Por Steve Hargreaves, CNNMoney
(CNNMoney) – Pronto, el tráfico de la hora pico y trabajar a 80 kilómetros de tu casa podría ser cosa del pasado. En los viajes del futuro podrás trasladarte de una ciudad importante a otra en cuestión de una hora o menos.
Eso se debe a que un grupo de inversionistas privados está tratando de hacer lo que el gobierno federal ha intentado durante años: crear una red de trenes de alta velocidad en Estados Unidos.
Un plan de trabajo contempla un tren que flote sobre imanes y viaje a 480 kilómetros por hora desde el centro de Washington, D.C. hasta Manhattan. El tren sería más rápido que cualquier otro medio de transporte y haría el recorrido en una hora…o casi tres veces más rápido que el servicio Acela de Amtrak.
“Podrías vivir en Baltimore e ir a trabajar a Nueva York más rápido de lo que llegarías si vivieras en Connecticut”, dijo Wayne Rogers, director de Northeast Maglev, el grupo que está detrás del proyecto. “Esto cambia el valor de los bienes raíces, cómo viven las personas y dónde trabajan. Realmente cambia el mundo”.
El tren en cuestión está fabricado en torno a una tecnología japonesa conocida como levitación magnética. En lugar de ruedas que se desplazan sobre rieles, la levitación magnética utiliza poderosos imanes con carga eléctrica para que el tren quede suspendido en el aire dentro de una barra en forma de U construida en ambos lados de la vía. Los imanes elevan al tren y lo impulsan hacia adelante; la poca fricción es lo que hace que el tren alcance altas velocidades.
Aunque pareciera tratarse de ciencia ficción, la tecnología en sí ha existido durante más de un siglo. Los japoneses han tenido una vía de pruebas durante años, y los chinos actualmente operan un tren similar, aunque menos avanzado, desde el aeropuerto de Shanghái hasta las afueras de la ciudad.
Pero es caro. Northeast Maglev calcula que la ruta de Nueva York hasta el Distrito de Columbia podría costar más de 100.000 millones de dólares. Gran parte del dinero se gastaría en los túneles y en las vías elevadas necesarias en un área tan poblada como esa. Posiblemente se construirían túneles debajo de las ciudades y luego operaría sobre o al lado de la carretera Interestatal 95 en las áreas más rurales.
Así que el grupo ha comenzado con algo pequeño, y su objetivo es construir una sección de 61 kilómetros desde el aeropuerto de Baltimore hasta el centro de D.C. en los próximos 10 años. Con el financiamiento de inversionistas privados estadounidenses, ya han gastado 40 millones de dólares en la ingeniería y han solicitado los permisos correspondientes al estado de Maryland. El gobierno japonés les ha prometido 5.000 millones de dólares en financiamiento (ellos están dispuestos a exportar la tecnología), y piensan recaudar el resto del dinero por medio de los mercados de capital privado.
También cuentan con algunos poderosos patrocinadores. El ex gobernador de Pensilvania, Ed Rendell, el ex gobernador de Nueva York, George Pataki, y el ex líder de la mayoría en el Senado, Tom Daschle, son parte de la junta directiva.
A pesar del fuerte respaldo, muchos dudan que la construcción del tren en realidad se lleve a cabo. Los permisos, los derechos de paso y el dinero serían los principales obstáculos. Después de todo, ha habido varias propuestas de líneas de alta velocidad, y ninguna se ha materializado.
“Es casi como un castillo en el aire”, dijo Ken Orski, editor de la publicación Innovation NewsBriefs de la industria de la infraestructura, y ex funcionario de transporte en los gobiernos de Nixon y Ford. “No ocurrirá mientras viva”.
El gobierno federal ha asignado más de 10.000 millones de dólares a la construcción de un tren de alta velocidad (gran parte del estímulo de 2009) pero en realidad se ha gastado menos de la mitad de esa cantidad. California tomó 2.000 millones de dólares para su tren de alta velocidad, pero la construcción aún no se ha iniciado. La mayor parte del resto se ha utilizado para mejorar las vías existentes.
Pronto se podría iniciar la construcción de una segunda propuesta de un tren de alta velocidad en Texas por parte del sector privado.
El plan contempla un tren bala más tradicional (las ruedas se desplazarán sobre la vía, pero alcanzará velocidades de más de 321 kilómetros por hora) que hará el recorrido de Dallas a Houston. El viaje tomará 90 minutos, en comparación con las tres horas y media que toma hacerlo en auto y una hora en avión. El grupo que lo promociona (Texas Central Railway) dice que los boletos costarían lo mismo que los boletos de avión, pero los pasajeros se evitarían la molestia de llegar al aeropuerto y registrarse.
Ya se ha completado el estudio de factibilidad, y el grupo ha solicitado la mayoría de permisos. Ellos esperan obtener más financiamiento por parte del sector privado y empezar la construcción en 2017; el servicio comercial daría inicio en 2021.
Lo que hace que la realización de este proyecto sea más factible es que utiliza una tecnología que ha estado en operación comercial durante más de cincuenta años, que conecta dos áreas con una alta densidad de población sobre un terreno plano y desolado, y que tiene un costo relativamente bajo de 10.000 millones de dólares.
Lo que hace que esto sea interesante es que el conservador estado de Texas podría obtener el tren de alta velocidad (normalmente un sueño de la Izquierda) incluso antes que Nueva York o California.