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Por Salma Abdelaziz

(CNN) — Los militantes llevan máscaras negras y observan mientras Mohammed, de 15 años, ve un video en el que los combatientes le cortan la cabeza a un hombre.

“Esta es una yihad en el nombre de Dios”, dice el hombre que porta un rifle Kalashnikov.

Mohammed empieza a sentirse perdido, confundido. “¿Dios quiere que haga la yihad?”, se pregunta.

Este es el testimonio que Mohammed compartió con CNN vía telefónica el miércoles 25 de junio.

Él fue uno de los más de 140 niños kurdos a los que el Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés) secuestró en Siria en mayo; los obligaron a tomar lecciones diarias de teología radical islámica, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (un grupo de vigilancia con sede en Londres) y unos activistas locales.

El relato de Mohammed deja ver el funcionamiento de una organización que declaró que su objetivo es crear un califato único en Siria y el vecino Iraq.

Los combatientes armados que viajaban en camionetas detuvieron el 29 de mayo unos autobuses que llevaban a los niños de vuelta a su ciudad de origen, Ayn al Arab, procedentes de Aleppo, en donde presentaron sus exámenes finales de secundaria.

“¿Cómo puedes sentarte con las niñas? ¡Está prohibido!”, gritaron los hombres de acento extranjero mientras separaban a las estudiantes y se llevaban solo a los muchachos.

Mohammed dijo a CNN que luego, la caravana de combatientes escoltó al grupo de muchachos a Manbij, ciudad del norte de Siria que está bajo el control de ISIS.

Casi un mes después, todos los niños (de entre 14 y 16 años) siguen cautivos excepto Mohammed y otros tres que lograron escapar.

“Estábamos muy asustados. De regreso celebrábamos que habíamos terminado nuestros exámenes. Estábamos emocionados de ir a casa y ver a nuestra familia. No sabíamos por qué nos llevaron”, dice Mohammed, quien pidió que no se usara su nombre completo por su seguridad.

Tras cinco días en cautiverio, Mohammed y uno de sus amigos pidieron a sus compañeros que crearan una distracción. Los chicos se escabulleron por una puerta trasera, saltaron una cerca y empezaron a correr para ponerse a salvo.

El par fue de tienda en tienda pidiendo ayuda, pero varios de los habitantes, temerosos de las posibles represalias, ahuyentaron a los muchachos. Uno de los habitantes les dio dinero para tomar el transporte público hacia la ciudad fronteriza de Jarablus, en donde contactaron a sus familiares desde un café internet.

“Estaba tan contento cuando llegué a casa. Mi madre no tenía idea de que había escapado. Estaba muy emocionado de verla”, cuenta Mohammed. Dice que ahora lo buscan por haber escapado y teme que lo ejecuten si ISIS lo captura.

La vida bajo el puño de hierro de ISIS

El muchacho recordó la primera mañana de su cautiverio, que empezó en una mezquita en Manjbi. “Si tratan de escapar —dijeron los militantes, de acuerdo con Mohammed— les cortaremos la cabeza”.

Los militantes repartieron mantas y asignaron una sola habitación para los 17 muchachos. El adoctrinamiento radical empezó casi de inmediato, relata Mohammed.

Todos los días, los jeques locales despertaban a los niños al amanecer para orar y luego los sometían a varias horas de lecciones sobre la ley islámica, cuenta Mohammed. Por la noche, los combatientes de ISIS pasaban unas cinco horas predicando sobre la yihad y mostrándoles videos de ejecuciones y operaciones suicidas.

“ISIS y Jabhat al Nusra buscan niños para reclutarlos a través del entrenamiento militar en un ambiente escolar o como parte de los programas educativos más amplios que los grupos dirigen”, señala un reporte que Human Rights Watch emitió esta semana.

“Los antiguos reclutas relatan que los líderes asignan a los niños tareas particularmente peligrosas o difíciles y los animan a ofrecerse como voluntarios para los ataques suicidas”.

Aunque ISIS no ha hecho comentarios públicos respecto al secuestro en masa, el grupo y otras milicias armadas suelen reclutar niños como apoyo en combate y en el campo de batalla. Un médico sirio dijo a Human Rights Watch que trató a un niño de no más de 12 años cuyo trabajo era azotar a los prisioneros en los centros de detención de ISIS.

“Están tratando de lavarles el cerebro”, dijo a CNN un hombre que se identificó como padre de uno de los niños kurdos.

“Criamos bien a nuestros hijos, pero nos preocupa que esto les afecte psicológicamente”, dijo el hombre, quien es un conocido líder kurdo que vive fuera de Siria y pidió que se mantuviera en secreto su identidad por temor de que ISIS castigue a su hijo de 14 años, quien aún está cautivo en Manjbi. ISIS aísla totalmente a los muchachos e incluso amenaza a los habitantes por mirar a los muchachos desde sus balcones, dice.

“Mis amigos lloraban discretamente por las noches”, cuenta Mohammed. “Ahora trato de consolar a sus padres y decirles: ‘No, estaban felices y jugaban’, pero todos estábamos deprimidos”.

El gobierno sirio se negó a establecer centros de aplicación de exámenes en Ayn al Arab —ciudad que está bajo el control de los kurdos—, por lo que casi 1,500 estudiantes se vieron obligados a cruzar un territorio peligroso hacia los suburbios de Aleppo (que están bajo el control del gobierno) para presentar sus exámenes finales, señaló el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

El gobierno sirio no ha hecho comentarios respecto a esta afirmación ni respecto al secuestro de los niños.

“Estos niños no tienen nada que ver con la crisis política. Solo querían presentar sus exámenes. Son inocentes en todo esto”, dijo el padre.

Amenazan a los kurdos sirios

La Unidad de Protección del Pueblo (YPG, por sus siglas en kurdo), es una milicia kurda que gobierna la ciudad fronteriza de Ayn al Arab; sin embargo, ISIS controla gran parte de las zonas circundantes y tiene sitiados a los residentes.

“Entras a Ayan al Arab y no hay jóvenes. Se llevaron a todos mis amigos. Siento que no puedo sonreír. Toda mi vida y todos mis días los pasaba con mis compañeros y ahora no hay nada”, dijo Mohammed a CNN.

La angustia asola los hogares de muchas familias que se preocupan por la seguridad de sus jóvenes y por la suerte que correrá el enclave kurdo ahora que ISIS consiguió artillería pesada, vehículos todo terreno estadounidenses y tecnología militar avanzada en su ataque en el vecino Iraq.

“Es doloroso para nuestra comunidad. Si hubieran capturado a los muchachos en batalla podríamos justificarlo. Esto es completamente injusto”, dijo a CNN Mostafa Baly, activista kurdo.

ISIS exige a las tropas kurdas que liberen a sus combatientes a cambio de la liberación de los muchachos, pero como no hay comunicación directa ni confianza entre ambas partes, algunas personas piden la intervención de la comunidad internacional.

El grupo es tan radical que el comando central de al Qaeda lo desconoció a principios de este año. Controla varias ciudades y pueblos del norte de Siria y capturó recientemente gran parte del territorio sunita de Iraq, incluida la segunda mayor ciudad del país: Mosul.

“Quiero que liberen a mis amigos y que los lleven de vuelta con su familia”, dice Mohammed. “Quiero que ISIS se vaya, porque si llegan aquí, estoy muerto”.