(CNN) – Los acontecimientos en Iraq y Siria han alarmado al secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder.
Extremistas del Estado Islámico en Iraq y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés) controlan amplias extensiones de Iraq y Siria. Sus miembros podrían estar trabando relaciones con fabricantes de bombas de Yemen, que cuentan con un largo historial de llevar artefactos en aviones occidentales.
Holder ha expresado su “enorme preocupación” ante la posibilidad de que esta situación termine llegando a occidente.
“Es lo más aterrador que he visto como secretario de Justicia”, le dijo a ABC News.
Estas son cinco razones por las que la lucha en Siria e Iraq podría extenderse hacia Occidente.
1. ISIS tiene los recursos humanos, el dinero y el conocimiento para atacar en Occidente
El peor escenario es que los líderes de ISIS u otros grupos terroristas en Iraq y Siria lancen ataques en el Occidente.
Están bien posicionados para provocar una masacre si así lo desean. Muchos de los al menos 2.000 militantes europeos que han viajado a Siria se unieron a ISIS.
Eso le ha dado a los grupos la oportunidad de entrenarlos y enviarlos de regreso a casa para lanzar ataques. Algunos de ellos han cruzado la frontera hacia Iraq.
Estos combatientes europeos también podrían ser una amenaza para Estados Unidos porque muchos europeos no necesitan visa para entrar a territorio estadounidene.
Además, unos 100 estadounidenses también han viajado para combatir en Siria; uno de ellos llevó a cabo un atentado suicida en mayo. Sin embargo, hasta ahora, ISIS y su temible rival, el afiliado sirio de Al Qaeda, Jabhat al-Nusra, no han tenido como una prioridad inmediata atacar a Occidente.
Por el contrario, se han centrado en la lucha contra el régimen del presidente sirio Bashar al-Assad y ampliar su zona de operaciones en la región.
La agitación política derivada de la Primavera Árabe ha hecho que el gran sueño de los yihadistas globales, la expansión del dominio islámico en el mundo árabe, parezca algo próximo.
Atacar Occidente, que para los líderes de Al Qaeda siempre fue un medio para este fin, se ha convertido en una suerte de atracción secundaria. ISIS nunca ha tenido como prioridad el suelo occidental, sino la lucha contra los “infieles” en casa.
En los diez años que han pasado desde que el terrorista de Jordania, Abu Musab al-Zarqawi, creó el grupo, no ha estado directamente involucrado en ningún complot contra territorio occidental.
En contraste, en la década posterior a los ataques terroristas del 11 de septiembre, los operativos de Al Qaeda en las áreas tribales de Pakistán proporcionaron entrenamiento continuo a reclutas occidentales sobre cómo crear bombas con productos químicos y componentes disponibles en ferreterías y salones de belleza del Occidente.
Hasta la fecha, solamente un presunto recluta de ISIS que ha regresado a Europa está acusado de haber construido un dispositivo de este tipo.
En febrero, la policía francesa arrestó a un hombre que identificaron como Ibrahim B., de 23 años y de origen franco-argelino, y confiscó en su apartamento en Cannes tres latas de soda llenas de casi un kilogramo (alrededor de 2 libras) de peróxido de acetona (TATP) altamente explosivo. La policía francesa sospecha que en los 18 meses que luchó en Siria, aprendió a hacer el TATP, un potente explosivo inestable y difícil de transportar utilizado en detonadores en varios atentados de Al Qaeda contra Occidente.
No se sabe con seguridad si ISIS desistió de su presunto complot. Mientras que algunos reclutas occidentales aprenden a crear artefactos explosivos improvisados en Siria, hay pocos indicios hasta ahora de que el grupo haya creado un programa de formación personalizada para atacar Occidente. La preocupación es que eso podría cambiar. Después de una década de insurgencia en Ira1, ningún otro grupo tiene más experiencia en la fabricación de dispositivos explosivos improvisados.
Si Estados Unidos lanza ataques para debilitar a ISIS, el grupo podría devolver el golpe al Occidente, por medio de la financiación de ataques con las decenas de millones de dólares que tienen en sus reservas de efectivo. El mes pasado, sus partidarios lanzaron una campaña en Twitter, #CalamityWillBefallUS (habrá calamidad en EE.UU.), en la que advierten sobre este tipo de ataques.
Pero, si ISIS logra consolidar sus conquistas territoriales, podría establecer campos de entrenamiento para rivalizar con cualquier operación de Al Qaeda en Afganistán previa al 11-S.
Es un dilema que preocupa a los funcionarios estadounidenses.
“En algún momento, va a haber una diáspora fuera de Siria y no vamos a tolerar que se planee otro 11-S desde Siria”, dijo en mayo el director del FBI, James Comey.
2. Expertos en bombas de Yemen podrían vincularse con occidentales de ideas afines en Siria
A los funcionarios estadounidenses les preocupan los fabricantes de bombas de Yemen, que son expertos en la creación de artefactos explosivos difíciles de detectar en la seguridad de los aeropuertos.
El temor es que estén compartiendo sus conocimientos con los grupos terroristas en Siria, en los que hay una gran cantidad de personas con pasaportes occidentales en sus filas.
Holder lo llamó una “combinación que podría ser mortal”.
Se cree que Ibrahim al Asiri, el principal fabricante de bombas de al Qaeda en la Península de Arabia, filial yemení de Al Qaeda, ha entrenado a un grupo de aprendices.
