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Por Ivan Watson y Ralph Ellis

(CNN) — En un éxodo de proporciones casi bíblicas, miles de personas caminan penosamente a través de un río para escapar de los asesinos pertenecientes al Estado Islámico de Iraq y Siria, o ISIS.

Familias enteras llevan apenas la ropa que tienen puesta. Algunos están descalzos. Y no todos los que emprenden el arduo viaje han sobrevivido.

Jamal Jamir, un estudiante universitario de 23 años, de Sinjar, dijo a CNN que su familia huyó a las montañas estériles y barridas por el viento del Sinjar luego de una semana desde que ISIS tomó su ciudad. Pasaron días en la montaña, esperando alimentos y agua vía aérea.

La familia luego escapó a la montaña a pie, e hizo un recorrido maratónico de 15 horas a Siria. Nos reunimos con ellos mientras cruzaban una nueva ruta a Iraq controlada por los kurdos.

Jamal dijo que dos de sus jóvenes hermanos murieron en el camino. “¿Qué hacemos?” Dijo Jamir. “No hay suficiente agua y hay polvo… Ellos murieron”.

“Somos gente pobre. No tenemos ningún problema con nadie. Necesitamos que alguien nos ayude.”

Muchos de los refugiados, entre ellos Jamir, son miembros de la fe yazidi.

Como descendientes de los kurdos y los seguidores de una religión preislámica antigua, los yazidíes son una de las minorías más pequeñas de Iraq y han sido perseguidos durante siglos, pero tienen un fuerte sentido de comunidad.

Cuando los refugiados cruzaron un río y entraron en Siria, su sufrimiento no acabó.

Los socorristas les ayudan con dos platos de pollo a una familia de 12 integrantes que duerme a la intemperie, usando trozos de cartón como camas.

Muchos estaban demasiado enfermos y cansados para caminar más.

El grupo militante ISIS, que ahora se llama el Estado Islámico, ejecuta a los civiles que no se adhieren a su versión del Islam sunita.

Cuando ISIS se acercó su ciudad, Jamir y su familia huyeron a la montaña de Sinjar, donde pasaron días acampando y esperando desesperadamente la ayuda. La familia finalmente se escapó a pie.

Un funcionario kurdo estima que alrededor de 70,000 personas permanecen atrapadas en el monte Sinjar, y que al menos 100 han muerto hasta ahora por deshidratación y calor. CNN no pudo confirmar de forma independiente esa información.

Durante uno de los envíos aéreos de ayuda sobre el monte Sinjar, un equipo de CNN observó cómo los tripulantes arrojaron comida y agua a las personas. A continuación, el helicóptero aterrizó y trasladó de urgencia a los yazidis que buscaban escapar.

En una escena caótica, algunos de los adultos empujaron a sus hijos a bordo y unos se encaramaban sobre otros. Cuando el helicóptero despegó finalmente, los refugiados lloraron de alivio.

En el campo de refugiados cerca de la frontera entre Iraq y Siria, algunas personas están reencontrando a los familiares que no han visto desde hace años. Jamir, por ejemplo, se reunió con un primo perdido.

“¡Nos extraviamos el uno al otro!”, dijo. “¡Nos extraviamos el uno al otro! ¡Gracias a Dios, llegamos!”.