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Por Margot Haddad y Chelsea J. Carter, CNN

(CNN) – El ejército de Burkina Faso, nación del occidente de África, tomó control del gobierno el jueves y estableció un toque de queda de atardecer a amanecer en lo que fue descrito como un esfuerzo para proteger las vidas y restaurar el orden.

Los disturbios azotaron a Burkina Faso —un aliado clave de Occidente en la lucha contra Al Qaeda— en tanto las protestas contra el gobierno presidente Blaze Compaore se tornaron violentas, culminando el jueves con la irrupción de manifestantes en el Parlamento y el incendio del edificio.

Con el argumento de que es para el beneficio de los ciudadanos del país y que el ejército cuenta con el apoyo de “la opinión nacional e internacional”, el general Honore Nabere Traore le dijo a la prensa en la ciudad capital de Ouagadougou que el Gobierno ha sido disuelto.

“Una autoridad interina será establecida para poder preparar las condiciones para el regreso del orden constitucional normal en un período de 12 meses, por tarde” dijo Traore.

El paradero de Compaore no se conoce hasta ahora, y no está claro si entregó el control del país.

Previamente el jueves, Compaore tomó medidas de emergencia, pidiendo —en un comunicado del gobierno divulgado en la radio nacional— el final de la violencia. También retiró la propuesta de enmienda constitucional que incluía una providencia que le permitiría buscar otro mandato, según el comunicado.

Compaore, quien había estado en el cargo desde que tomó el poder tras un sangriento golpe de Estado en 1987, también hizo el llamado a través de Twitter, pidiendo el regreso de la calma.

Pero en este punto es poco probable aplacar a la oposición, que pidió la renuncia inmediata del mandatario.