Por Shin Dong-hyuk

Nota del editor: Shin Dong- hyuk es un defensor de los derechos humanos y el personaje principal del éxito de librería “Escape From Camp 14”, que cuenta la historia de cómo nació y creció en un brutal campo de prisioneros políticos de Corea del Norte. Shin es el único hombre conocido que ha nacido y ha huido de tal instalación Él es el fundador y director ejecutivo del grupo Inside NK, donde crea conciencia social sobre la violación de los derechos humanos en Corea del Norte. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente las del autor.

(CNN) – En la sociedad utópica de Corea del Norte, no es necesario que las palabras “derechos humanos” existan, porque es demasiado perfecto, sostiene el régimen.

El régimen de Corea del Norte controla y observa el uso de las propias palabras. El concepto ni siquiera se enseña. Yo nunca escuché el término “derechos humanos” cuando estaba en Corea del Norte.

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También niega enérgicamente la existencia del sistema de campos de prisioneros políticos en todo el país.

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Mantiene esta posición aunque yo nací en el más infame de los campos de prisioneros políticos de Corea del Norte: el Campo 14. Incluso ahora, hay personas que nacen a una vida de interno en un campo de prisioneros políticos.

Corea del Norte también niega cometer violaciones contra los derechos humanos, amenaza e intimida a los activistas opositores que trabajan para crear conciencia sobre los temas de derechos humanos, y ataca y critica a quienes han testificado durante las pesquisas de la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas, calificando a estos desertores de “escoria humana”.

Corea del Norte también ha lanzado ataques sobre mi persona, al etiquetarme de “escoria humana” y al emitir una declaración que indica que mi testimonio está basado completamente en mentiras.

La dictadura en Corea del Norte nunca ha sido sincera o veraz durante las más de seis décadas que tiene de existencia.

¿Podría cambiar Corea del Norte?

El régimen dictatorial norcoreano no solo debería negar sin fundamento que estos campos de prisioneros políticos existen. Si son verdaderamente honorables y justos, deberían permitir de inmediato que una delegación internacional de investigación, compuesta por mi persona y organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o las Naciones Unidas, pueda realizar visitas in-situ a los campos de prisioneros. Estas delegaciones deben incluir a presos políticos sobrevivientes como yo, y a otros opositores.

Fue hasta hace poco que admitieron que estos “centros laborales de detención” existen, pero únicamente para los encarcelados que han mejorado sus vidas “por medio de su mentalidad y el análisis de sus malas acciones”.

Anteriormente este año, las Naciones Unidas publicaron un informe sobre la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, por medio de la Comisión de Investigación que se estableció el año pasado.

A esto le siguió un evento especial sobre los derechos humanos en Corea del Norte durante la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, en la que el secretario de estado de Estados Unidos, John Kerry, el recién nombrado Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Zeid Ra’ad Al Hussein, y los ministros de asuntos exteriores de Japón y Corea del Sur exigieron mejoras en los registros de Corea del Norte sobre derechos humanos.

Para contrarrestar esto, y quizá por temor a que se desafíe su estabilidad y a perder la iniciativa, el régimen se opuso categóricamente y obstruyó cualquier discusión en la ONU sobre una resolución con respecto a su récord de derechos humanos. Además, se opuso a que el asunto fuera presentado ante el Consejo de Seguridad.

A la larga, creo que el régimen está utilizando tácticas diplomáticas para desviar las presiones de la comunidad internacional en relación a sus ambiciones nucleares, las pruebas de misiles y las violaciones a los derechos humanos.

El régimen viaja libremente mientras los norcoreanos mueren de hambre

Algunos dicen que las acciones más recientes y los gestos conciliatorios por parte del régimen de Corea del Norte pueden llevar a reavivar las pláticas del grupo de los seis y a avanzar en el asunto de las armas nucleares. Sin embargo, estas pláticas se han llevado en varias ocasiones, y el régimen sigue adelante y realiza pruebas nucleares en un intento por convertirse en una potencia nuclear. Esto ha demostrado el lamentable fracaso de los objetivos de las pláticas del grupo de los seis para desnuclearizar a la península.

Incluso si las negociaciones fueran reiniciadas, la actitud del régimen debe cambiar primero. Lo más importante es que le ponga fin a su comportamiento provocador.

Sin embargo, aunque podría haber una distensión temporal en los conflictos si el régimen llegara a participar en las pláticas que se han retomado, sería difícil esperar un cambio fundamental de actitud por parte del régimen de Corea del Norte.

Además, el asunto de los derechos humanos debe estar al mismo nivel que el asunto de las armas nucleares, y se debe tratar a ambos. Para que esto suceda, el asunto de los derechos humanos debe ser incluido como una parte integral de las pláticas del grupo de los seis.

La comunidad internacional debe demostrar un interés continuo e involucrarse de forma activa.

La familia del dictador viaja libremente, mientras los norcoreanos comunes y corrientes no pueden disfrutar de ninguna libertad para viajar. Hay personas que mueren de hambre mientras él derrocha dinero en construir un campo de golf que no tendrá uso, y obtiene ingresos del turismo de Occidente. Esto es algo que me molesta y me entristece.

La dictadora en Pyongyang dice que sus ciudadanos eligen el sistema en Corea del Norte por medio de su propia voluntad y que están contentos.

Sin embargo, no hay lugar o país en esta Tierra en el que las personas conscientemente elijan un sistema que mate a sus propios ciudadanos, y permita que mueran de hambre, y estén conformes con eso.

Pie de página:

El sitio web del gobierno de Corea del Norte, Uriminzokkiri, publicó videos acerca de Shin Dong-hyuk esta semana, diciendo que sus testimonios eran mentiras. El video mostraba a un hombre, Sin Kyong Sop, a quien Shin reconoció como su padre. En este video, que tiene subtítulos en inglés, Sin niega que vivieron en una prisión.

En respuesta, Shin Dong-hyuk publicó ésta declaración:

“Mi único ‘pecado’ en contra del dictador norcoreano es que le conté al mundo entero sobre el sufrimiento de los presos políticos dentro de los campos de prisioneros políticos. Mi único ‘crimen’ en contra del dictador es que escapé del campo para prisioneros políticos.

Amo a mi padre. Por medio de esto, busco el perdón de mi padre. El dictador tiene como rehén a mi padre.

No importa lo que el dictador le haga a mi padre, ellos no pueden cubrir mis ojos, no importa lo que el dictador haga, ellos no pueden taparme la boca.