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Por Katie Hunt, CNN

Hong Kong (CNN) – Hong Kong está en medio de la mayor oleada de protestas desde que regresó al dominio de China en 1997.

Los activistas prodemocracia dicen que cumplirán su vieja promesa de tratar de paralizar el distrito financiero de la ciudad (un centro de negocios clave para la región y el exterior) por medio de los plantones y la desobediencia civil.

Los enfrentamientos entre los estudiantes y la policía que tuvieron lugar este fin de semana han sido los más intensos de una larga racha de protestas anti-Beijing. Las autoridades han reportado docenas de lesionados.

Su objetivo es presionar a China para que otorgue derecho total al sufragio universal a la excolonia británica.

Hasta ahora, el gobierno chino se ha rehusado a ceder en su postura, lo que augura más enfrentamientos de mayor intensidad.

Estos son cinco datos sobre Hong Kong a la sombra de las crecientes tensiones políticas:

1. No es solo otra ciudad china

Hong Kong es una ciudad llena de rascacielos en el extremo sureste de China y alberga a siete millones de personas. Cuando la ciudad regresó al dominio de China en 1997, se llegó a un acuerdo en el que se prometió “un alto grado de autonomía” a Hong Kong de acuerdo con la fórmula “un país, dos sistemas”.

Los estatutos de la ciudad o miniconstitución permitieron que la ciudad conservara su propio sistema legal y financiero; Hong Kong goza de derechos civiles que no existen en la China continental, tales como un poder judicial independiente, libertad de prensa y el derecho de protesta.

También establecen que el “sufragio universal” es el objetivo máximo de Hong Kong, pero no define un plazo ni detalla el proceso de reforma política.

Actualmente, el líder de Hong Kong, conocido como jefe ejecutivo, es electo por un comité de 1,200 integrantes que está lleno de personajes leales al gobierno chino.

2. La gente está harta

Las encuestas muestran que los índices de aprobación del gobierno han caído, mientras que el nivel de desconfianza ante el gobierno central chino en Beijing es el más alto desde la devolución.

El descontento, especialmente entre los jóvenes, surge de la creciente brecha de riqueza y muchas personas resienten la llegada de visitantes chinos despilfarradores que agotan todos los bienes, desde departamentos hasta fórmula láctea para bebés.

En una encuesta que se publicó el 21 de septiembre se reveló que una de cada cinco personas consideraba emigrar.

La oleada de protestas más reciente ocurrió luego de que el gobierno chino rechazara en agosto la demanda del pueblo: elegir libremente al siguiente líder de la ciudad en 2017.

Los grupos prodemocracia respondieron con la amenaza de perturbar el distrito financiero de la ciudad, lugar en el que se localizan muchos bancos y empresas, en una campaña conocida como Occupy Central.

Los partidarios de la democracia provienen de todos los estratos sociales: estudiantes, líderes religiosos, catedráticos universitarios y profesionales de las finanzas.

Tras meses de advertencias, Occupy Central empezó un plantón alrededor de los edificios gubernamentales. Los organizadores quieren provocar el diálogo e incluso obtener concesiones del gobierno chino en cuanto a su influencia en Hong Kong.

3. No todos están a favor de las protestas

Los grupos pro-Beijing, tales como La mayoría silenciosa a favor de Hong Kong, señalan que los activistas “pondrán en peligro a Hong Kong” y provocarán el caos.

Estos grupos han organizado sus propios mítines en contra de Occupy Central y lanzaron campañas publicitarias en los medios locales para exponer sus temores.

Al mitin más grande (el del 17 de agosto) asistieron miles de personas, aunque se puso en duda su legitimidad entre reportes de que se había pagado a los asistentes.

Las empresas temen que cualquier campaña cuyo objetivo sea el distrito financiero de la ciudad dañará la reputación de Hong Kong como lugar seguro y estable para hacer negocios.

En una encuesta de opinión que llevó a cabo la Universidad China en septiembre, se reveló que el 46% de los encuestados no respalda la campaña Occupy Central, mientras que el 31% estaba a favor del movimiento de desobediencia civil.

4. China cree que Hong Kong está “confundido”

El gobierno chino señaló en un documento político que se publicó en junio que Hong Kong no goza de “autonomía absoluta” y que los residentes están “confundidos o prejuiciados en su comprensión” de “un país, dos sistemas”.

Eso indica que no es probable que el gobierno chino dé lugar a cambios en su propuesta de reforma electoral para la ciudad.

Li Fei, alto funcionario chino, indicó que era necesario evaluar a los candidatos para asegurar que el jefe ejecutivo “ame a China, ame a Hong Kong y vele por la soberanía, la seguridad y el desarrollo estratégico del país”.

China también ha intentado culpar a la oposición prodemocracia en Hong Kong por la interferencia de Reino Unido y Estados Unidos.

Todos están atentos a la reacción del gobierno chino ante la creciente oleada de protestas. El gobierno central está en una situación delicada: no puede permitir que lo vean ceder en su postura, pero también necesita tener cuidado con el uso de la fuerza y sus implicaciones.

5. El gobierno afirma que Hong Kong debería aceptar el trato que se le ofrece

El gobierno de Hong Kong señala que su pueblo debería aceptar el acuerdo sobre la reforma electoral que Beijing ofrece. El nuevo sistema permitirá que los cinco millones de electores registrados de Hong Kong voten para elegir a su líder, aunque los candidatos deben recibir la aprobación de un comité similar al que eligió al jefe ejecutivo de la ciudad en 2012.

Los críticos señalan que esto significa que solo los candidatos que tengan la anuencia del gobierno chino figurarán en las boletas, aunque el actual jefe ejecutivo de Hong Kong, C. Y. Leung, escribió en un editorial de CNN que no sería así.

“No hemos empezado a discutir los aspectos detallados pero cruciales del proceso de nominación de posibles candidatos a jefe ejecutivo”, escribió.

“La pasión desbordada (a favor o en contra de la reforma política propuesta) no nos llevará a ninguna parte”.