Por Emily Jane Fox, CNNMoney
(CNNMoney) – El hecho de que ganes un sueldo de siete u ocho cifras no significa que todo sea fácil. Los ricos están tan estresados por el dinero como el resto de nosotros.
Estas son cinco cosas que les quitan el sueño a los más ricos:
Hay una grave escasez de lugares lo suficientemente grandes para estos barcos de lujo. Es una simple cuestión de oferta y demanda: el número de mega yates ha aumentado, pero el número de puertos deportivos donde pueden atracar ha seguido igual, según la publicación de la industria The Superyacht Report.
Esto significa que los propietarios de yates se ven obligados a hacer lo impensable: atracar en un lugar más alejado y tomar un pequeño bote hacia el puerto.
La vida para los ricos puede ser muy ajetreada, y a menudo tratan de hacer muchas cosas a la vez sin que ello cause problemas. Con el fin de aliviar parte de esa carga, contratan ayuda para cuidar de sus familias, sus casas, sus pertenencias y empresas.
Sin embargo, encontrar a las personas adecuadas para manejar el estrés es, en sí mismo, estresante.
Los súper ricos necesitan un abogado, un contador, por lo menos un ama de llaves, una niñera, un chef, chofer, un jardinero, decorador, asistente personal, personal de seguridad y, posiblemente, una tripulación para un yate o avión.
Y sus estándares pueden ser altos. No es fácil encontrar una niñera que hable tres idiomas y sepa artes marciales, o un guardaespaldas con un permiso para portar armas que puedan viajar por el mundo.
Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, especialmente cuando se trata de la educación. Pero el estrés de lograr que sus jóvenes herederos entren a las mejores escuelas comienza desde temprano y tiene un precio increíblemente alto.
Antes de que los pequeños magnates tengan la edad suficiente para aprender el abecedario, sus padres gastan inimaginables sumas de dinero en tutores, clases de lenguaje y comportamiento, y en consultores para asegurarse de que sus hijos entren a los mejores preescolares. Asegurar que sus hijos tengan una plaza en Harvard puede incluso involucrar recomendaciones de personas muy importantes, ofrecer grandes donaciones de dinero (o edificios), o contratar consultores especialistas en bocadillos después de la escuela para asegurarse de que los niños consuman alimentos buenos para el cerebro.
Y si todo da resultado, los padres tienen que hacer un fuerte desembolso: los preescolares privados de élite en la ciudad de Nueva York pueden costar hasta 40.000 dólares al año.
Pocas cosas hacen que a una persona le hierva más la sangre que estar atrapado en el tráfico. Hay una razón por la que existe el término “ira de la carretera”. Para los súper ricos, la furia no solo es frustrante; también puede ser costosa.
Imagina no poder despegar del suelo el avión privado por el que has pagado tanto dinero. El punto de viajar en avión privado es evitar las esperas, e ir y venir como bien te parezca. Pero para algunos súper ricos, eso no es tan sencillo como parece.
Eso es lo que ocurrió en el Super Bowl de este año, cuando el pequeño aeropuerto de Nueva Jersey para aviones privados, en el período de tiempo previo al juego, tuvo que lidiar con un gran embotellamiento, por lo que quienes están acostumbrados a despegar y aterrizar a su antojo, tuvieron que esperar horas o incluso días para salir o llegar.
El propósito de las vacaciones es darte un respiro del estrés que experimentas en la vida cotidiana. Pero incluso los viajes de vacaciones pueden ser estresantes para los súper ricos. Es difícil relajarte cuando tienes que pensar en reservar el viaje de navidad del próximo año mientras llegas a tu destino de este año. Muchas de las mejores suites en Aspen o San Bartolomé se reservan por adelantado.
Y el estrés no termina cuando logras hacer una reservación en el popular destino de moda. No hay suficientes espacios de lujo frente a la piscina en Tulum, o cabañas en South Beach para albergar a todos los ricos que consiguieron un lugar en los complejos.