Por Eliott C. McLaughlin, Michael Pearson y Susanna Capelouto

ST. LOUIS, Missouri (CNN) — El funeral del adolescente negro Michael Brown fue un homenaje a su vida, la búsqueda de un sentido a su muerte y un grito de batalla para cambiar la actuación policial en Estados Unidos.

En su mensaje, el reverendo Al Sharpton tuvo palabras fuertes para aquellos que saquearon tiendas y causaron disturbios tras la muerte a tiros de Brown. “Ustedes no entienden que Michael Brown no quiere ser recordado por un motín. Él quiere ser recordado como el que logró hacer el acuerdo estadounidense de cómo vamos a manejar a la policía”.

Pidió a la gente respetar el silencio de la familia Brown este lunes. Y si las protestas se reactivan, Sharpton recordó “que han pedido que sean pacíficas. Si no pueden controlarse, no las hagan en nombre de Michael. Háganlas bajo su propio nombre”.

Sharpton criticó la acción policial contra los manifestantes en Ferguson con una llamada a la transformación. “Tenemos que salir de aquí hoy y cambiar esto”.

“La sangre de Michael Brown está llorando desde el suelo, clamando por venganza, clamando por la justicia”, dijo el reverendo Charles Ewing, el tío del adolescente.

Ewing hizo un paralelo entre la vida de Brown, su muerte y la Biblia: “Hay un grito que surge de la tierra, no sólo para Michael Brown, sino también para Trayvon Martin, para aquellos niños de la Escuela Primaria Sandy Hook, de la masacre de Columbine, por los delitos de negros contra negros”.

Los familiares de Michael Brown recordaron este lunes una frase que repetía el adolescente asesinado: “un día el mundo conocerá mi nombre”.

Cuatro miembros de su familia trajeron sus memorias de “Mike Mike”, como le llamaban, durante su funeral en la Iglesia Bautista Friendly Temple Missionary en St. Louis, Missouri.

“Michael era un tipo grande, pero era amable, un alma gentil, y antes de salir de esta tierra, el día que fue asesinado, él estaba predicando la palabra de Jesucristo”, dijo un amigo de la familia.

Los familiares instaron a la multitud de miles de dolientes a “dar la cara en las urnas de votación”, porque “estamos hartos de ver a nuestros hermanos y hermanas muertos en las calles”.

“Si hubiéramos tenido más de esto”, dijo un miembro de la familia, en referencia a la congregación, y luego señalando el ataúd de Brown, “podríamos tener menos de esto. No debería haber ocurrido esto para conseguir unirnos”.

La madre de Michael Brown, Lesley McSpadden, se limpiaba las lágrimas mientras permanecía de pie junto al ataúd que contenía el cuerpo de su hijo.

El santuario, un espacio para 2,500 personas, estaba ocupado a toda su capacidad, una congregación que también se mostraba en gestos de luto. Cientos más permanecían bajo el calor a las afueras de la iglesia.

El cartero jubilado Hilliard Phillips, quien alguna vez trabajó en la calle donde fue asesinado Brown, estaba entre los dolientes. Dijo que hay poder en la multitud presente, y que espera que la efusión de apoyo a Brown y su familia haga reflexionar a la sociedad sobre sí misma.

“No se puede cambiar realmente el comportamiento de una persona en una noche, pero a veces se puede forzar de una manera dulce… Espero que ellos puedan ver a personas que se unen de una manera solemne para mostrar su respeto a alguien”, dijo.

El funeral de Brown llega a más de dos semanas desde que fue asesinado a balazos por un policía del condado de Ferguson, un suburbio de St. Louis.

La muerte del adolescente, ocurrida el 9  de agosto, provocó días de protestas —en ocasiones violentas— y crispó los ánimos sobre el uso de la fuerza policial contra la comunidad negra. En los últimos días, la tensión ha disminuido y la vida en la comunidad poco a poco vuelve a la normalidad.

La Casa Blanca envió a tres funcionarios para el funeral. Uno de ellos fue Broderick Johnson, quien dirige el grupo de trabajo My Brother’s Keeper Task Force de la Casa Blanca. Estuvo acompañado por Marlon Marshall, un nativo de St. Louis que asistió a la escuela secundaria con la madre de Brown; y Heather Foster.

El gobernador de Missouri Jay Nixon, sin embargo, no asistió. “El gobernador ha comunicado a los abogados que representan a la familia de Michael Brown que no asistirá a los funerales de hoy, por respeto a la familia, que merecen tiempo para centrarse en recordar a Michael y el duelo de su pérdida”, dijo su vocero, Scott Holste.

El padre de Brown, Michael Brown, pidió el domingo un día de calma durante el funeral.

“Por favor, por favor, tómense un día de silencio para que pueda, para que podamos llevar a nuestro hijo a descansar”, dijo a un mitin en St. Louis. “Por favor. Es todo lo que pido”.

Una despedida

El servicio se produjo un día después de que cerca de 100 amigos y familiares asistieron a una despedida de los restos de Brown.

La señora McSpadden pasó unos 20 minutos a solas con su hijo. El padre de Michael se unió a McSpadden durante 10 minutos, seguido por la abuela, antes de que otros amigos y familiares fueran recibidos.

En una entrevista, la madre del adolescente asesinado en Florida Trayvon Martin habló sobre McSpadden, diciendo que el lunes será el “peor día de su vida como una madre”.

“No hay palabras que pueden traer consuelo para ella como una madre al ver a su hijo en un ataúd”, dijo Sybrina Fulton. Ella estuvo con McSpadden y Valerie Bell, cuyo hijo murió en un tiroteo con la policía de Nueva York.

La madre de Brown dijo que siente la presencia de su hijo. “Hay algo en la lluvia, algo él… yo lo siento”, dijo ella.

Fulton le dijo: “él está allí, él está mirándola”.

El domingo, la música fluyó en un homenaje en la Iglesia Bautista Greater St. Marks Missionary.

“El doctor Martin Luther King Jr. siempre tuvo la música como elemento de protesta”, dijo el reverendo E. G. Shields Jr., quien ayudó a organizar el evento. “Sabía que había una manera de que la música ayudara a calamar el alma”.

Tensión racial

Dos semanas después del tiroteo que provocó protestas violentas, el ambiente se volvió más tranquilo durante el fin de semana, con menos gente y mucha música. Habían desaparecido la policía antidisturbios y los manifestantes violentos. El gas lacrimógeno no estaban a la vista, ni las balas de goma y bombas molotov.

En su lugar había grupos de oficiales, rondando los negocios, charlando entre sí.

La raza ha estado a la vanguardia de las tensiones; Brown era de la comunidad negra, y el oficial Darrell Wilson que le disparó es blanco.

Los partidarios de Wilson realizaron una manifestación en St. Louis el domingo, donde los organizadores anunciaron que habían recaudado más de 400,000 dólares en ayuda para el oficial.

Las autoridades de St. Louis han hecho públicos los detalles de la composición racial y de género del jurado que comenzaron escuchar el testimonio el miércoles. Se compone de seis hombres blancos, tres mujeres blancas, dos negras y un hombre negro, dijo Paul Fox, el administrador de la Corte de Circuito del Condado de St. Louis.

La ciudad, capital de Missouri, es 70% blanca y 24% negra, según la estimación del año pasado de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

Faith Karimi y Dana Ford contribuyeron con este reporte.