Por Faith Karimi, CNN
(CNN) — Cazadores furtivos mataron a uno de los elefantes más queridos de Kenya, un animal gigante con colmillos tan grandes, que tocaban el suelo.
Satao fue agredido con flechas envenenadas en el Parque Nacional Tsavo al sureste del país.
Funcionarios encargados de la vida salvaje encontraron el cuerpo del animal con dos orificios enormes en donde antes estaban sus colmillos. Su rostro estaba tan mutilado, que las autoridades usaron otras maneras para identificarlo, incluyendo sus orejas y un patrón de barro apelmazado en su cuerpo.
“Satao está muerto, fue asesinado por cazadores de marfil que le arrojaron flechas envenenadas para alimentar la insaciable demanda de marfil en otros países. Una gran vida perdida para que alguien lejos de aquí pueda tener una baratija en su chimenea”, dijo Tswavo Trust, una organización sin fines de lucro de Kenya, en un comunicado emitido el viernes. “Descansa en paz, viejo amigo, serás extrañado”.
Satao tenía unos 45 años y era una sensación entre los visitantes del parque nacional, donde los conservacionistas lo monitoreaban regularmente para protegerlo de los cazadores.
“Cuando estaba vivo, sus enormes colmillos eran fácil de identificar, incluso desde el aire”, dijo Tsavo Trust.
Pese a que el animal solía rondar dentro de la parte limitada del parque, en recientes ocasiones comenzó a aventurarse en el área considerada como un lugar de alta concentración de actividad de caza.
El área en el que se movía en búsqueda de agua fresca es de difícil acceso debido a su gruesa vegetación y los escasos caminos para llegar.
“Con las presiones de caza de montaña actuales y los recursos anticaza que llegan hasta el límite, se probó que era imposible prevenir que los cazadores llegaran a la red”, informó Tsavo Trust.
Su cuerpo fue encontrado en días pasados, pero las autoridades verificaron su identidad el viernes.
“No tenemos otra opción más que aceptar que el gran Satao ya no existe”, dijo la organización en un comunicado.
Satao es una víctima del tráfico ilegal de marfil que se ha doblado a nivel mundial desde 2007, con Estados Unidos entre los principales mercados para la adquisición de colmillos, debido a sus maneras no reguladas de comprar marfil, incluyendo subastas en la red. China es el mercado más grande y otras naciones asiáticas como Tailandia, Filipinas y Vietnam también tienen una fuerte demanda.
Los grupos conservacionistas informaron que un reciente surgimiento del tráfico ilícito de marfil ha resultado en la muerte de 30,000 elefantes al año en tiempo reciente. Los colmillos se venden por miles de dólares, haciéndolo un mercado lucrativo y poniendo en riesgo a la ya de por si frágil población de paquidermos en África.
“El surgimiento de la matanza de elefantes en África y la caza de otras especies listadas a nivel global amenaza no solamente la población de la vida salvaje, sino también la vida de millones que dependen del turismo para vivir”, dijo Achim Steiner, director ejecutivo del programa de medio ambiente de Naciones Unidas.
Grupos armados están capitalizando el valor creciente del marfil al matar a elefantes e intercambiar sus colmillos por armas y municiones.