Por Moustapha Diallo
Nota del editor: Moustapha Diallo, de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja efectuó para CNN esta entrevista con Saa Sabas, sobreviviente del ébola que ahora trabaja como voluntario con la Sociedad de la Cruz Roja en Guinea.
(CNN) — El brote de ébola en el occidente de África ha alcanzado proporciones “sin precedentes” de acuerdo con los trabajadores de asistencia que se encuentran en el terreno; la OMS ha reportado 844 casos y 518 muertes desde que se desató la epidemia en marzo.
No hay cura ni vacunas contra el ébola, pero la agencia de asistencia Médicos sin Fronteras (MSF) ha demostrado que no tiene que ser una sentencia de muerte si se trata a tiempo. El ébola usualmente mata al 90% de los pacientes, pero la tasa de mortalidad en este brote ha caído a apenas el 60%.
Uno de los hombres que sobrevivió a la enfermedad cuenta cómo contrajo el virus.
¿Cómo te contagiaste de ébola?
Son agrónomo y tengo dos hijos, un niño y una niña. Trabajo en la farmacia del centro de salud de Gueckedou, en el sur de Guinea. Cuando internaron a mi padre en el centro de salud naturalmente me ofrecí como voluntario para acompañarlo para que los demás familiares no tuvieran que hacer a diario el viaje de varias decenas de kilómetros desde su aldea. Lo limpiaba cuando vomitaba y también lavaba su ropa. A menudo le daba de comer y de beber. Tenía diarrea al menos ocho veces al día pero yo no sabía que padecía ébola.
A los cinco días de que lo internaron, (mi padre) murió. Tras su muerte, los médicos se dieron cuenta de que había presentado síntomas de ébola y como había estado en contacto cercano con él, eso significaba que yo estaba en riesgo. Entonces me dijeron que tenía que estar en observación durante 21 días y que si presentaba fiebre, aunque fuera leve, tenía que ir al centro de salud. Entonces empezó la cuenta regresiva: nueve días después tuve fiebre y duró hasta el onceavo día. Finalmente fui al centro de tratamiento, en donde me hicieron una prueba de ébola que resultó positiva.
¿Cuáles fueron los síntomas? ¿Cómo te sentías cuando estabas enfermo?
Primero tuve una fiebre persistente. Mi temperatura corporal alcanzó casi los 40 grados centígrados. Luego tuve diarrea, vómito, disentería e hipo (síntomas del ébola). Iba al baño varias veces al día y me sentía muy cansado e incómodo.
¿Cómo y en dónde recibiste tratamiento?
Recibí asistencia médica en el centro de tratamiento de ébola que se levantó en el centro de salud de Gueckedou. El personal clínico me dio medicamentos orales e infusiones. También me dieron alimentos. Sufrí mucho al principio por la diarrea y el hipo, pero con el tratamiento empecé a sentirme mejor.
¿Cuál fue la reacción inicial en tu aldea cuando te recuperaste?
De alegría, porque todos mis familiares creyeron que no sobreviviría a esta enfermedad porque muchas otras personas han muerto. Sin embargo, antes de que el personal clínico me diera de alta para que pudiera regresar con mi familia me hicieron tres pruebas para asegurarse de que realmente me había recuperado.
Luego me dieron un certificado de alta médica. También visitaron a mis familiares, a los líderes y a los ancianos de mi comunidad para informarles que me había recuperado y que ya no era contagioso. A pesar de esto me estigmatizaron. Algunas personas me evitaban al principio, pero ahora, con el tiempo, aprendieron a aceptarme. Ahora me llaman Antiébola.
Ahora trabajas como voluntario de la Cruz Roja en Guinea para concientizar a la gente sobre la enfermedad: ¿cuáles son las lecciones que transmites?
Soy parte de un equipo de voluntarios de la Cruz Roja y visitamos comunidades; creamos consciencia sobre cómo prevenir la propagación de la enfermedad. Uno de los mensajes que trato de transmitir a las comunidades es que vayan a tiempo al centro de salud, en cuanto los enfermos presenten los síntomas. El tratamiento no tiene costo. La gente te dará alimentos y ropa y tendrás una oportunidad de sobrevivir.
¿Cuál es tu mensaje sobre el ébola para el mundo exterior? ¿Cómo pueden ayudar?
Todos deberían movilizarse. Necesitamos educar a la gente y aumentar la sensibilización. Esto es la clave para detener a la peligrosa enfermedad del ébola.
Muchas personas murieron, por eso participo en las actividades (para educar a la gente). Urjo a la gente a que vayan a los centros de aislamiento y tratamiento si presentan los primeros síntomas de la enfermedad para que aumenten sus probabilidades de curarse y sobrevivir.