Por Ben Wedeman y Laura Smith-Spark
BAGDAD, Iraq (CNN) — No faltan noticias sobre las atrocidades que ISIS comete contra el pueblo en Iraq y Siria: decapitaciones, masacres y venta de mujeres secuestradas como esclavas sexuales.
Lo que se difunde menos es la devastación que los grupos sunitas extremistas han causado en el invaluable patrimonio cultural de Iraq.
Miles de años antes del nacimiento de Cristo, la gente de Mesopotamia dominó el primer sistema de escritura, las matemáticas, la astronomía, la literatura y el derecho.
Sin embargo, el pasado de Iraq está bajo la amenaza de una pesadilla actual.
ISIS no solo está en guerra con el Estado iraquí, sino también con la identidad iraquí en sí: ha hecho estallar santuarios, ha masacrado y esclavizado a minorías como los yazidíes, los cristianos y los turcomanos y ha ejecutado a sus enemigos.
Lo que no han destruido, lo venden en el mercado negro.
Qais Hussain Rashid, director general de los museos iraquíes, relató a CNN la depredación que han llevado a cabo los militantes de ISIS.
“Cortan los relieves y los venden a criminales y a traficantes de antigüedades”, dijo mientras señalaba a una talla decorativa de miles de años de antigüedad. “Usualmente cortan la cabeza y dejan las piernas, porque la cabeza es lo valioso”.
La ciudad antigua de Hatra está en riesgo
La zona que rodea la ciudad de Mosul, en el norte de Iraq, está bajo el poder de ISIS desde junio, cuando los soldados iraquíes huyeron. Está llena de ruinas antiguas y ahora están en peligro.
Rashid teme particularmente por la preservación de las antiguas ruinas de la ciudad de Hatra (al Hadr en árabe) que data del siglo III a. de C. y que se encuentra al sur de Mosul.
ISIS se apoderó del sitio hace unos meses y lo usa para almacenar armas y municiones, para entrenar a sus combatientes y para ejecutar prisioneros.
Los sucesores de Alejandro Magno fundaron Hatra, que más tarde se volvió la capital de lo que para algunos fue un reino árabe temprano que incluía a la legendaria ciudad de Petra, en Jordania, según el museo. Soportó los embates del Imperio Romano antes de caer en el siglo III ante el imperio sasánida de Persia.
Varios tesoros arquitectónicos que reflejan su larga y diversa historia se alzan dentro de las murallas exteriores e interiores coronadas por numerosas torres. “Allí hay palacios, templos y estatuas e ISIS vive entre ellos”, dijo Rashid. “Temo que hagan algo loco allí”.
ISIS también se apoderó del Museo de Mosul y lo transformó en una oficina de recolección del jizya, un impuesto a los no musulmanes.
No se sabe cuál será el destino de las antigüedades del lugar.
‘Gente de otro planeta’
La Unesco, la agencia cultural de la ONU, hizo sonar la alarma por Hatra y otros sitios en Iraq; señaló que su preservación será un factor en cualquier futuro acuerdo de paz.
“La protección de la vida de la gente, su patrimonio cultural y su identidad van de la mano”, dijo la directora general de la agencia, Irina Bokova, en una reunión de emergencia que se celebró en julio.
Prometió que la Unesco movilizaría a la ONU “y a toda la comunidad internacional para salvaguardar el patrimonio cultural de Iraq con un énfasis particular en la lucha contra el tráfico ilícito de propiedad cultural”.
Pero mientras el conflicto continúe, poco se puede hacer para proteger los artefactos que están en el lugar.
No es la primera vez que la preciosa riqueza cultural de Iraq está en peligro. La historia del país está plagada de catástrofes.
Una de las primeras fue el saqueo mongol de Bagdad en 1258; se dice que el río Tigris se tiñó de rojo y negro por la sangre y la tinta de miles de manuscritos invaluables.
Pero en opinión de Rashid, la barbarie mongola palidece ante la de ISIS.
“Son gente de otro planeta”, dice. “No se enorgullecen de nada. Su mentalidad está totalmente petrificada. No creen que todo esto sea un logro de la humanidad”.
Ben Wedeman reportó desde Bagdad y Laura Smith-Spark escribió desde Londres.