Por Heidi Schlumpf
Nota del editor: Heidi Schlumpf es articulista del National Catholic Reporter y da clases de comunicación en la Universidad de Aurora. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.
(CNN) — Los católicos estadounidenses liberales reciben con gusto casi todo lo que el papa Francisco profiere, pero su más reciente declaración los dejó atónitos. Los titulares que proclaman que “el papa dice que la evolución y el Big Bang son reales” pudieron haberse escrito en 1950.
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Fue entonces cuando el papa Pío XII anunció que la doctrina católica y la evolución podían ser compatibles, actitud que el papa Juan Pablo II respaldó e incluso expandió al decir que la evolución es “más que una hipótesis” y “es un hecho efectivamente demostrado”. El papa Francisco simplemente sigue esos pasos.
“Dios no es un ser divino ni un mago, sino el creador que dio vida a todo”, dijo el papa el lunes en la conferencia La evolución de los conceptos sobre la naturaleza que organizó la Academia Pontificia de Ciencias.
“La evolución en la naturaleza no contradice a la noción de creación porque la evolución requiere la creación de cosas que evolucionan”.
Entonces, ¿por qué tanto alboroto? Creo que se debe a tres cosas.
Primero, algunos pensaban que el predecesor de Francisco, el papa Benedicto XVI, estaba dando marcha atrás a la apertura a la evolución y que prefería el concepto del “diseño inteligente” que acepta algunos aspectos de la evolución pero no otros (como que no está dirigida).
Entonces, las palabras de Francisco indican que la Iglesia retomó su apertura a la teoría de la evolución.
En segundo lugar, Francisco hace noticia, simple y sencillamente. La narrativa de “la Iglesia tiene un nuevo líder abierto” se ha arraigado y cualquier cosa que diga se presenta como innovadora aunque otros papas más tradicionales lo hayan dicho antes que él.
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De igual forma, gran parte de los medios se aferra a la idea de que la Iglesia se opone a la ciencia. No es totalmente su culpa en vista de que la Iglesia se opone al control artificial de la natalidad, a la reproducción asistida, a las investigaciones sobre células madre y otros procedimientos médicos que la mayoría de los estadounidenses (e incluso la mayoría de los estadounidenses católicos) aceptan. Sin embargo, que todo ese asunto de Galileo siga pesando parece injusto 400 años después.
La verdad es que la primera persona que propuso lo que más tarde sería la Teoría del Big Bang fue un sacerdote católico, monseñor Georges Lemaître, un astrónomo belga y profesor de Física al que la Iglesia nunca persiguió por sus ideas.
Eso me lleva a la tercera y más probable razón del alboroto por las declaraciones de Francisco acerca de la evolución. Como demasiados católicos tradicionalistas se han alineado con los evangelistas protestantes con fines políticos, han adoptado algunas de esas creencias evangélicas.
Aunque probablemente se alíen para oponerse al aborto o al matrimonio homosexual, estos católicos tal vez terminen adhiriéndose a otras “causas” conservadoras, tales como la oposición a la inmigración, a los programas para los pobres y sí, al estudio de la evolución en los libros de texto, cosas que las enseñanzas católicas respaldan actualmente.
Se ha dicho que los conservadores de varias tradiciones religiosas a menudo tienen más en común con otros conservadores que con los liberales de su propia religión. (Claro que se dice lo mismo acerca de los liberales). Aunque la cantidad de católicos que se unen a las filas de los evangélicos en temas como la oposición a la evolución es reducida, ambos grupos se confunden en la percepción de muchas personas.
Cuando regresábamos a casa de la clase de Educación Religiosa, hace unas semanas, mi hijo y yo discutíamos sobre la historia de la creación. “Es solo un mito”, anunció. Luego repitió mi explicación previa de que aunque las historias de la Biblia contienen algo de verdad, no necesariamente ocurrieron.
Si un niño de siete años puede entenderlo, parece que los demás también.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Heidi Schlumpf.