Por Heather Kelly
(CNN) — Los bebés son impredecibles, desordenados y cambian constantemente. Los padres privados de sueño, quienes luchan por entender las conductas de sus pequeñas criaturas, están empezando a adoptar un enfoque científico, recolectando datos con la esperanza de resolver problemas como no dormir por la noche.
Los monitores de tobillo se asocian normalmente a los criminales que se encuentran en arresto domiciliario, pero el más reciente dispositivo para esta generación de padres saturados de tecnología, imita los grilletes de antaño, en colores mucho más agradables.
El monitor de tobillo para bebé de Sproutling, registra los signos vitales como la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, y determina si un bebé se está moviendo, o si está durmiendo en una posición peligrosa boca abajo. El sensor ambiental registra información sobre la humedad, los niveles de ruido y la temperatura del cuarto del bebé. Lo mejor de todo, aprende acerca del comportamiento de cada niño con el tiempo y se ajusta según sea necesario.
Por ejemplo, podría deducir cuál es la temperatura óptima de la habitación para dormir, con base en los patrones de siesta del niño, y podría señalar que disminuir la temperatura en dos grados ayudará a que el bebé duerma 20 minutos más. O si detecta elevados niveles de ruido, puede informarle a los padres que su hijo se despertará a menos que todo esté más calmado.
Pero existen preocupaciones en torno a introducir otro dispositivo más en la crianza de los hijos. Los niños ya están pegados a sus iPads; los padres, a sus teléfonos inteligentes. En lugar de basarse en observaciones de primera mano o en sus instintos, los padres podrían utilizar los dispositivos como apoyo. La promesa de resolver los problemas con suficientes datos también puede ser engañosa. Para algunos bebés, todas las mediciones del mundo no los harán dormir mejor.
Saber mucho acerca del estado del bebé y sus signos vitales podría calmar a un padre ansioso por naturaleza. O tener más información podría aumentar las preocupaciones. En lugar de revisar sigilosamente al bebé para asegurarse de que está respirando, un padre podría pasar la tarde viendo inquieto una aplicación, o comparando las mediciones y los comportamientos de su niño con otros niños y preguntarse si eso es normal.
Para evitar abrumar a los padres, Sproutling no entrega datos sin procesar sobre los niños.
“Esa información detallada en las manos de un padre fuera de cualquier contexto creará miedo y ansiedad”, dice el director ejecutivo de Sproutling, Chris Bruce. “Por si sola, la información no tiene sentido para las personas hasta que ellos tengan los medios para entenderla”.
Aunque no es lo ideal, conectar físicamente un dispositivo a un niño, actualmente es la forma más eficiente de obtener datos. La pulsera de tobillo ajustable de Sproutling está hecha de una tela suave (que puede lavarse a máquina); el sensor, que carga de forma inalámbrica, es de silicio para usos médicos. La base blanca de carga funciona como el sensor del medio ambiente, y la aplicación móvil proporciona consejos y advertencias. Los padres pueden ordenar el kit por adelantado a un precio de 250 dólares, y lo recibirán en marzo de 2015.
Este no es el primer monitor de bebé portátil en el mercado. Mimo fabrica un traje de una pieza de 200 dólares, con un monitor desmontable que también registra la frecuencia cardíaca, la temperatura de la piel, el movimiento y posiciones para dormir. Owlet es otro dispositivo portátil para bebés que aún está en producción; éste se sujeta y envía alertas en forma de texto.
Sproutling se distingue porque brinda conocimiento en lugar de solo datos, y porque incorpora información acerca del ambiente que rodea al bebé como los niveles de luz y sonido. También utiliza el aprendizaje automático para dar consejos, información y asesoramiento con base en información recolectada de un niño en específico.
El equipo detrás de Sproutling tiene mucha experiencia con el diseño y la integración de datos relacionados con la vida cotidiana de las personas. Los primeros empleados de la compañía provienen de compañías médicas como Apple, Google y General Electric. Sproutling recibió 2,5 millones de dólares en fondos de capital de riesgo en 2013.
Bruce confía en que el monitor de bebés de Sproutling se destacará cuando salga a la venta. (Incluso probó el producto en sus hijos). La compañía ya está planificando cuatro productos más para cubrir a niños más grandes y al resto de la familia. Aun así, él sabe que colocarle un dispositivo a sus bebés no va a ser una idea agradable para todos los padres.
“No es para todos. Creo que hay muchos padres que nunca pondrán tecnología en sus hijos”.