(CNN) – El ejército tailandés tomó el control del gobierno en un golpe de estado, anunció el jefe militar del país en un discurso a la nación este jueves.
La decisión se produjo después de que las facciones rivales fueron incapaces de llegar a un acuerdo para gobernar, dijo el jefe militar.
Horas antes, los miembros de los partidos de la oposición y militares se reunieron por segundo día para tratar de encontrar una solución a la crisis en Tailandia, que ha estado bajo la ley marcial desde el martes.
Miembros de partidos políticos involucrados en las pláticas fueron vistos con escoltas militares después de la reunión.
En su discurso, el jefe militar dijo a los ciudadanos que a pesar del golpe de Estado, el público debe llevar a cabo sus tareas normales. Todos los empleados civiles y funcionarios deben ir a trabajar, dijo, y quienquiera que tenga armas —como la policía— no debe intentar ninguna medida de usarlas sin órdenes.
El Ejército también informó que proveerá protección a los extranjeros, incluidos turistas y diplomáticos.
Conversaciones infructuosas
Durante las reuniones de esta semana, los funcionarios electorales tailandesas dijeron que el primer ministro interino del país y su gabinete deben dimitir, y un nuevo gobierno interino debe ser llamado antes de las elecciones que se celebrarán en seis o nueve meses.
Pero el primer ministro interino, Niwatthamrong Boonsongpaisan, dijo que no hay posibilidad de que el gobierno provisional renuncie.
“Esto no se puede hacer porque es ilegal”, indicó un comunicado de la oficina de Niwatthamrong. “Encontrar una solución debe hacerse de acuerdo con las leyes y bajo la Constitución”.
Entre los invitados a las reuniones estuvo el presidente de la comisión electoral, el presidente de la Cámara de Senadores, el líder del gobernante partido Pheu Thai, el líder del opositor Partido Demócrata, el líder de los manifestantes contra el gobierno y el líder de los progubernamentales camisas rojas.
Las tensiones arraigadas en Tailandia en los últimos meses han provocado enfrentamientos mortales, zonas de la capital han quedado sin actividad y la primera ministra, Yingluck Shinawatra, fue destituida.
Ley marcial activa
El Ejército, que tiene una larga historia de interferencias en la política tailandesa, irrumpió en la escena este martes con la repentina declaración de ley marcial, sin advertencia previa al primer ministro en funciones.
“Ellos tomaron esta acción unilateralmente”, dijo un colaborador del primer ministro a CNN, quien a principios de esta semana describió la situación como “un golpe de Estado a medias”.
Activistas de derechos humanos advirtieron que la imposición de la ley marcial es un importante paso fuera de la democracia y que carece de garantías. Human Rights Watch dijo que “pone en peligro los derechos humanos de todos los tailandeses”.
La ley incluye restricciones a las reuniones de manifestantes, el contenido transmitido por la televisión y las emisoras de radio, y las publicaciones en las redes sociales.
¿Cómo llegó esta situación?
Tailandia ha sido afectada por episodios de inestabilidad política en la última década.
El conflicto actual inició en noviembre por el intento fallido de Yingluck de aprobar una ley de amnistía que habría permitido el regreso de su hermano, Thaksin Shinawatra, quien fue primer ministro y ahora vive en el exilio. Thaksin fue depuesto por un golpe militar en 2006.
Grupos opuestos al gobierno aprovecharon el furor generado por la ley de amnistía y comenzaron las protestas a gran escala en las áreas centrales de Bangkok.
En un intento de calmar las tensiones, Yingluck llamó a elecciones anticipadas. Pero el Partido Demócrata boicoteó las elecciones en febrero, y los opositores de Yingluck bloquearon la votación en varios distritos para generar un resultado válido.
Los líderes de los manifestantes contra el gobierno consideran que las elecciones —que es probable que gane el populista partido Pheu de la familia Shinawatra— no son la manera de resolver la crisis.
Dicen que quieren la creación de un “consejo de la gente” no electo que se encargue de supervisar los cambios políticos.
Yingluck, quien llegó al poder en 2011, se quedó después de la elección como primera ministra interina. Pero la Corte Constitucional la destituyó hace dos semanas, tras encontrarla culpable de violar la Constitución sobre los nombramientos de altos funcionarios de seguridad.
Yingluck niega que haya violado la ley.
Jethro Mullen y Catherine E. Shoichet contribuyeron con este reporte.