Por Patrick Oppmann y Mariano Castillo

Havana, Cuba (CNN) — Muy probablemente, los 91 trabajadores sanitarios cubanos que viajarán a África Occidental el jueves enfrentarán la tarea más peligrosa de sus carreras.

Se unirán a 165 de sus colegas que ya trabajan en la región para detener el brote de ébola.

Aunque los funcionarios del gobierno cubano dicen que la mayoría de los trabajadores sanitarios que están siendo enviados a África Occidental son veteranos de otras asignaciones difíciles, los riesgos que el ébola presenta son únicos.

“Éste es el mayor reto que he encarado en mi vida; es una enfermedad muy peligrosa”, dijo el Dr. Osmany Rodríguez, un cubano que completó misiones anteriores en Zimbabue y Venezuela. Rodríguez dijo que pronto será enviado a tratar a las personas que sufren a causa del ébola ya sea en Liberia o Guinea.

“En mi familia están un poco preocupados, pero saben que tendré cuidado de todo. Confían en mis hábitos diarios y rutinas para evitar la enfermedad”, dijo Rodríguez.

Rodríguez habló con CNN mientras se capacitaba en el Instituto de Enfermedades Tropicales Pedro Kouri de la Habana, donde los trabajadores sanitarios son instruidos por expertos enviados por la Organización Mundial de la Salud sobre cómo ponerse y quitarse siete distintas capas de ropa que protegen de la epidemia.

“Lo importante es salvar vidas”, dijo el Dr. Jorge Pérez Ávila, el director del instituto. “¿Por qué hay cubanos viajando a África? Para salvar vidas”.

La diplomacia médica cubana es tan vieja como la revolución que llevó a los Castro al poder, pero su motivación no es puramente altruista. Enviar a trabajadores sanitarios al extranjero mejora la imagen de un país cuyo récord de derechos humanos está siendo criticado. Y, en algunos casos, como ocurrió en el programa que envió a miles de médicos cubanos a Venezuela, la isla obtiene reintegros comerciales, como el petróleo.

Los esfuerzos de Cuba por combatir el ébola ya han generado discusiones sobre cómo se compara con lo que está haciendo Estados Unidos.

“Mientras Estados Unidos y otros países ricos se han mostrado dispuestos a prometer fondos, solo Cuba y unas cuantas organizaciones no gubernamentales están ofreciendo lo que más se necesita: profesionales médicos en el campo”, opinó el New York Times en un editorial.

“Es una vergüenza que Washington, el principal contribuyente en la lucha contra el ébola, esté diplomáticamente alejado de la Habana, el donante más atrevido. En este caso, la división tiene consecuencias de vida o muerte, porque los funcionarios estadounidenses y cubanos no están equipados para coordinar los esfuerzos globales a un alto nivel”, continúa el editorial.

El sistema de salud cubano se degradó por el colapso de la Unión Soviética a principios de los años noventa. En años recientes, el gobierno ha enviado trabajadores sanitarios a Venezuela y a Brasil, a cambio del dinero en efectivo y el petróleo que tanto necesitaban. Esos programas constituyen una de las mayores fuentes de ingresos para la isla.

Aun así, la isla continuó enviando trabajadores sanitarios a otras naciones en desarrollo e incluso, antes de que comenzara la crisis del ébola, tenía más de 4.000 médicos, enfermeros y técnicos emplazados en África.

“Nuestro principio ha sido compartir lo que tenemos y no dar lo que no tenemos”, dijo Perez.

Los trabajadores sanitarios cubanos trabajarán en África Occidental durante al menos seis meses. Si ellos mismos llegan a infectarse, se han puesto de acuerdo para que no sean repatriados a Cuba a fin de recibir tratamiento, para evitar que la enfermedad se propague más.

El lunes, en una cumbre de emergencia realizada en la Habana con representantes de 12 países de Latinoamérica y el Caribe, el presidente cubano Raúl Castro dijo que el peligro que representa el ébola transciende fronteras y políticas.

“Deberíamos intentar evitar la politización de este grave problema, lo cual nos distrae del objetivo fundamental: ayudar a frenar la epidemia en África y detenerla antes de que se extienda a otras regiones”, dijo.

En un extraño gesto conciliatorio hacia el gobierno de los Estados Unidos, el cual normalmente es ridiculizado por los funcionarios cubanos como el poder imperialista que intenta hundir la economía de la isla, Castro dijo que la lucha contra el ébola debería unir a ambos gobiernos.

“Cuba está dispuesta a trabajar codo a codo con todos los países”, dijo Castro. “Entre ellos, Estados Unidos”.

El ex líder cubano Fidel Castro también escribió un editorial en el periódico estatal esta semana, en el que dijo estar “dispuesto a colaborar con el personal estadounidense en esta tarea” de combatir el ébola.

En un gesto similar en 2005, Cuba ofreció enviar un equipo de médicos para ayudar en las secuelas del huracán Katrina. El gobierno de Estados Unidos ignoró el ofrecimiento.

Posiblemente señalando que admitía las ganancias que Cuba recibía de la diplomacia médica, el gobierno de los Estados Unidos anunció en 2006 un programa para atraer a los médicos cubanos a que desertaran. El Cuban Medical Professional Parole Program permite que los profesionales de la salud cubanos que estén trabajando en un tercer país bajo las órdenes del gobierno cubano deserten a los Estados Unidos.

Si bien hasta ahora no han aceptado el ofrecimiento cubano para cooperar en la lucha contra el ébola, los funcionarios estadounidenses también han elogiado los esfuerzos del gobierno comunista para detener la epidemia.

“Ya estamos viendo a naciones grandes y pequeñas ofrecerse de maneras impresionantes para contribuir en el frente. Cuba, un país de solo 11 millones de habitantes, ha enviado a 165 profesionales sanitarios y planea enviar a casi 300 más”, dijo el viernes el secretario de estado estadounidense, John Kerry.

Estados Unidos ha prometido unos 4.000 militares para ayudar en la lucha contra la enfermedad en África, aunque no se espera que las tropas traten a las personas infectadas con ébola.

Mientras los países del África Occidental afectados por la epidemia continúan recibiendo ayuda de distintas partes del mundo, la necesidad más básica es de médicos y enfermeros que puedan tratar a los pacientes con ébola sin que ellos mismos caigan enfermos, dijeron funcionarios sanitarios.

“Hay una carencia de recursos humanos, así que ésta ha sido una contribución muy importante”, dijo el doctor Jose Luis Di Fabio, el representante de la OMS en La Habana, quien está coordinando la capacitación de los trabajadores sanitarios cubanos.

“Tienes que identificar, diagnosticar y tratar a los pacientes. Si no tienes los recursos humanos para hacer eso, no tienes nada”, dijo. “Los recursos humanos en África son lo que más falta hace”.

El enfermero Carlos García Hernández es uno de los trabajadores sanitarios cubanos que se está capacitando para combatir el ébola. Se ofreció voluntario, dijo, porque si no logran detener el ébola en África Occidental, continuará propagándose por otros países.

“Si puede surgir en países desarrollados como Estados Unidos y España, también puede surgir en los países subdesarrollados. Nuestras familias también están en riesgo”, dijo.