Por Peter Shadbolt
(CNN) — Podría haber muchos tontos en las carreteras, pero ¿ponerlos en el cielo llevará las cosas -literalmente- a otra dimensión?
Para el Dr. Heinrich H. Bülthoff, uno de los principales investigadores del proyecto ‘MyCopter’, ésta es una pregunta seria.
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Hacer un auto volador a prueba de tontos que cualquier persona pueda conducir ha involucrado años de minuciosa investigación, y podría ser el secreto para el sueño que se ha tenido desde hace mucho tiempo de encender los rotores, levitar y simplemente volar alejándonos del escenario de un auto junto al otro.
Ahora, la Unión Europea quiere hacer del sueño una realidad, investigando la viabilidad de los pequeños vehículos aéreos de pasajeros para aliviar la congestión de tráfico en el mundo.
“Ha sido un sueño para mí desde que lo leí en novelas de ciencia ficción y lo vi en películas cuando era niño, pero la ciencia ficción se ha convertido en realidad estos días”, dice el Dr. Bulthoff director de percepción, cognición y acción en el Instituto Max Planch en Tubingen, Alemania.
Bajo el proyecto de cuatro años, la UE ha elegido a seis institutos de distintas partes de Europa para que analicen los problemas asociados con los viajes en los vehículos aéreos personales (PAV, por sus siglas en inglés). En el centro de la investigación se encuentra un enfoque, no tanto en construir el vehículo, sino en todos los problemas y desafíos que rodean a los traslados en vehículos aéreos.
En el caso de su instituto, su enfoque es cómo hacer que la máquina sea accesible para los conductores ordinarios.
Un auto volador para todos
“Con este proyecto, el objetivo en realidad es construir el sistema”, explica el Dr. Bülthoff, cuya investigación es parte de un informe de la UE de 2007 titulado “Out of the Box: Ideas About the Future of Air Transport”. “Ellos nos dijeron: ‘Por favor, no queremos otra propuesta de un vehículo volador. Ya hemos recibido demasiadas. Hay muchos otros asuntos por resolver’”, dijo.
Estos desafíos involucran la creación de sistemas de tráfico de “corredor virtual” en el cielo para que dirijan a los PAV bajo un avión existente, utilizar los avances en la tecnología de enjambre para impedir que colisionen unos con otros y trabajar en sistemas de aterrizaje que no requieran de controladores de tráfico aéreo.
“Si quieres hacer un auto volador, debería ser para todos, pero no puedes hacer que cada conductor de autos se convierta en piloto”, dijo. “La idea es volar en un espacio aéreo que no esté controlado sin interferir con los demás aviones”.
Él dijo que el plan es hacer que los vehículos voladores sean tan inteligentes, que puedan comunicarse unos con otros y evitar colisiones con cualquier entrada humana.
Manteniendo las cosas simples
Su instituto, en particular, se enfoca en los problemas de la interfaz hombre-máquina: crear un diseño que reduzca la gran cantidad de diales y monitores que se encuentran en un helicóptero o avión en unos cuantos controles sencillos en un tablero.
Mantener el tradicional volante en un vehículo volador (en el que los controles deben ajustarse para viajar a través de tres, en lugar de dos dimensiones) ha sido solo uno de los retos del proyecto.
“Durante más de 100 años, los autos han utilizado el volante. Fue una buena idea para los autos, pero si haces la transición hacia el cielo, ¿por qué debería un conductor aprender algo completamente nuevo?”, dijo.
Aviones sin piloto
El vehículo aéreo sería esencialmente autónomo y, en general, no necesitaría que lo pilotearan. Al volar por las “carreteras en el cielo” (trayectorias de vuelo diseñadas para albergar enjambres de PAV que vuelan en formación), los PAV evitarían obstáculos y seleccionarían puntos de aterrizaje de forma autónoma utilizando sensores de visión inteligentes.
Los controles serían compartidos entre el piloto y la máquina, lo que permitiría lo que los investigadores llaman “conciencia absoluta situacional”. Los llamados controles “hápticos” que ponen un sentimiento de resistencia en el volante permitirían que los conductores sepan cuándo se estarían dirigiendo hacia los confines de la “carretera en el cielo”.
Otros aspectos del estudio han analizado el impacto social de los PAV como el vehículo de transporte del futuro.
“Muchas personas podrían preguntar si realmente queremos que miles de estas cosas zumben por el cielo”, dijo el Dr. Bülthoff.
Los investigadores han estado analizando formas de construir trayectorias de vuelo para los PAV sobre las carreteras existentes y las calles para minimizar el impacto ambiental, manteniendo el techo de vuelo en 50 metros, a fin de evitar a los aviones comerciales.
Si bien el tiempo de vuelo es relativamente breve debido a las limitaciones de la duración de la batería utilizando la tecnología actual, los investigadores del proyecto habían encontrado que el 90 por ciento de los viajes cubrían una distancia menor a 25 km (15 millas) y tenían un promedio de 30 minutos con retrasos de 15 minutos en las horas pico, lo que hace que los PAV sean perfectos para acortar el viaje del trabajo a la casa.
Google tiene la puerta abierta
El Dr. Bülthoff dijo que los avances recientes y la aceptación social del vehículo autónomo de Google le había dado una esperanza real a los investigadores del proyecto.
“Eso realmente me hace sentir mucho optimismo”, dijo. “La industria automotriz ha estado produciendo el mismo modelo básico de automóvil durante más de 100 años. Google está haciendo algo que está despertando a la industria automotriz. Nunca hubiera esperado que varios estados en Estados Unidos legalizaran la conducción autónoma, por ejemplo”.
“Aun así, hay muchos asuntos que debemos examinar. Desde el punto de vista legal, por ejemplo, si no hay conductor, no sabemos quién es el responsable en caso de un accidente. Estas preguntas aún deben responderse”.
Mientras el auto sin conductor ahora es una realidad, él dice que podría pasar un poco de tiempo antes de que cualquier persona entre en una concesionaria y adquiera un vehículo aéreo personal.
“La escala de tiempo es que estén disponibles para 2050”, dice el Dr. Bülthoff. “Pero probablemente no estaré aquí en 2050, así que por dentro espero que tengamos uno antes de esa fecha”.