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Por Darío Klein, CNN Español

(CNN Español) – Uruguay realiza la segunda vuelta presidencial este domingo 30 de noviembre, en la que se enfrentan el oficialista Tabaré Vázquez, del Frente Amplio, y Luis Lacalle Pou, del centroderechista Partido Nacional. Según las encuestas, Vázquez tiene mayor probabilidad de llegar al poder.

En la primera vuelta, Vázquez obtuvo 48 % de los votos, seguido por Lacalle Pou con el 30 %.

Los apellidos en la contienda electoral son viejos conocidos de la política uruguaya: Vázquez fue el primer mandatario del partido izquierdista Frente Amplio, gobernó entre 2005 y 2010; y Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, es hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle, quien gobernó de 1990 a 1995.

A pocos días de las elecciones en Uruguay, las dos fórmulas presidenciales queman los últimos cartuchos para convencer a los votantes. Alrededor de 2,6 millones de uruguayos están llamados a las urnas.

Tabaré Vázquez, el expresidente que quiere repetir

Desde el estrado, Tabaré Vázquez le da el micrófono a una participante de su mitin en la localidad rural de Lascano, en el departamento oriental de Rocha, cerca de la frontera con Brasil. “¡Usted es nuestro Tabaré! Tabaré es de nosotros!!”, grita la mujer. “¡Gracias, gracias de corazón”, responde el candidato del Frente Amplio.

El agradecimiento del exmandatario se repite una y otra vez. Agradece por haber obtenido 48 % de los votos en la primera vuelta de octubre y porque, si las encuestas no se equivocan, el próximo domingo volvería a ser elegido mandatario en el balotaje.

Es la quinta vez que el aspirante oficialista recorre el país, y por quinta vez repite sus propuestas y promesas de campaña: una mezcla de compromisos locales —como gastos en infraestructura e inversiones concretas— con sus propuestas más ambiciosas: terminar con la pobreza, controlar la inseguridad o mejorar la educación.

Una larga caravana de vehículos recorre las ciudades del interior de Uruguay, saludando a los pueblos a su paso. Y al llegar a la plaza central de la localidad, se desata la fiesta. Aplausos, sonrisas, fotos, abrazos y besos. “Que enorme gusto verte, ahora me puedo morir”, lanza una militante al abrazar a Vázquez, quien firma un autógrafo tras otro en banderas y hasta en los brazos de las personas.

“No nos dejen solos, si vamos bien digan que vamos bien. Si dicen que vamos mal, digan: ‘muchachos, hay que corregir”, pidió a sus seguidores desde un estrado donde, además de las propuestas, conviven las risas, la entrega de un ceibo (la flor nacional de Uruguay) como símbolo de unión, y hasta el canto del “Qué los cumplas feliz” a una militante.

Consultado por CNN sobre cómo es hacer campaña política en Uruguay, el candidato respondió: “tiene sus particularidades, es un país pequeño, lo podemos recorrer en un día de punta a punta, y además somos 3 millones de habitantes. Y nosotros preferimos privilegiar este contacto directo a no poner nada de intermedio entre nosotros y la gente”.

“Alguna vez oí que se envejece cuando se tienen más recuerdos que sueños. Yo hoy quiero tener más sueños que recuerdos”, afirmó Tabaré Vázquez en otro acto político.

Su discurso lo termina siempre con la misma frase, que ya es un emblema de su campaña: “Cuando las luces de felicidad de los uruguayos comiencen a alumbrar el negro perfil del monte, vaya a saber donde les estaré diciendo, festejen, festejen, que la victoria es de ustedes”.

 Luis Lacalle Pou, el desafiante

“Supongamos que el 30 de noviembre nos toca ser los elegidos… que es difícil, pero es posible, estamos convencidos”, arenga en la pequeña localidad de Ciudad del Plata, el desafiante al oficialismo Luis Lacalle Pou, hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle. La gente aplaude. Aunque saben que tienen las encuestas en contra, no pierden el optimismo.

En un país no tan extenso como Uruguay, la campaña se realiza en los medios de comunicación, pero sobre todo en cada pueblo, cada localidad, cada barrio. “Hemos andado no sé por cuántos lugares, no sé cuántos miles de kilómetros hemos hecho”, dice el candidato a vicepresidente Jorge Larrañaga.

En cada acto, el candidato del Partido Nacional, segundo en la primera ronda electoral de octubre, se toma el tiempo para saludar, escuchar a los votantes, firmar autógrafos y sacarse fotos con ellos.

Lacalle Pou asegura que para él esa es la esencia de una campaña electoral: “Tocar, ver, saludar, mirar a los ojos. La gente todavía ata lo que ve en la tele, en internet, con mirarte a los ojos y eso genera un link, una conexión”.

En sus discursos habla de esperanza, de amor. También habla de los temas que cree que le preocupan a los habitantes de Uruguay: educación, salud y seguridad. Llamativamente, la economía no es un tema de discusión en la campaña, en un país que ha crecido sin pausas desde hace 10 años.

Aunque las encuestas le dan escasas posibilidades, sabe que, con 41 años, está construyendo un liderazgo.

Y tal vez por eso, pase lo que pase el domingo, mira el futuro con optimismo