Por Ashley Fantz y Catherine E. Shoichet, CNN
(CNN) – Antes de que fuera abatido en una cafetería de Sydney, el hombre armado que retuvo rehenes durante más de 16 horas tuvo varios encuentros con la policía.
Se trata de Man Haron Monis, según informó el lunes un funcionario que tiene conocimiento directo de la situación.
“Tenía un largo historial de crímenes violentos, extremismo e inestabilidad mental”, dijo el primer ministro Tony Abbott.
También es conocido como Sheikh Haron, quien se autodenominaba clérigo musulmán y un refugiado iraní que el año pasado se declaró culpable de escribir cartas ofensivas a las familias de los miembros del servicio de Australia, informaron los medios de comunicación australianos.
Por ese delito, se le impusieron 300 horas de servicio comunitario, informó el Weekend Australian.
En 2013, fue acusado de ser cómplice del asesinato de su exesposa, según informes de prensa australianos que dicen que fue liberado bajo fianza.
En abril, detectives de crímenes sexuales arrestaron a Monis y lo acusaron de agredir sexualmente a una mujer en el oeste de Sydney en el 2002, según The Sydney Morning Herald. Según informó el diario, se le imputaron otros cargos por ofensas sexuales en relación a otras seis víctimas adicionales. Según los informes, la policía dijo que Monis estaba usando el nombre de Mohammad Hassan Manteghi y afirmó ser un “curandero sexual”.
En el sitio web que parece ser de Monis, se lee una promesa de lealtad hacia el grupo terrorista llamado Estado Islámico.
El sitio dice que Monis es un clérigo y activista musulmán con sede en Sydney, que ha “estado continuamente bajo ataque y falsa acusación por parte del gobierno australiano y de los medios de comunicación desde que comenzó su campaña de cartas políticas en el 2007”.
Hay una fotografía gráfica de niños muertos en la parte superior de la página. Bajo la imagen, aparece el texto que lee: “Esta es una evidencia del terrorismo de Estados Unidos y sus aliados, entre ellos Australia. El resultado de sus ataques aéreos”.
El sitio describe a Monis como víctima de una venganza política y lo compara con Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, quien ha asegurado que las acusaciones de delitos sexuales que enfrenta se deben a razones políticas.
Un vídeo de YouTube publicado en noviembre muestra a Monis de pie en la esquina de una calle, cubierto con cadenas, llevando un cartel que dice: “He sido torturado en la cárcel por mis cartas políticas”.
Crisis en un café
El caso de los rehenes que ocurrió el lunes comenzó alrededor de las 10 de la mañana de la hora local. Cientos de policías, entre ellos francotiradores, tomaron posiciones alrededor del Lindt Chocolate Cafe en el distrito central de negocios de Sydney.
Los medios australianos capturaron imágenes inquietantes de rehenes que presionaban sus manos contra las ventanas de la cafetería. Según informes, se turnaba para sostener una bandera de color negro con escritura árabe que decía: “No existe ningún otro Dios, sino Dios, y Mahoma es el profeta de Dios”.
El hombre que retenía a los rehenes exigió hablar con el primer ministro australiano, Tony Abbott. La policía estaba monitoreando las redes sociales porque al parecer los rehenes publicaban información sobre las exigencias del hombre.
Luego de estar horas en crisis, al menos cinco rehenes lograron escapar, corriendo aterrorizados hacia la policía antidisturbios. Eso hizo que el secuestrador se enfureciera, informó Chris Reason, corresponsal de Seven Network, afiliada de CNN. Reason dijo que pudo ver cómo el pistolero se “perturbó mucho” cuando se dio cuenta de lo que había sucedido y “empezó a gritarles órdenes” a los rehenes que quedaban.
Un tiroteo estalló en la madrugada del martes cuando la policía irrumpió en el café donde el pistolero había estado reteniendo a los rehenes.
Posteriormente, la policía anunció que el asedio había terminado. Las autoridades no han hecho comentarios sobre las víctimas del ataque, pero los medios australianos informaron que es probable que algunas personas hayan muerto y otras hayan resultado heridas. Las autoridades no han dado a conocer el destino del presunto secuestrador.
Elizabeth Joseph y Hamdi Alkhshali de CNN contribuyeron con este informe.