A principios de este año, funcionarios estadounidenses temían que algunos pudieron haber viajado a Siria. Cientos de yemeníes han viajado para luchar allí, y preocupa que Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP, por sus siglas en inglés) y Jabhat al-Nusra estén creando vínculos. Teniendo en cuenta que ISIS se está llevando toda la atención y gana la batalla por nuevos reclutas, es posible que las filiales de Al Qaeda intenten restablecer su prestigio planeando un ataque espectacular.
Al Asiri construyó el dispositivo de “ropa interior” que un recluta detonó en un avión sobre Detroit en la Navidad del 2009. Desde entonces, ha construido dispositivos cada vez más sofisticados y ha experimentado con nuevos diseños de un zapato bomba.
Pero AQAP ha reclutado relativamente a pocos occidentales en sus filas, lo que ha limitado, al menos hasta ahora, la capacidad de sus fabricantes de bombas de atacar a la aviación occidental.
Pero preocupa que el conocimiento de Al Asiri se esté propagando. Este mes, el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que un converso de Noruega, Anders Dale, había recibido instrucciones detalladas sobre explosivos después de unirse a AQPA en Yemen.
No hay certeza de que hubiera recibido entrenamiento personal de al Asiri, ni se sabe dónde estaría ahora este noruego.
3. Los combatientes occidentales en Siria podrían atacar al regresar a casa
Lo que más tiene en alerta a los funcionarios antiterroristas europeos es la posible amenaza de cientos de extremistas que han regresado a casa después de luchar con los grupos terroristas en Siria.
Aunque hay poca evidencia hasta ahora de que ISIS o Jabhat al-Nusra les haya dado instrucciones de lanzar ataques, sus habilidades de guerra urbana los harían especialmente peligrosos.
El primer ataque terrorista en tierra occidental vinculado a Siria, probablemente siguió esta trayectoria. En mayo, Mehdi Nemmouche, un franco-argelino, presuntamente disparó a cuatro personas en un museo judío en Bruselas después de pasar un año en Siria. Cuando fue arrestado, la policía descubrió un Kalashnikov en su poder envuelto en una bandera con la insignia de ISIS.
Después del ataque, un combatiente de ISIS dijo en las redes sociales que el atacante se había unido al grupo, pero que ISIS no asumía la responsabilidad, lo que hace creer a los investigadores que planeó el ataque por sí mismo.
“La amenaza de ataques nunca había sido tan grande, no cuando ocurrió lo del 11-S, ni después de la guerra de Iraq, jamás”, le dijo a CNN un funcionario antiterrorista europeo el mes pasado. Él anticipa una ola de ataques a pequeña escala, pero eficaces y escalofriantes, similares a los tiroteos de Bruselas.
Los funcionarios antiterroristas europeos están preocupados de que los logros alcanzados por ISIS en Iraq provoquen un aumento de viajes a la región y no sean capaces de rastrear quién viaja a la zona.
“En la mayoría de los casos, sabemos en un lapso de dos semanas, que un hombre ha ido a Siria. Pero del 10 al 15 por ciento del tiempo, pueden pasar varios meses antes de que nos demos cuenta. Inevitablemente, habrá algunos de los que no tengamos ni idea”, dijo un funcionario a CNN.
Pero incluso es difícil hacer seguimiento a los que se sabe que han viajado. Cuando Nemmouche regresó a Europa, estaba en una lista de vigilancia. Funcionarios europeos le dijeron a CNN que es imposible estar vigilando 24 horas al día a todas las personas que regresan de Siria.
4. Los aspirantes a yihadistas podrían volverse ‘lobos solitarios’ radicalizados
Los atentados de la Maratón de Boston ilustran el peligro que representan los extremistas que adquieren la destreza para fabricar bombas a través de Internet, sin tener que viajar a los campamentos yihadistas en el extranjero.
Funcionarios europeos dicen que la ira por los acontecimientos en Siria e Iraq y el entusiasmo por los logros de ISIS han disparado la radicalización a niveles sin precedentes en todo el continente.
Aunque la animosidad no se dirige tan de lleno contra Occidente como sucedió durante la guerra de Iraq, la ideología anti-occidental de ISIS está atrayendo a un público cada vez mayor en los círculos extremistas de Europa.
Se teme que acontecimientos que generan ira, como futuros ataques estadounidenses en Iraq, o el arresto de combatientes que regresan de Siria podría dar lugar a ataques de “lobo solitario”. El malestar por la situación en Gaza podría ser otro desencadenante.
5. Los combatientes extranjeros que van a casa podrían construir redes terroristas por sí mismos
Unos 7.000 combatientes extranjeros han viajado a combatir en Siria, muchos de ellos del mundo árabe. Esto podría tener graves consecuencias en toda la región cuando los combatientes vuelvan a sus países de origen y creen grupos terroristas yihadistas.
Al igual que en Afganistán hace dos décadas, los combatientes desarrollan relaciones personales en este crisol de culturas que podría ser la base de las redes terroristas transnacionales del futuro.
Por ejemplo, un batallón de yihadistas curtidos en el este de Libia está luchando junto a ISIS en Siria, mientras que los reclutas egipcios de ISIS han regresado a la península del Sinaí, con lo que fortalecen a los grupos militantes allí.
Ahora que Al Qaeda ha pasado gran parte de sus operaciones en la región fronteriza entre Afganistán y Pakistán hacia el mundo árabe, se teme que sus diversas filiales en la región coordinen y aúnen cada vez más recursos, creando una amenaza de seguridad a largo plazo a las puertas de Europa.