Por Todd Leopold

(CNN) — Joan Rivers, la descarada comediante cuya personalidad la catapultó en su carrera como conductora de talk shows, autora best-seller y experta en la alfombra roja, murió este jueves a los 81 años.

“Con mucha tristeza anuncio la muerte de mi madre, Joan Rivers”, dijo en un comunicado su hija Melissa, este jueves.

La vida de Joan Rivers en fotos

Rivers fue llevada al hospital después de que tuvo un paro cardíaco durante un procedimiento en una clínica de Manhattan el 28 de agosto.

Saltó a la fama como comediante a finales de la década de 1960, rápida para burlarse de ella misma; su cuerpo fue un tema regular de sus bromas, y de los deberes de familia que la exasperaban.

“Odio los quehaceres de la casa”, dijo en una de sus bromas. “Tiendes las camas, lavas los platos y seis meses después tienes que comenzar todo de nuevo”.

“Culpo a mi madre por mi mala vida sexual”, dijo en otra. “Todo lo que me dijo fue ‘el hombre va arriba y la mujer abajo’. Durante tres años mi esposo y yo dormimos en literas”.

Con el paso del tiempo, su presentación burlona dio paso a una comedia más mordaz, con insultos astutos y cortantes dirigidos a celebridades y políticos. Comediantes como Roseanne Barr, Sarah Silverman, Kathy Griffin y Chelsea Handler le deben mucho a la personalidad dominante y descarada de Rivers, que era inusual cuando surgió por primera vez.

Era una invitada popular a los talk shows, más notablemente en Tonight Show de Johnny Carson, y utilizó esta plataforma para convertirse en una de las invitadas regulares de Carson, y, en 1983, su invitada permanente.

Pero su relación se rompió cuando, en 1986, se convirtió en conductora de su propio talk show en Fox, que entonces era una cadena nueva de televisión. Su programa se transmitiría al mismo tiempo que Tonight Show.

Carson, al sentirse traicionado, se distanció de ella. No apareció de nuevo en Tonight Show hasta que Jimmy Fallon se volvió conductor a principios de este año.

El talk show de Rivers en Fox duró poco y su cancelación coincidió con un periodo oscuro de su vida, incluido el suicidio de su esposo-manager, Edgar Rosenberg, tres meses después de que el programa fuera cancelado.

Aun así, la comediante eventualmente se recuperó, primero con un talk show matutino, después como coconductora con su hija Melissa en la cobertura de la alfombra roja de E!. Las dos Rivers se volvieron pilares de la temporada de premios; después para el canal TV Guide, con Joan conocida por burlarse de las celebridades y sus atuendos ahí y en el programa Fashion Police.

Rivers también se volvió conocida por sus cirugías plásticas que, en la forma típica de Rivers, lució en lugar de esconderlo.

“He tenido tantas cirugías plásticas que, cuando muera donaré mi cuerpo a Tupperware”, dijo.

“Gritaba para abrir paso en la vida”

Joan Alexandra Molinsky nació el 8 de junio de 1933 en Brooklyn, Nueva York, hija de un médico. Su niñez en casa no siempre fue feliz; su madre, aunque fue dotada con un sentido del humor, era crítica, y su padre era de buen corazón pero algo tacaño. Sus padres discutían por dinero regularmente. Rivers asistió al Colegio Barnard y soñaba con ser actriz, un sueño que ambos padres desalentaron.

Después de dejar la actuación al terminar la universidad, tuvo un matrimonio corto e intentó suerte en la comedia. Se volvió una presentadora regular en las cafeterías de Greenwich Village y fue parte de la tropa de comedia Second City de Chicago durante un tiempo.

Una aparición en 1956 con Carson hizo su carrera. Pronto tuvo su propiotalk show y mantuvo apariciones regulares en Tonight Show y varios programas de variedad.

Conoció a Rosenberg en 1965, no mucho después de la aparición con Carson. Se casaron cuatro días después. Los dos mantuvieron una actitud ellos vs. el mundo, como se señaló en un artículo de 1987 en People después del suicidio de Rosenberg.

“Joan y Edgar, perseguidos por los mismos fantasmas y dolores, sintiéndose mutuamente amenazados por adversarios reales e imaginados, confiando solo en el otro y existiendo en una isla construida de lealtad intensa y protectora”, escribió Richard Meryman de la revista.

Rivers resumió el impacto de su muerte sin rodeos, por supuesto.

“Todo lo que me pasó”, dijo a The New York Times, “fue que mi esposo se suicidó, mi hija no me habló durante dos años y estaba en bancarrota”.

Un año después de la muerte de Rosenberg, se unió al elenco deBroadway Bound de Neil Simon.

De hecho, a menudo se refugiaba en el trabajo, ya sea al escribir libros, burlarse de celebridades, aparecer en Las Vegas o incluso apareciendo en un documental sobre su vida, Joan Rivers: A Piece of Work de 2010.

Rivers a menudo era una figura polarizadora, reconocida por su ingenio rápido pero temida por su ira subyacente. Estaba muy consciente de su personalidad, y una vez se describió como alguien que “gritaba para abrir paso en la vida”.

Algunas de las críticas eran estándar en Hollywood. En 1978, Rivers dirigió una película, Rabbit Test, protagonizada por Billy Crystal como el primer hombre embarazado del mundo. Las reseñas fueron mediocres.

“Me senté en medio de una audiencia que rompió el silencio solo para bostezar, tomar palomitas y (en el caso de los miembros de la audiencia menores de cinco años) ponerse a llorar”, escribió Roger Ebert, dándole una estrella a la película.

Rivers se encogió de hombros. “El 70% de los críticos odiaron mi película”, dijo a Ebert. “El otro 30% fueron genios, conocían su trabajo y eran sensualmente atractivos”. Sin embargo, nunca dirigió de nuevo.

“Es mi trabajo hacerlos reír”

Más recientemente, sus bromas en la alfombra roja y comentarios enFashion Police provocaron que fuera calificada como cruel. En 2013, Jennifer Lawrence dijo de las pláticas de Rivers, “ponen valores en todas las cosas que están mal y muestran que está bien señalar a las personas y llamarlas feas y gordas, y llaman a eso divertido”.

Rivers inmediatamente respondió: “Ha sido retocada más que un niño corista en el Vaticano”, dijo a The New York Post.

A principios de este año, dejó abruptamente una entrevista con CNN cuando se le preguntó sobre su reputación “malvada”. También fue criticada por comentarios sobre las víctimas de secuestro de Cleveland, el conflicto en Gaza y por llamar “transgénero” a la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama.

Siempre, Rivers siguió adelante. “No quiero una mano cálida en mi hombro. No quiero audiencias de simpatía. Mi trabajo es hacer reír y soy una profesional, y mi esposo era un profesional”, dijo a People dos semanas después de que su esposo murió.

Ganó varios honores en su carrera. Fue nominada a un Grammy y a un Tony, y ganó un Emmy por su talk show a principios de la década de 1990. Tuvo una línea exitosa de joyería que vendió en QVC.

Casi nunca se disculpó y raramente miró atrás. Después de todo, dijo era su franqueza la que la hizo ser quien era.

“Tuve éxito por decir lo que todos los demás piensan”, dijo.

A Rivers le sobreviven su hija Melissa y un nieto, Cooper.