobre sus seres queridos desaparecidos. A bordo del malogrado vuelo iban 153 ciudadanos chinos. Durante más de un mes, Malaysia Airlines ha hospedado a sus familiares en varios hoteles en Beijing.

Desde su cuartel general improvisado en el Hotel Lido de la capital china, las familias han creado comités, publicado comunicados de prensa, imprimido camisetas y sombreros con la leyenda “Oren por el MH370” y coordinado información con los familiares de los pasajeros de otros países.

En este limbo agónico, a diario se celebran reuniones muy emotivas y conflictivas con las autoridades malasias en un salón de conferencias sin ventanas en el Hotel Lido.

La semana pasada, los familiares salieron furiosos del salón, luego de que un panel de expertos técnicos malasios se quedara mudo en la pantalla gigante a causa de una falla técnica. La muy esperada videoconferencia con Kuala Lumpur fue un fracaso total.

“¡Son unos malditos mentirosos y están mintiéndonos otra vez!”, gritó uno de los representantes mientras los familiares salían de la sala.

Un comité que representa a los familiares de los pasajeros en Beijing sigue presionando y exigiendo respuestas a las preguntas profundamente técnicas que se tradujeron y enviaron por escrito al gobierno malasio. Para entender mejor los momentos que precedieron a la supuesta caída del vuelo 370 en el Océano Índico, quieren las grabaciones de las últimas comunicaciones de radio que entablaron los tripulantes con los controladores de tráfico aéreo, que les expliquen cuántos transmisores localizadores de emergencia (ELT, por sus siglas en inglés) llevaba el avión y si estos se activaron o no como debían hacerlo en el momento en el que el avión golpeó el océano.

“Tienes que hacerlo tú mismo”, explicó un joven médico chino del comité técnico de las familias, quien ayudó a redactar las preguntas. El hombre pidió que no lo identificaran porque ha mantenido en secreto la desaparición de su padre por temor de perturbar a su abuela anciana.

Tras la videoconferencia fallida, los diplomáticos malasios no se presentaron en las juntas informativas diarias durante varios días, sino que un representante de Malaysia Airlines se dirigió a los familiares que se mostraban cada vez más hostiles. El viernes 18, prometió que un equipo de expertos técnicos de alto nivel llegaría a Beijing el lunes siguiente para informar a los familiares.

Sin embargo, el gobierno malasio informó a los familiares el lunes que hubo un cambio de planes de último minuto. “Las autoridades de Malasia quieren hacer progresos en la tarea de abordar el tema del vuelo 370 desaparecido”, dijo Tharman, el jefe adjunto de la misión malasia.

“Sin dejar de tener presente que los familiares tienen muchas preguntas sobre asuntos técnicos, durante el fin de semana las autoridades opinaron que estas preguntas importantes deben abordarse un poco después, en un momento y lugar adecuado”.

El mensaje no se recibió bien. Durante casi tres horas, los familiares chinos se turnaron para gritar, rogar y maldecir a los malasios.

“¿Nos están ocultando las cosas? ¿Hay cosas que no están dispuestos a decirnos?”, dijo Jack Song, portavoz de las familiares y esposo de una pasajera.

Con estos enfrentamientos altamente emotivos queda claro que muchos de los familiares chinos creen que sus seres queridos aún están con vida.

“No hemos perdido la esperanza. Nos atrevemos a tener esperanza. Nos atrevemos a creer”, dijo el señor Wen durante su lacrimoso discurso el lunes.

Sin embargo, la esperanza se ha vuelto un sentimiento peligroso, de acuerdo con un psicólogo que ha atendido a algunos de los familiares. “Es peligroso cuando manifiestas esperanza artificialmente y que al final no puede sostenerse. Los llevas a una caída”, dijo Paul Yin, psicólogo y consejero que también atendió a las víctimas del vuelo 214 de Asiana Airlines que se estrelló en California en 2013 y cobró la vida de al menos tres personas.

Sin embargo, Yin dijo que las autoridades malasias tienen cierta responsabilidad en la crisis. “Muchas de las maniobras que han hecho están muy mal”, dijo Yin.

Los funcionarios malasios a los que enviaron a informar a los familiares chinos van armados con poca o ninguna información sobre la búsqueda del avión.

Mientras tanto, para muchos de los familiares de los pasajeros, las declaraciones contradictorias que han salido de Kuala Lumpur han minado la credibilidad de las autoridades malasias encargadas de dirigir la investigación. La falta de información ha provocado que muchos sospechen de un encubrimiento, acusación que las autoridades malasias han negado repetidamente.

Aunque han desafiado en repetidas ocasiones al gobierno malasio, los familiares de los pasajeros se enfrentan a los límites claros que las autoridades chinas aparentemente establecieron.

El viernes, el comité de familias anunció que planeaba celebrar una ceremonia de oración por los cónyuges perdidos en un parque cercano al Hotel Lido. Sin embargo, la ceremonia se celebró en la misma sala de conferencias. Decenas de hombres y mujeres se sentaron en el piso con las piernas cruzadas y sollozaron frente a un cartel en el que se leía: “Cariño, no hay hogar sin ti”.

Tras la ceremonia, los cónyuges —muchos de quienes portaban las camisetas y gorras con la leyenda “Oren por el MH370”, marcharon fuera del hotel y con rumbo al parque. Los policías chinos, uniformados y vestidos de civil, los siguieron de cerca. Tras un breve discurso frente a la entrada del parque, los desviaron de vuelta al hotel.

“Es como una jaula enorme”, dijo Steven Wang, cuando le preguntaron sobre el hotel. El hombre de 26 años se ha vuelto uno de los voceros internacionales del comité de familiares.

“Está lleno de sentimientos malos… nos sentimos tristes, enojados y exhaustos”, agregó.