La OECD analizó 427 casos de soborno en los negocios internacionales.
Dos tercios de los casos se produjeron en solo cuatro industrias: extracción (19%); construcción (15%); transporte y almacenamiento (15%); e información y comunicaciones (10%).
Los altos ejecutivos participaron en más de la mitad de los casos, en los cuales los principales ejecutivos jugaron un papel activo en un 12%. La OECD descubrió que ellos mismos pagaron los sobornos o los autorizaron.
Los empleados del sector público y las personas que trabajan para empresas que son propiedad del estado eran más propensos a ser blancos de la corrupción. En el 80% de los casos se les prometieron, ofrecieron o se les dieron sobornos.
Estos incluyeron a los principales políticos, como ministros del gobierno y presidentes de empresas estatales. También es probable que los funcionarios que trabajan en aduanas, salud y defensa se beneficien de dichos sobornos.
No es de extrañar que mientras más alto es el rango del funcionario, más grande es el soborno. Mientras que los jefes de Estado y los ministros fueron sobornados en tan solo un 5% de los casos, recibieron el 11% de los sobornos totales.
Por otro lado, los funcionarios de aduanas fueron el blanco en el 11% de los casos, pero se embolsaron un poco más del 1% de los sobornos.
Todos los casos que fueron examinados por la OECD han sido procesados y han llegado a una sentencia definitiva.
Casi un tercio de los casos fue denunciado ante las autoridades por empresas que con frecuencia descubrieron los sobornos durante las auditorías internas o al combinar las cuentas previo a una fusión o adquisición.
Por otro lado, los informantes estaban involucrados en tan solo el 2% de los casos.