Por Darío Klein

Monte del Líbano, Líbano (CNN Español) – El llamado al rezo se repite cinco veces al día afuera de una escuela ubicada en el Monte del Líbano, una hora al noreste de Beirut, la capital.

Dentro de la escuela, el llamado que se escucha es el repetido pedido de ayuda.

Y es que la crisis de refugiados sirios no da tregua. Cerca de 12.000 personas escapa de la guerra cada mes, según estimaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

La agencia también indica que el número de sirios que han huido del país y se consideran refugiados superará la cifra de récord de 3 millones. Además, se cree que otros 6.5 millones de personas están desplazadas en el país asolado por la guerra civil.

La peor situación se vive en el pequeño estado de Líbano, en donde actualmente de cada cinco personas, por lo menos una es un refugiado.

Tal es el caso de Amira, una mujer de 62 años.

Amira dice se siente encerrada en vida en el cuarto en donde vive como refugiada con 7 de sus hijos y cuatro nietos. Su mayor deseo –dice– es encontrar una casa por unos pocos días, antes de morir.

El deseo de Amira es el mismo que tienen 32 familias que viven en los salones de clase de una escuela, que ahora sirven como centro de refugio.

Mohammed Fawaz, el dueño de la escuela-refugio afirma que necesitan ayuda de cualquier tipo. Fawaz denuncia que las autoridades locales no le proveen de agua corriente y se la cortaron por falta de pago.

El único auxilio que reciben las 180 personas que viven en la zona, en cuanto a alimentos, energía o calor durante el invierno, proviene de organizaciones no gubernamentales como Care.

Sin embargo, la entidad no se da abasto.

Ibrahim Hawi, director regional de Care en Monte del Líbano explica que la situación es insostenible. “La gente necesita de todo y no tiene nada, porque lo dejaron todo en Siria”, agrega.

Ya son casi tres millones los refugiados de la guerra civil en Siria y más de un 1.200.000 llegaron a Líbano.

En Líbano no existen campos de refugiados formales regulados por ACNUR, como ocurre en países vecinos, como Jordania. En Líbano la gente que escapa de la guerra en Siria que según la ONU ya ha dejado más de 190.000 muertos lo que hace es establecerse en donde puede: en campamentos improvisados o en casas sin terminar.

Este es el caso de Fatmeh y Mohamed, una familia con seis hijos propios y dos sobrinos, abandonados por la hermana de Fatmeh.

Mohammed cuenta que en Siria lo perdieron todo, incluso seis miembros de su familia que murieron en medio de la guerra. En su país, Mohammed recibió una herida en el brazo que le imposibilita trabajar, por lo que su familia entera vive de lo poco que gana Fatmeh limpiando una casa en Beirut.

El único plan de la familia es irse de Líbano, emigrar, a dónde pueda porque “la vida allí no es vida”, dice Mohammed.

Esta familia de 10 personas sueña con vivir en Alemania o Suecia, países que han recibido a miles de refugiados sirios. Cuentan que jamás habían escuchado hablar de Uruguay quién se ha sumado al esfuerzo humanitario de rescatar a desplazados de la guerra.

Mohammed y Fatmah dicen que no importa a dónde vayan, porque cualquier lugar es mejor que en dónde están.

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