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Por Fernando Ramos y Rafael Romo

(CNN) — John Jairo Velásquez -el asesino a sueldo del famoso capo del narcotráfico Pablo Escobar en la década de los 80, conocida en Colombia como la “era del narcoterrorismo”- es un hombre libre por primera vez en veintidós años.

Velásquez de 52 años, también conocido como “Popeye”, fue liberado la noche del martes de una prisión de máxima seguridad en la provincia de Boyacá, Colombia, al noroeste de Bogotá, la capital. Salió de la prisión bajo fuertes medidas de seguridad policial.

Velásquez se entregó a las autoridades en 1992, y en ese entonces le dijo a un periodista en ese entonces: “No le debo nada a nadie. No he hecho nada malo”.

Pero en las entrevistas llevadas a cabo en la cárcel, él admitió varias veces haber matado a alrededor de 300 personas, entre ellas soldados, oficiales de la policía, miembros de un cartel rival y civiles. También confesó haber planeado y organizado la muerte de otras 3.000 personas más, en su mayoría civiles.

Algunas de sus víctimas murieron por atentados con coches bomba en ciudades a lo largo de Colombia, entre ellas Bogotá, Medellín, la base de operaciones de su cartel., y Cali.

Velásquez también fue responsable de una gran cantidad de secuestros de alto perfil, entre ellos el del Fiscal General Carlos Mauro Hoyos en enero de 1988. Velásquez confesó que él mató a Hoyos cuando se encontraba en cautiverio.

También en enero de 1988, Velásquez secuestró al candidato a alcalde de Bogotá, Andrés Pastrana. Pastrana sobrevivió la terrible experiencia y se convirtió en el presidente no. 57 de Colombia, y sirvió de 1998 al 2002.

La víctima y su secuestrador se encontraron de nuevo en el 2012. Mientras aún estaba en prisión, Velásquez le pidió perdón a Pastrana y a su familia.

“Te pido perdón desde lo más profundo de mi corazón”, le dijo a Pastrana, “por lo que hizo el cartel de Medellín, por arriesgar su vida tan importante”.

También le dijo a Pastrana que desmembró a algunas de sus víctimas, algo que lamenta profundamente como un hombre que le ha entregado su vida a Dios.

Velásquez pasó 22 años en prisión, tres cuartas partes de su sentencia por el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán en 1989, el único asesinato por el cual se le condenó.

La familia de la víctima lo perdonó.

“Él fue sentenciado por el asesinato de mi padre”, dijo Juan Manuel Galán, hijo de la víctima y un senador liberal. “Él nos dijo la verdad y nos pidió perdón. En mi caso, lo perdono”.

Velásquez le dijo a la prensa local que teme por su vida como hombre libre y que hay un 80% de probabilidades de que sus muchos enemigos lo maten, especialmente los miembros del cartel de Medellín por haber revelado sus nombres y crímenes a las autoridades.

Los familiares de muchas de sus víctimas protestaron con ira por la liberación de Velásquez, diciendo que los 22 años que estuvo en prisión no fueron suficiente castigo por las innumerables atrocidades que cometió durante la era del narcoterrorismo y las disputas de la cocaína en las décadas de los 80 y 90.

Pero el senador colombiano Armando Benedetti dijo que Velásquez había sido liberado por buena conducta, como lo harían con cualquier otro preso, y que su liberación cumplía con la ley.

“El debate sobre su liberación tiene que centrarse en el hecho de que en Colombia, respetamos el Estado de Derecho, y nos regimos por la Constitución, incluso en aquellos casos en los que estamos en desacuerdo con las consecuencias de algunas decisiones”, dijo Benedetti.