Por Dario Klein, CNN Español
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Uruguay (CNN Español) – Es viernes en Montevideo, un día sagrado para los musulmanes.
Jaled Elcot llegó a Uruguay en 2011, y desde entonces es el imán de la única mezquita que existe en el país.
“El día sagrado para nosotros es el día viernes, y aquí el viernes es un día (de) trabajo no un día feriado como por ejemplo en nuestros países, por eso la mayoría de los musulmanes no pueden ir para preparar las oraciones”, cuenta Jaled.
La vida en este país lleva a los musulmanes a adaptar sus tradiciones, ya que existen ritos que son difíciles de realizar por las diferencias culturales.
“Nosotros no podemos comer la carne, a menos de una manera especial. Tenemos que sacrificar al animal, para (dejar) correr la sangre. Como los musulmanes aquí son pocos, me parece que es difícil”, dice Jaled.
Si bien no hay datos oficiales sobre cuántos musulmanes viven en Uruguay, quienes profesan esta religión estiman que el número de creyentes no supera las 500 personas. Su gran mayoría son extranjeros que terminaron por establecerse en este país laico donde la religión católica es la más profesada.
Ese es el caso de Ali Jalil Ahmad, que llegó desde Siria hace ya 22 años. Ali Jalil se mudo a Uruguay en busca de una mejor calidad de vida para su familia.
“Fue un poco difícil (para) nosotros por el idioma español, no había radio, no había nada árabe entonces era muy chocante. Y con el cuaderno en la mano, y escribiendo y aprendiendo palabra por palabra, y aprendiendo español… fue difícil a principio pero cuando uno quiere luchar y hacer sus objetivos y quedarse, entonces tienes que aprender, no queda otra”, dice Ali Jalil.
Las autoridades uruguayas han trabajado para que las 12 familias sirias que llegarán a reasentarse al país a partir de fines de octubre, tengan una adaptación lo más sencilla posible. Aunque para esto existen algunos desafíos por resolver.
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“Somos una sociedad pequeña, que tiene sus prejuicios y que yo creo debe prepararse para no tener reacciones xenófobas. Yo creo que eso depende de la capacidad que tengamos nosotros de trabajar con la comunidad, de conversar entre todos que también somos hijos de inmigrantes, que también somos históricamente país de acogida en el siglo XX, y que también fuimos pueblo sujeto de refugio durante la dictadura.”, dice Javier Miranda, director de Derechos Humanos de Uruguay a CNN en Español.
Jaled dice que en estos dos años que lleva viviendo en Uruguay no ha sentido discriminación por profesar su religión.
“Uruguay es un país laico, cada uno es libre en su religión, en su vida. Por eso no siento ningún fanatismo. Yo cuando camino en la calle, con mi ropa, toda la gente me respeta. A veces es como algo extraño pero nunca encontré algo malo de una persona”, cuenta Jaled.
Y para Ali Jalil todo se resume en alcanzar la tolerancia sobre las diferencias.
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“Acá es un país de occidente. Tiene demasiada libertad y derechos. Y hay que aceptarlo por supuesto. Ellos nos recibieron acá a nosotros, abrieron (sus brazos) a nosotros y nosotros también tenemos que aceptarlos”, agrega Ali Jalil.
Y con esa actitud espera ayudar a sus 120 compatriotas.
“Si le podemos dar una mano, son ciudadanos nuestros, son paisanos nuestros, si le podemos dar una mano, bienvenido sea. Pero acá en Uruguay la gente siempre ayuda. El pueblo uruguayo en general es solidario”, dice Ali Jalil.