Por Euan McKirdy

HONG KONG (CNN) — La siguiente fase de la búsqueda del vuelo 370 de Malaysia Airlines contempla una búsqueda submarina más intensa en la que se recurrirá a los contratistas privados, tomará varios meses y costará unos 56 millones de dólares, según declararon las autoridades este lunes.

“Lamento decir que hasta ahora, en ninguno de nuestros esfuerzos por aire, en la superficie o bajo el mar se han encontrado restos”, dijo el lunes el primer ministro de Australia, Tony Abbott.

Como es “muy improbable” que se encuentren restos en la superficie del océano, las autoridades suspenderán las búsquedas aéreas. Para este momento, la mayor parte de los restos se habrán llenado de agua y se habrán hundido, dijo.

Los equipos de búsqueda ahora emprenderán una búsqueda exhaustiva del lecho marino en una superficie mucho mayor: 60.000 kilómetros cuadrados. El proceso podría llevar, al menos, entre seis y ocho meses.

“El avión no puede simplemente desaparecer. Tiene que estar en alguna parte”, dijo Abbott. “No queremos que esta desalentadora nube de incertidumbre penda sobre esta familia ni sobre el público viajero en general”.

Exigen respuestas

No se supo de inmediato cómo reaccionaron los familiares de los pasajeros desaparecidos a la noticia del lunes.

Furiosos con las autoridades malasias, a quienes culpan por hacer una mala labor de comunicación, muchos familiares planeaban presentar sus inquietudes a Boeing cuando se celebrara la reunión anual de accionistas del gigante de la aviación el lunes por la mañana en Chicago.

El MH370 es un Boeing 777 y desapareció el 8 de marzo en su ruta de Kuala Lumpur, Malasia, a Beijing, China. Había 239 personas a bordo.

“Las reuniones informativas son una broma”, dijo Sarah Bajc, cuya pareja, Philip Wood, iba a bordo del avión. “La paciencia del grupo de los familiares simplemente se ha agotado”.

“Boeing es una empresa que cotiza en el mercado de valores en Estados Unidos y eso los coloca en una situación con un poco más de responsabilidad fiduciaria”, dijo.

Las autoridades malasias tienen que hacer un mejor trabajo al comunicarse con las familias y responder sus preguntas durante las reuniones informativas, dijo, en vez de tratar a los seres queridos de los pasajeros “como si fueran el enemigo y no una parte interesada en resolver este misterio”.

Cambio de enfoque

Desde hace 52 días, una coalición internacional busca el avión y concentra sus esfuerzos en el sur del Océano Índico, en donde se cree que cayó el avión.

El Bluefin-21, un sumergible al servicio de la Armada estadounidense,ha peinado el lecho marino en busca de rastros del avión.

A pesar de las muchas misiones que han buscado en una superficie de 400 kilómetros cuadrados, no se han encontrado rastros de las grabadoras de vuelo del avión desaparecido.

El Bluefin seguirá en operación, solo que ahora lo acompañarán unos sonares remolcados con barcos.

El nuevo equipo será capaz de efectuar barridos amplios y recibir señales del lecho marino. Es necesario hacer emerger al Bluefin al final de cada misión para descargar los datos.

El gobierno australiano seguirá colaborando con las autoridades malasias y chinas, pero se contratará la asistencia de “una o más” empresas privadas, dijo Abbott.

También se recurrirá a otras tecnologías, entre ellas varios vehículos submarinos, tanto privados como públicos.

Algunos pueden sumergirse muchos kilómetros más que el Bluefin y permanecer bajo el agua durante varias semanas.

‘Estamos en la zona correcta’

El Bluefin inició operaciones luego de que las autoridades detectaran señales que creían que provenían de las grabadoras de vuelo del avión. El mariscal retirado, Angus Houston, jefe de la Centro de Coordinación de Agencias Conjuntas de Australia, dijo el lunes que los pulsos que habían detectado seguían siendo “la mejor pista que tenemos”.

“Creo que estamos en la zona correcta”, dijo Houston.

Cuando se le preguntó si era posible que la aeronave haya quedado enterrada bajo los sedimentos espesos en el lecho marino, Houston dijo que parte de los restos permanecería sobre los sedimentos.

“Este es un misterio extraordinario”, dijo el primer ministro Abbott. “Haremos todo lo que podamos, dentro de lo razonable, para resolverlo”.