Antjuan Wyatt es justo el tipo de persona que Detroit necesita para llenar su enorme reserva de viviendas.

Por Steve Hargreaves, CNNMoney

(CNNMoney) – Antjuan Wyatt y su esposa recientemente compraron una casa de tres dormitorios, de 140 metros cuadrados, en un frondoso barrio de clase media de Detroit.

Es necesario hacerle algunas mejoras a la casa: un nuevo horno, tuberías nuevas, ventanas nuevas… Pero eso está bien, porque Wyatt compró el lugar en una subasta por 1.000 dólares.

“Estábamos buscando una casa en los suburbios, pero los precios eran demasiado altos”, dijo Wyatt, de 27 años de edad, quien trabaja en una planta local de Chrysler y quien se aventura en el sector inmobiliario como algo secundario. “Me sorprendió adquirir esto por 1.000 dólares”.

En cuatro meses (y 30.000 dólares en reparaciones), Wyatt espera poder mudarse a la joya renovada con su esposa y sus dos hijos.

Wyatt compró su casa a través de un nuevo programa dirigido por el Detroi Land Bank, una entidad a cargo de dirigir la enorme cantidad de viviendas desocupadas de la ciudad desde principios del 2014. Aunque algunas ciudades se esfuerzan por encontrar formas innovadoras para construir nuevas viviendas, Detroit lucha por administrar las casas que hay en el lugar.

Es difícil exagerar el problema. A principios de la década de 1950, 1,8 millones de personas vivían en la ciudad. El año pasado, la población era de 700.000 habitantes.

“Tenemos una reserva de viviendas para más de un millón de personas que ya no existen”, dijo David Szymanski, tesorero principal adjunto del condado de Wayne, el cual incluye a Detroit. Actualmente existen 80.000 propiedades deterioradas en Detroit y 100.000 lotes baldíos; un tercio del total de la ciudad. Decenas de millares de viviendas adicionales enfrentan ejecuciones hipotecarias.

El condado intenta subastar estas casas, pero no siempre funciona, dijo Szymanski. De las 30.000 viviendas subastadas en los últimos tres años, los propietarios de 22.000 no pagaron los impuestos de la propiedad. Esta falta de ingresos fiscales es la razón principal por la que Detroit no puede mantener las luces encendidas y las calles limpias, lo que hace que más personas salgan de la ciudad. Como consecuencia, existe una mayor ejecución hipotecaria y, al final, esto da lugar a que haya más casas abandonadas.

En muchos casos, los impuestos no se pagan porque los terratenientes o especuladores sin escrúpulos intencionalmente dejan que el condado ejecute la hipoteca, y luego solo compran la casa de nuevo en una subasta por una fracción de lo que se debía en impuestos atrasados.

El condado está tratando de solucionar este problema y ​​ha promulgado una norma que permite que una casa sea confiscada si no es derribada dentro de un plazo de seis meses, o mejorada en un plazo de dos años posterior a la compra.

El banco de tierras está tratando de evitar esto por completo. Sus subastas solo permiten que la gente compre una casa en un mes, lo que disuade a los especuladores y desarrolladores. También se requiere que los compradores no deban impuestos atrasados ​​o hayan violado de alguna forma el código de vivienda.

“Queremos que las personas se trasladen a las mismas; queremos que las familias se muden a ellas”, dijo Craig Fahle, portavoz del banco de tierras. “Eso es lo que restablecerá el mercado de bienes raíces en esta ciudad”.

La idea es hacer que más personas se muden a las viviendas, como Kate Daughdrill, quien compró una casa de tres dormitorios por 600 dólares, en una subasta del condado en 2011.

Desde entonces, Daughdrill, de 29 años, ha comprado otros siete lotes baldíos cerca de su casa, y ahora dirige una granja urbana, además de trabajar como artista visual. El primer año luego de haber comprado su vivienda, crió a un cerdo y negoció la carne por trabajos de electricidad.

Aunque la población de Detroit sigue disminuyendo, estas casas baratas se han vuelto populares con personas creativas como Daughdrill, quienes pueden dedicar más tiempo a su pasión y menos para intentar pagar el alquiler. Igualmente importante es la oportunidad de ayudar con la reconstrucción de Detroit.

“Cuando las personas están presentes y demuestran que cuidan una vivienda, pueden transformar esa casa y toda esa cuadra”, dijo ella. “Tener presencia inicia ese cambio”.

James Haddrill, un escultor de 35 años que creció en los suburbios de Detroit, compró una casa de tres dormitorios por 500 dólares, a una cuadra de Daughdrill, en una subasta del condado en el 2011. Cuando la compró, estaban usando la casa para consumir crack.

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“Estaba llena de ropa, sofás y colchones”, dijo Haddrill, quien por sí mismo desalojó a los ocupantes y ahora utiliza la casa principalmente como un estudio. “Limpiarla fue una de las experiencias más descabelladas de mi vida”.

Todas estas personas dicen que comprar viviendas por medio del banco de tierras o el condado fue un proceso relativamente fácil. Haddrill sugirió que el comercio del programa está dirigido a artistas de otras ciudades, como en Nueva York, donde el espacio se está volviendo altamente costoso.

Wyatt dijo que lo que la ciudad ofrece, especialmente las escuelas, tendrá que mejorar mucho antes de que más gente se traslade a Detroit.

Tanto el condado como el banco de tierras están negociando estas casas, pero el interés de los compradores tendrá que aumentar rápidamente si quieren evitar que existan aún más edificios desocupados. El condado tiene contemplado realizar ejecuciones hipotecarias sobre una cantidad récord de 80.000 viviendas en 2015.