Por Steve Hargreaves, CNNMoney
(CNNMoney) – Pronto, los súper ricos podrían llegar a hacer un viaje supersónico.
Más de una década después de que el Concorde hiciera su último vuelo transatlántico, varias compañías están trabajando en la próxima generación de aviones supersónicos para pasajeros, capaces de alcanzar al menos el doble de velocidad que los actuales aviones comerciales.
Probablemente, estos aviones aparecerán primero en el mercado de los aviones a reacción privados y de negocios.
Son “los aviones a reacción corporativos y los súper ricos quienes valorarían la velocidad y pagarían un alto precio”, dijo Andrew Goldberg, director ejecutivo de Metropolis Group, una firma de inversión con experiencia en el sector aeroespacial.
Al menos dos compañías están trabajando actualmente en tales aviones.
Aerion, con sede en Reno, Nevada, está desarrollando un avión a reacción para 12 pasajeros de 110 millones de dólares capaz de alcanzar una velocidad de Mach 1,6, o más de 1.930 km/h. Será dos veces más rápido que el avión de 65 millones de dólares, Gulfstream G650, y podría acortar el tiempo de viaje entre Nueva York y Londres de siete horas a un poco más de cuatro.
“Existe un argumento de negocios y una demanda para esto”, dijo Jeff Miller, director de mercadeo y comunicación de Aerion. “La gente quiere llegar a los lugares más rápido”.
La compañía tiene depósitos de docenas de clientes, y recientemente firmó un acuerdo de asistencia técnica con Airbus, la compañía que, en una encarnación previa, construyó el Concorde. Esperan entregar el primer avión en 2022.
Spike Aerospace, con sede en Boston, está trabajando en un avión similar, que también transportaría a pasajeros de negocios a una velocidad de Mach 1,6. En su sitio web, la compañía hace alardes de que volar en el avión “hará que cualquier otro avión a reacción dé la impresión de estar volando en un avión propulsor”.
Estos aviones pueden tener éxito donde el Concorde de la era de los sesenta fracasó, dijo Miller, gracias a las mejoras en la aerodinámica, los motores y los materiales compuestos que ahorrarán combustible, y a la larga, dinero. También viajarán a una velocidad un poco más lenta que el Concorde para reducir costos.
Pero hasta ahora, solo pueden planificar rutas que viajan más que todo sobre el agua.
El principal obstáculo que los viajes aéreos súper rápidos enfrentan son el estruendo sónico: el sonido que un avión hace cuando se vuelve supersónico. Este estruendo es tan fuerte como un trueno y sigue al avión durante todo el tiempo en el que supera la velocidad del sonido. Por esta razón, los vuelos supersónicos se han prohibido durante mucho tiempo en la mayor parte de Estados Unidos y muchos otros países.
Al ver más allá, tanto Lockheed Martin como Boeing están trabajando con la NASA para disminuir el estruendo sónico. La NASA cree que está logrando un buen progreso (en gran parte por medio del diseño del avión), y en algún momento después de 2022, podría ser aceptable exceder la velocidad del sonido sobre tierra. Eso pondría muchas más rutas en juego y abre la puerta a un posible servicio supersónico comercial.
Lockheed tiene planes de construir un avión (el N+2) que también alcanza una velocidad de Mach 1,6, pero su objetivo son las aerolíneas comerciales. Reduciría el tiempo de viaje desde Nueva York hasta Los Ángeles de cinco a 2,5 horas.
Este tipo de avión probablemente solo sería utilizado por los ricos, y ofrecerá un servicio (y precios) únicamente en algunas rutas selectas.
Pero finalmente, lo supersónico alcanzará a las masas.
Goldberg, de Metropolis, piensa que en los próximos 20 a 25 años, la tecnología podría progresar hasta el punto donde los aviones de alta capacidad y gran altitud podrían viajar a una velocidad de Mach 2 o más (más de 2.414 km/h). Así, el vuelo de Nueva York a Pekín tendría una duración de 3,5 horas y el costo no sería tan distinto al de un vuelo normal.
Sin duda, la tecnología para alcanzar esa velocidad existe. Lockheed recientemente probó un avión no tripulado (el HTV-2) que alcanzó una velocidad de Mach 20, o más de 20.921 km/h. A esa velocidad, el tiempo de vuelo entre Nueva York y Los Ángeles sería de 12 minutos.
El récord de velocidad de un humano lo tienen los astronautas a bordo del Apolo 10 quienes, libres de peso por la resistencia de la atmósfera, alcanzaron los 39.897 km/h en su viaje de regreso de la luna.
Esto hace que los 19.312 km/h parezcan un avión a propulsión.