Por Paula Hancocks
(CNN) — Romper losetas con la cabeza, romper una losa de granito en el pecho con un mazo, romper bombillas con un dedo… esas son algunas de las pruebas vitales si quieres un trabajo para proteger a la élite de Corea del Norte.
Imágenes de propaganda de la televisión de Corea del Norte muestran una asombrosa variedad de hazañas físicas, que utilizan el taekwondo y otras artes marciales. Son visualmente impresionantes, aunque no está claro cómo podrían ayudar contra un asesino armado.
Lee Young-guk fue guardaespaldas del difunto Kim Jong Il durante 10 años, hasta justo antes de que él tomara el control de Corea del Norte. Dice que tuvo una formación muy similar antes de ser considerado para proteger a un líder.
“Es un entrenamiento duro”, dice Lee. “Pero ¿por qué hacerlo? Es para construir lealtad. Un arma de fuego no va a ganar una guerra y el taekwondo sirve nada más para el espíritu, pero crea lealtad”.
Lavado de cerebro a los guardaespaldas
En una entrevista en Seúl con CNN, Lee dice que su formación también incluía métodos más tradicionales. Prácticas de tiro, entrenamiento físico, táctico y de peso, natación y manejo de un barco. Pero eso es solo una parte de la preparación.
Una gran parte de la formación, según él, es el lavado de cerebro ideológico. Lee dice que fue entrenado para creer que Kim Jong Il era un dios, y que la única razón por la que nació era servir y proteger al “querido líder”.
Pero en los casi 11 años que estuvo a su lado, dice que vio a un hombre rodeado de temores.
Recuerda “dos caras” del hombre, a quien describió como alguien que podría regalar oro cuando era feliz, y repartir penas de muerte cuando no lo estaba.
“Cuando Kim Jong Il llegaba en su vehículo, sus consejeros de 60 a 70 años huían y se lanzan sobre la hierba. Querían esconderse de él”, dice Lee.
“Tenían miedo porque incluso cuando estaba feliz podía ser rudo y podía cortar sus cabezas.”
Recuerda a un alto funcionario que una vez utilizó un ascensor y un cenicero privado de Kim Jong Il. Cuando Kim se enteró, lo envió a un campo de concentración en el que el hombre murió.
Kim Jong Un, ¿el peor de todos?
Lee sabía que el líder de Corea del Norte era cruel cuando lo servía. Pero, dice, fue solo después de que se escapó a Corea del Sur, su nuevo hogar, que se dio cuenta de que Kim era un verdadero dictador, como su padre Kim Il Sung había sido antes que él, y su hijo y actual líder, Kim Jong Un, es ahora.
Pero él está preocupado por que Kim Jong Un pueda ser el peor de todos. “Kim Jong Un terminó matando a su tío, a quien ni Kim Jong Il no podía matar”, dijo Lee.
“A medida que el poder fue entregado a la tercera generación, se hizo más cruel. Kim Jong Un ha creado la lealtad, pero es falsa y basada en el miedo.”
Lee: Kim Il Sung y sus ‘tratamientos’ para vivir 100 años
De haber estado en palacios opulentos, con comida y mujeres, que dice que eran abundantes en la comitiva de Kim Jong Il, Lee entonces vio el otro extremo de la vida en Corea del Norte.
Después de ser capturado por tratar de escapar en 1994, fue enviado al brutal campo de concentración de Yodok.
Con el tiempo se escapó, convirtiéndose en uno de los aproximadamente 25,000 desertores que ahora llaman a Corea del Sur su casa. En su nueva vida, ha trabajado como criador de patos, ha escrito un libro sobre su vida en el norte, y es comentarista en los medios de comunicación, donde habla sobre su experiencia en el norte.
Fue este deseo de escapar, y decirle al mundo la historia de lo que había presenciado, que le ayudó a sobrevivir a los horrores de los campos, dice.