Por Dario Klein
Montevideo, Uruguay (CNN Español) – Entre septiembre de este año y febrero de 2015, Uruguay recibirá a 120 personas, la mayoría de ellas menores de edad que son refugiados de la guerra de Siria y que actualmente están en campos del Líbano.
Y es que en medio de la guerra civil que vive Siria desde hace más de tres años, Uruguay decidió tender una mano para paliar el drama de los refugiados que ha dejado en países vecinos el conflicto.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) calcula que actualmente hay casi 3 millones de refugiados sirios.
“Niños tirados en un desierto, víctimas de una guerra y no tratar de tender una mano”, exclamó el presidente José Mujica, quién puso a trabajar a la Cancillería y la Secretaría de Derechos Humanos de Uruguay para encaminar la ayuda humanitaria en forma de rescate de sirios.
“Es una responsabilidad internacional. Hoy los problemas nos involucran a todos, con pérdidas de vidas en Siria y eso implica que uno debe asumir sus responsabilidades”, agregó el canciller de Uruguay, Luis Almagro.
En los tres años de conflicto, la guerra ha cobrado la vida de más de 160 mil vidas, según informó a inicios de año un grupo opositor.
La responsabilidad que asumió Uruguay se puso en marcha. A finales de septiembre llegarán hasta 40 personas. Luego a finales de febrero de 2015 llegará el Segundo contingente de hasta 80 desplazados.
El 60% como mínimo de los refugiados que lleguen a Uruguay serán niños, que vendrán acompañados de los familiares más cercanos que tengan.
El gobierno de Uruguay de esta manera pretende aportar un grano de arena y también abre la puerta a que otros países se unan a los esfuerzos.
Sin embargo, Uruguay enfrenta un desafío logístico, social, cultural y de solidaridad.
Al llegar, los refugiados serán ubicados en un Hogar Marista en las afueras de la capital, Montevideo.
Esta será una estancia provisoria. “Después un alojamiento más definitivo y contemplar instancias laborales y de educación”, agregó el canciller Almagro.
“El proceso es un proceso de progresiva autonomía de las personas y de progresiva integración a la sociedad. Para eso hay que irlos dotando de las herramientas. Va a haber capacitación laboral, y las opciones del mercado laboral uruguayo”, dice Fernando Miranda, secretario de Derechos Humanos.
Pero el mayor desafío, según los funcionarios, será lograr que la sociedad uruguaya acepte a los refugiados sirios.
“Que las personas sean bien recibidas, que no haya disfuncionalidades y disonancias de nuestra sociedad para recibirlos, esto tiene que ver con la tradición de nuestro país de recibir inmigrantes. El punto de inflexión es la integración social y eso es algo que tienen que poner todos los uruguayos”, agrega el canciller uruguayo.
La sociedad uruguaya, según Miranda, “es una sociedad pequeña con prejuicios, que debe prepararse para no tener una reacción xenófoba. También tiene que ver con la conformación interna, que también somos países de inmigrantes y también fuimos beneficiarios de refugios durante la dictadura”.
De esto, en gran parte, dependerña el éxito del proyecto.