Por Chelsea J. Carter, Laura Smith-Spark, Ashley Fantz y Elise Labott, CNN

(CNN) — El gobierno de Estados Unidos enviará hasta 300 asesores militares a Iraq para ayudar al gobierno de ese país a frenar el avance violento del grupo militante ISIS, aunque podría haber otras medidas militares si son necesarias, anunció este jueves el presidente Barack Obama.

“Estamos preparados para enviar un número de asesores militares estadounidenses, hasta 300, para evaluar cómo podemos entrenar, asesorar y apoyar a las fuerzas de seguridad iraquíes”, dijo Obama en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.

Pero también dijo que en su administración estarán “preparados para tomar acción militar específica y precisa, siempre y cuando se determine que la situación sobre el terreno lo requiere”, dijo el presidente.

Obama ha estado bajo presión por la ayuda que pueda dar al asediado gobierno iraquí en su esfuerzo por evitar el avance hacia Bagdad de los combatientes sunitas del grupo Estado Islámico en Iraq y Siria (ISIS).

Además de insistir en que “las fuerzas militares estadounidenses no volverán a combatir en Iraq”, como lo ha dicho en los últimos días, Obama dijo que su gobierno continuará aportando información de inteligencia y estará en contacto con el gobierno iraquí y otros de la región.

“No hay ninguna solución militar fuera de Iraq, y mucho menos de Estados Unidos”, insistió.

El interés de Estados Unidos en Iraq es que los combatientes en Iraq y otros de los países de la región, como Siria, no establezcan un territorio seguro para terroristas, o que pueda generarse una guerra civil que genere inestabilidad en la región y hacia los intereses estadounidenses, explicó el presidente.

Llamó al primer ministro iraquí Nuri al Maliki a crear una agenda de gobierno que sea “inclusiva con todos los grupos” sectarios, pues consideró que parte del actual conflicto de Iraq con ISIS se debe a que el gobierno no ha escuchado a todos los iraquíes.

“No creo que sea ningún secreto que en este momento, por lo menos, hay grandes divisiones entre los sunitas, chiitas y los kurdos, y mientras continúen esas divisiones, va a ser muy difícil que el gobierno dirija a las fuerzas de seguridad en contra de ellos (ISIS)”, dijo Obama.

Ataques aéreos, una opción

Durante días, fuentes militares han dicho que los combatientes de ISIS se dispersan y se mezclan con la población local, lo que dificulta su ubicación para las fuerzas aéreas.

El analista militar de CNN, Rick Francona, señaló que las fuerzas especiales de Estados Unidos estarían “en una gran posición para responder en cualquier ataque aéreo”.

El miércoles, el presidente se reunió con los líderes del Congreso y más tarde con el secretario de Estado, John Kerry, para discutir la situación de Iraq, la cual ha motivado críticas de los republicanos sobre la política exterior de Estados Unidos.

De acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca, Obama habló de los esfuerzos para “fortalecer la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes para hacer frente a la amenaza” de ISIS, y “opciones para el aumento de la asistencia de seguridad”.

Autorización del Congreso

El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, dijo que Obama “básicamente sólo nos informó sobre la situación en Iraq, e indicó que no sentía que tuviera alguna necesidad de pedir autorización de nosotros para tomar medidas”.

La líder demócrata Nancy Pelosi estuvo de acuerdo con la evaluación de McConnell, añadiendo que creía que la autorización del Congreso sobre uso de fuerza militar en Iraq de 2001 y 2003 aún se aplica.

Unas horas antes, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, y el del Estado Mayor Conjunto, Martin Dempsey, mencionaron que estaban trabajando en detalles sobre posibles medidas que pudieran incluir ataques aéreos contra militantes sunitas que avanzaban por el norte de Iraq.

Señalaron que los detalles finales, especialmente para los ataques aéreos solicitados por el gobierno iraquí, requieren más inteligencia sobre los combatientes de ISIS, cuyo avance ha levantado el fantasma de un Iraq dividido y una guerra regional más amplia entre sunitas y chiitas.

La política de Washington

Obama ha abogado por menos intervención unilateral de Estados Unidos en el exterior que su predecesor, el presidente George W. Bush, que llevó a Estados Unidos a las guerras en Iraq y Afganistán que surgieron tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Ahora los republicanos, con la esperanza de ganar el control del Senado y mantener su mayoría en la Cámara de Representantes en las elecciones de noviembre, han tratado de describir la política exterior de Obama como débil e ineficaz.

Funcionarios del gobierno culpan de la crisis de Iraq al fracaso del primer ministro al Maliki por un gobierno más incluyente, en una nación con grandes divisiones sectarias, sobre todo entre el norte dominado por los sunitas y el sur dominado por los chiitas.

Ted Barrett, Jim Sciutto y Laura Koran contribuyeron con este reporte.