Por Raul A. Reyes
Nota del editor: Raúl A. Reyes es abogado y miembro de la junta de colaboradores de USA Today. Síguelo en Twitter @RaulAReyes
(CNN) – Un poco más de dos días. Esa es la cantidad de tiempo que el gran jurado deliberó antes de decidir no presentar una acusación en contra de Darren Wilson, el oficial de policía que disparó y mató a Mickael Brown en Ferguson, Missouri el 9 de agosto. El fiscal del condado de St Louis, Robert McCulloch, anunció que el gran jurado había escuchado más de 70 horas de testimonio de 60 testigos antes de tomar su decisión, la cual dijo, fue respaldada por evidencia física.
Tristemente, el hecho de que el gran jurado no acusara a Wilson no fue una sorpresa. Pero no culpen al gran jurado, sino a McCulloch. Él supervisó los procedimientos y es el responsable de su resultado.
McCulloch comprometió los procedimientos del gran jurado de Ferguson desde el principio. Se negó a los llamados a recusarse, afirmando lo siguiente: “No tengo absolutamente ninguna intención de alejarme de mis deberes y de las responsabilidades que las personas de esta comunidad me han confiado”. Sin embargo, a la comunidad le habría ido mejor si se hubiera apartado.
El padre de McCulloch fue un oficial de policía asesinado durante un tiroteo con un sospechoso afroamericano. Su hermano, su tío y su primo prestaron su servicio en el departamento de policía de St. Louis, y su madre trabajó allí durante 20 años como empleada administrativa. Newsweek hizo mención de “los antecedentes de relaciones paralelas con la policía” de McCulloch. Por el bien de la imparcialidad, McCulloch debió haber permitido que un procurador especial llevara el caso.
El gran jurado solo necesitaba encontrar “una causa probable” para acusar a Wilson. Se trata de una de normas legales más básicas en nuestro sistema de justicia, previa a “más allá de una duda razonable” (requerida para una condena criminal) y “preponderancia de la evidencia” (el estándar en un juicio civil). El hecho de que McCulloch no fuera acusado por un asesinato que escandalizó a la nación genera preguntas en cuanto a si él realmente quería una acusación.
“Presentaremos absolutamente todo ante este gran jurado”, dijo McCulloch en agosto. Sin embargo, en los procedimientos del gran jurado, el fiscal por lo general muestra la cantidad mínima de evidencia necesaria para establecer que el caso amerita un juicio. Al presentarle tanta evidencia al gran jurado, McCulloch podría haberlos abrumado hasta llevarlos a la conclusión incorrecta. Durante el proceso, ha dado lugar a acusaciones de que estaba actuando para proteger a Wilson.
Considera el marco de tiempo de McCulloch para el gran jurado, que el New York Times describió como “prolongado y exhaustivo”. Los grandes jurados rutinariamente establecen acusaciones criminales en cuestión de días. Pero los procedimientos en Ferguson se prolongaron durante meses, y esto puso una carga sobre los miembros del jurado para recordarlo todo y luego tomar una decisión sabiamente. Otra señal de alerta fue que este largo proceso estuvo plagado de filtraciones; todas ellas respaldaban la versión de Wilson de los eventos.
Peor aún, McCulloch se negó a recomendar cargos al gran jurado. Los fiscales normalmente hablan con el jurado sobre los cargos que están buscando, los desglosan y explican por qué los merecen. McCulloch en cambio dejó que el gran jurado de Ferguson considerara los términos como “homicidio voluntario” y “homicidio involuntario en segundo grado” por su cuenta, lo que aumentaba las probabilidades de que no buscaran una acusación.
De hecho, McCulloch podía haber presentado cargos directamente en contra de Wilson, eludiendo al gran jurado. Él eligió no hacerlo, lo cual es un indicador preocupante de su interés por procesar este caso de manera agresiva.
Por supuesto, hay versiones contradictorias de lo ocurrido entre Wilson y Michael Brown. ¿Temía Wilson por su vida, como le dijo a los investigadores, cuando él y Brown forcejaron por su arma? ¿Tenía Brown las manos en alto cuando recibió el disparo que le quitó la vida? Nunca lo sabremos, porque no habrá juicio. Esa es una tragedia para la familia Brown y una afrenta al valor fundamental estadounidense de que todos somos iguales ante la ley.
La decisión del gran jurado tiene implicaciones que van mucho más allá de Ferguson. Una encuesta de Gallup encontró que los afroamericanos tienen menos confianza en el sistema de justica penal que los estadounidenses blancos, mientras un informe de la Fundación W.W. Kellogg encontró que el 68% de los latinos indicó que estaban preocupados por la brutalidad policial. El hecho de que Wilson no sea acusado reafirma las opiniones que existen entre las comunidades de color en relación a que nuestro sistema de justicia no es equitativo. Y cuando segmentos importantes de nuestra población pierden la fe en nuestro sistema judicial, nuestra democracia se debilita.
La decisión en relación a Ferguson habla mal de fiscal McCulloch. Sus procedimientos viciados con el gran jurado aseguraron que no se hiciera justicia para Michael Brown.