(CNN Español) – Mientras que Barack Obama solicitó al Congreso de EE.UU. 3.700 millones de dólares en fondos especiales para atender la oleada de inmigrantes indocumentados —especialmente de niños centroamericanos—, México anunció que impulsará el ingreso formal al país a través de la Tarjeta de Visitante Regional para guatemaltecos y beliceños, con la que podrán estar hasta por 72 horas en los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo y Tabasco.

En entrevista con Fernando del Rincón, la senadora mexicana Ana Gabriela Guevara señaló que la problemática va más allá de la frontera sur de México y que la solución merece planteamientos a largo plazo.

No obstante, manifestó que la medida “está hecha para tener un mayor control” de quienes ingresan a México  y pretende tener una autoridad migratoria “más cercana a la gente”.

Para la senadora, el permiso es una forma de evitar los riesgos e incrementar los controles de los migrantes.

Según Guevara, es preciso involucrar a los demás países de la región “porque México solo no va a poder”.

Guevara dice que la situación actual es una “crisis de ética”.

Una difícil realidad: la ‘Bestia’

Desde octubre de 2013, son mas de 52.000 los menores de edad que han decidido abandonar sus casas en Centroamérica para viajar a Estados Unidos en busca de un mejor futuro.

Aunque vienen de diferentes regiones, todos se encuentran en el punto de cruce: en México.

Allí, se convierten en víctimas del peligroso tren conocido como la “Bestia” y también, de los grupos del crimen organizado que controlan los estados fronterizos de México.

Aunque históricamente los migrantes en tránsito han sido victimizados, la situación ha empeorado significativamente recientemente.

Un informe en 2011 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en México, encontró que mas 11.000 migrantes fueron secuestrados en México en un periodo de seis meses.

La Comisión también señala que de 2007 a diciembre de 2011 fueron hallados 1.230 cuerpos en 310 fosas clandestinas.

La discusión en EE.UU.

Este miércoles el presidente de EE.UU. Barack Obama se reunió con el gobernador de Texas, Rick Perry, tras semanas de tensión por la crisis humanitaria de los niños inmigrantes.

Perry había calificado al gobierno de Obama de “inepto” y lo acusó de tener una segunda intención en temas de seguridad fronteriza.

Perry expuso las medidas para incrementar la seguridad fronteriza en términos de número de agentes fronterizos, la deportación inmediata de niños mexicanos versus la prolongada deportación de niños centroamericanos, y la funcionalidad del sistema judicial inmigratorio en cuanto a la rapidez del proceso de deportación.

Obama, por su parte, cuestionó la falta de acción del Congreso.