“Solía acostarme ahí y estaba atenta a esos mismos sonidos. Pero no escuchaba nada”, dijo Hazzah.
El padre de Hazzah finalmente sacó el valor para decirle a su hija que no escucharía el rugir de los leones porque desde hace mucho tiempo se habían extinguido en Egipto.
“Ese fue el momento cuando decidí y supe qué quería hacer”, dijo Hazzah. “Quería escuchar el rugir de los leones”.
Hazzah, quien ahora tiene 35 años, ha dedicado su vida a la conservación de los leones. Mientras estudiaba su maestría en biología de la conservación, la investigación de Hazzah la llevó a Kenia. Ella vivía en una casa en un árbol y empezó a ver de primera mano la rápida desaparición de los leones africanos debido a la pérdida de su hábitat y al conflicto entre humanos y leones.
Hazzah y su equipo emplean a 65 guardianes de leones a lo largo del este de África.
“Hace 60 años, probablemente había medio millón de leones en África. Hoy, hay menos de 30.000 leones en toda África”, dijo.
Hazzah, quien ahora cuenta con un doctorado en estudios ambientales ha encontrado una solución para ayudar al crecimiento de la población de leones. Su organización sin fines de lucro convierte a los guerreros masái (quienes tienen una tradición de matar leones) en protectores de leones.
La organización emplea a 65 guardianes de leones en todo el Este de África. Su meta máxima: reducir la matanza de leones.
“El león es icónico”, dijo Hazzah, quien inició Lion Guardians (Guardianes de leones) en 2007. “Si no quedan leones en África, eso puede tener un efecto significativo. …Podríamos perder mucho más que solo a los leones”.
Cambiando una cultura
Hazzah pasó un año viviendo en medio de los masái para entender su relación con los leones y por qué los estaban matando.
Por un lado, los guerreros jóvenes reciben su nombre de león cuando matan a uno de estos animales por primera vez, lo que es una clase de rito de iniciación.
“El guerrero que mata a un león obtiene una gran cantidad de prestigio”, dijo Hazzah.
Los masái también viven en su mayoría una vida pastoral y dependen de su ganado. Lo usan para alimentar a sus familias; lo usan como moneda. El ganado también es un símbolo de estatus.
“El ganado es el centro de su cultura. …Es su principal fuente de subsistencia”, dijo Hazzah. Cuando pierden sus vacas, no les queda nada. Así que ellos toman represalias y matan a los leones”.
La idea de Hazzah para la organización Guardianes de Leones surgió cuando vivía en la comunidad y pasaba tiempo con los guerreros.
“Ellos empezaron a abrirse y a contarme historias”, dijo. “Fue ahí cuando se me ocurrió”.
Hazzad se dio cuenta de que los guerreros Masái, los líderes y protectores en su comunidad, serían los mejores embajadores para los leones. Ella empezó a enseñarles los beneficios de proteger a los leones, con un especial énfasis en preservar su cultura. A cambio, las lecciones empezaron a resonar en toda la tribu.
“Los masái tienen una relación muy cercana con los leones. En gran parte, es una relación de amor y odio”, dijo Hazzah. “Les desagradan porque se comen su ganado, pero también los admiran grandemente porque simplemente son animales hermosos”.
De cazador a guardián
Hoy en día, proteger a los leones es un trabajo a tiempo completo para un guardián, quien gana alrededor de 100 dólares al mes.
El grupo le enseña a los guardianes una serie de métodos para reducir los conflictos entre hombres y leones en sus comunidades.
Si un guardián se entera de la caza de un león, interviene. Él ayuda a las personas a entender la importancia de mantener a los leones vivos, ya que estos atraen a turistas a la zona, lo que genera empleos.
Los guardianes también ayudan a los granjeros a fortalecer los corrales donde guardan a su ganado. También ayudan a encontrar y a regresar de manera segura al ganado que se ha extraviado. Estas medidas han impedido las muertes del ganado y, lo más importante, evitan la matanza de leones como represalia.
“Convertirse en un guardián de leones es un renacimiento para los masái. Obtienen incluso más prestigio de lo que obtendrían si matan a un león”, dijo Hazzah.
La mayoría de guerreros masái llegan a Guardianes de Leones como analfabetas, ya que nunca han asistido a la escuela. Hazzah y su equipo le enseñan a cada uno a leer y escribir.
Los guardianes también aprenden acerca de “sus” leones; mantienen un registro de los movimientos de los leones y los cambios en la población como parte de su trabajo. La directora de ciencia y cofundadora, Stephanie Dolrenry, trabaja con los guardianes para estudiar y ponerle nombre a los leones, y ofrece entrenamiento técnico de campo y el equipo que los guardianes necesitan para monitorear a los leones.
Para Hazzah, ver la transformación de los jóvenes guerreros masái ha sido una de las partes más gratificantes de sus esfuerzos.
“Cuando empezamos Guardianes de Leones, nunca nos imaginamos que podríamos transformar a estos asesinos hasta el punto en el que arriesgarían sus propias vidas para impedir que otras personas mataran a los leones”, dijo.
Hazzah dijo que el programa de Guardianes de Leones ha tenido un gran éxito en la región Amboseli de Kenia. Cuando se utiliza solo o con otros programas de conservación, el programa tuvo una efectividad del 99% en detener las matanzas de leones.
“Sé que estamos haciendo una diferencia”, dijo Hazzah. “Cuando recién me trasladé aquí, nunca había escuchado el rugir de los leones. Pero ahora escucho leones rugir todo el tiempo”.
¿Quieres involucrarte? Dale un vistazo al sitio web Guardianes de Leones en www.lionguardians.org y descubre cómo puedes ayudar.