Por Kieron Monks, para CNN
(CNN) – Más de medio siglo después del Sputnik, los viajes espaciales siguen siendo muy costosos. Cada cohete que lanzamos al costo de cientos de millones de dólares solo puede utilizarse una vez y al completar su misión, cae a la Tierra en pedazos. Este diseño desechable apenas ha avanzado desde la década de los sesenta.
El ingeniero británico Alan Bond ha estado desarrollando un nuevo concepto durante más de 30 años y ahora está a punto de lograrlo. La intención es que su diseño del “avión espacial” Skylon resista varios usos, y requiera de mínimas reparaciones y tiempo para realizar las operaciones de carga y descarga, para que pueda funcionar como una unidad de respuesta rápida en las misiones espaciales, e ir más allá de los actuales horizontes.
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“La idea es remplazar los cohetes actuales”, dice Bond. “La tecnología en la que estamos trabajando permitiría realizar misiones más frecuentes y confiables por muchos factores”.
Lo fundamental para el diseño es un sistema HOTOL (despegue y aterrizaje horizontal) similar al de un avión -aunque con una pista mucho más larga- a fin de que la nave regrese intacta. Aparte de esto, el equipo de Bond en Reaction Engines Ltd. ha inventado múltiples tecnologías nuevas. La más importante es un ingenioso prototipo de motor, el SABRE (Motor de cohete con respiración sinérgica de aire).
Si bien los cohetes actuales llevan varios tanques pesados de combustible que se utilizan y se desechan durante el transcurso del viaje, SABRE impulsa la nave con una sola cámara que contiene oxígeno e hidrógeno líquido. Minimiza la carga al tomar oxígeno de la atmósfera durante el ascenso, el cual se enfría y se combina con hidrógeno para hacer el combustible. Una vez la nave alcanza una altitud de 28 kilómetros, el motor pasa a usar el oxígeno líquido almacenado.
“Ya pasamos los obstáculos más importantes, y lo que tenemos ahora son problemas normales de ingeniería”, dice Bond. “Hay que diseñar y hacer pruebas, pero sin duda, con las eficiencias de la física de las que el motor depende… hemos llegado a la meta”.
La Agencia Espacial Europea (AEE) está de acuerdo, y aprobó los mecanismos del motor en una serie de pruebas. “La idea ha estado presente desde la década de 1950, pero esta es la primera vez que alguien ha logrado obtener un sistema en funcionamiento”, dijo Mark Ford, encargado de propulsión de la EEA.
El progreso ha sido constante en el trabajo diario que prepara al SABRE para las pruebas de vuelos que según Bond, podrían llevarse a cabo tan pronto como en 2018.
La AEE también ha elogiado el modelo económico, afirmando que el Skylon podría cumplir con su meta de 70 millones de euros (94 millones de dólares) para el costo del lanzamiento, además de los ahorros de eficiencia al poder utilizar la misma nave en varias ocasiones.
Bond cree que el uso primordial del Skylon será en la carga; “fundamentalmente, se trata de un camión que trasladará equipo al espacio de forma económica y regular”. Esto reduciría drásticamente los inconvenientes logísticos involucrados en las tareas de rutina, como las reparaciones en la Estación Espacial Internacional, o el transporte de satélites.
Pero una vez esté demostrado que el concepto es más fácil y eficiente, puede aplicarse a objetivos mucho más ambiciosos. Bond ve la colonización humana de otros planetas como inevitable y necesaria, y siente que su sistema puede ser aplicado a la exploración del espacio profundo y el estudio de exoplanetas, así como permitir la construcción rápida en ellos, lo que precedería a habitarlos.
Los expertos creen que un cambio de paradigma es necesario para revitalizar el campo de la exploración del espacio.
“Tendría que haber un mayor índice de vuelos para bajar los costos de un sistema de lanzamiento que inicialmente es más caro”, dijo David Baker de la Sociedad Interplanetaria del Reino Unido. “Pero si hubiera cien al año, el costo se vendría abajo… Eso es exactamente lo que se necesita no solo para servir a la industria existente sino también para abrir aplicaciones más amplias”.
El mercado existe para apoyar tal índice de vuelos, dice Baker, dado que hay una gran lista de posibles clientes, desde universidades hasta entusiastas listos con misiones experimentales y cargas útiles si el costo y la logística se tornaran más manejables. Incluso los vuelos intercontinentales podrían hacer uso de los motores habilitados con tecnología hipersónica.
Baker también señala que la “nave espacial Falcon” reutilizable de Elon Musk demuestra la creciente viabilidad y popularidad de los diseños de múltiples diseños. El concepto debe alcanzar la aceptación popular, pero podría ser “introducido en el mundo comercial en los próximos 10 o 20 años”, dice.
El Skylon podría entrar en operación mucho antes que eso, ya que existen planes tentativos para llegar a la Estación Espacial Internacional en el 2022. Aparte de esto, lo que vendrá son las metas horizonte de explorar el universo, desde explotar los recursos para encontrar vida, hasta la colonización de planetas.