Atlanta (CNN) - El ébola es brutal. Las personas afectadas suelen sangrar incontrolablemente, vomitan profusamente, sus riñones y otros órganos dejan de funcionar, y - en más de la mitad de los casos recientemente en África occidental - mueren. Ante la perspectiva de encontrarse cara a cara con esta terrible enfermedad en su hospital de Atlanta, donde los primeros casos documentados de ébola están a punto de llegar ¿qué hicieron dos enfermeras? Cancelaron sus vacaciones.
“Me dijeron: ‘Nos hemos estado entrenando para esto’”, dijo el Dr. Bruce Ribner, que dirige la unidad del Emory University Hospital donde serán tratados los dos primeros estadounidenses con ébola, dijo al corresponsal médico de CNN el Dr. Sanjay Gupta - el mismo profesor neurocirugía de Emory. “‘No vamos a perder esta oportunidad de cuidar de estos pacientes”.
La idea de que el Ébola llegara a EE.UU. ha puesto muy nerviosa a mucha gente como puede comprobarse online, en las esquinas de las calles, en los hogares y en las empresas.
“¿Por qué traer voluntariamente víctimas del ébola a este país?” escribió una mujer. “¿Por qué difundir deliberadamente la infección?”.
Pero no se escuchan ese tipo de cosas en el Emory University Hospital. Según Ribner, ha sido todo lo contrario.
“Cuando entré en esta mañana, la gente nos felicitaba por haber aceptado estos pacientes”.
Ellos saben cómo se propaga el virus
Sí, el ébola en los Estados Unidos no tiene precedentes. Pero eso no significa que los expertos no sepan nada al respecto.
Hablando con la prensa el viernes, Ribner dijo que el ébola se extiende como el VIH, la hepatitis B o C - a través de la transmisión de fluidos corporales, y no por el simple hecho de compartir habitación con alguien infectado.
No es que alguien pueda contagiarla al segundo de estar infectado. El virus no se propaga hasta que esa persona muestra síntomas, algo que por lo general tarda de dos a 21 días, según la Organización Mundial de la Salud.
Los que trabajan en Emory también pueden estar tranquilos, ya que trabajan en un lugar único - uno de los cuatro tipo de instalaciones en los Estados Unidos, de acuerdo con Ribner - preparado para el tratamiento de una enfermedad tan contagiosa.
La unidad de aislamiento fue creada hace 12 años en colaboración con expertos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Cuenta con “tratamiento de aire especial,” protocolos estrictos respecto a lo que entra y sale de la habitación de un paciente, y otras medidas para garantizar que todos los peligros potenciales están controlados.
Todo está pensado, hasta cómo los visitantes pueden interactuar con los pacientes. Pueden estar a 5 cm de distancia, mirándose a través de una ventana de vidrio y hablando a través de un intercomunicador.
Es una instalación que rara vez se utiliza.
Ribner dijo que se activó por última vez hace un par de años, cuando alguien llegó de Angola en medio de un brote del virus de Marburg.
“Es como una especie de póliza de seguro”, dijo el médico de Emory. “Usted puede quejarse o se puede decir - como en este caso - ‘Chico, tenemos suerte de que nos hemos estado preparando todos estos años porque ahora realmente lo necesitas”.