Por Jethro Mullen
(CNN) — Este va a ser un año más largo. Bueno, un segundo nada más.
Todos vamos a tener un tick extra en el reloj, conocido como un “segundo bisiesto”, el 30 de junio.
Este extra de tiempo plantea un par de preguntas.
¿Cómo gastar ese segundo extra? ¿Dormir? ¿Trabajo? Quizás el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, lo usará para ayudar a mantenerse al día con su programa de lectura de libros de Año Nuevo.
Luego está la cuestión de por qué tenemos que jugar con los relojes de todo el mundo.
La Tierra contra los relojes atómicos
Todo se reduce a la física, de acuerdo con Nick Stamatakos, el jefe de los parámetros de orientación de la Tierra en el Observatorio Naval de Estados Unidos, que supervisa los relojes atómicos en ese país.
“La real y simple explicación es que la Tierra se está desacelerando un poco”, dijo a la Australian Broadcasting Corporation.
Eso significa que los relojes atómicos están manteniendo el tiempo más exacto que la propia rotación de nuestro planeta, que puede acelerarse y frenarse debido a las mareas y los cambios dentro del núcleo de la Tierra.
Para poner las cosas en sincronía, se añade periódicamente un segundo extra al Tiempo Universal Coordinado (UTC), hora estándar de referencia en el mundo.
El ajuste se realiza por científicos del Servicio Internacional de la Tierra y Sistemas de Referencia, la agencia que vigila el giro del planeta. Ellos anunciaron en un boletín este lunes, la decisión de añadir un segundo este año.
El anterior año con esta característica fue 2012, pero no funcionó del todo bien. Algunas de las plataformas de software que sustentan una gran cantidad de sitios web no sabían cómo hacer frente al segundo extra.
EE.UU. quiere deshacerse del segundo extra
El tema se ha convertido en un punto de conflicto internacional. Algunos países, entre ellos Estados Unidos, quieren deshacerse de los segundos intercalados, pues dicen que son demasiado perjudiciales para los sistemas de precisión utilizados para la navegación, comunicaciones y otros servicios.
Pero otros, como Gran Bretaña, han argumentado que es riesgoso permitir una divergencia entre la hora que se mantiene en los relojes atómicos y el de rotación de la Tierra.
Una conferencia internacional de radiocomunicaciones en 2012 delegó una decisión al respecto hasta este año.
En cualquier caso, se están agregando menos segundos intercalados en la actualidad que hace unas décadas.
“La Tierra no está tan lenta como lo estuvo en los años 70”, dijo Stamatakos. “En relación a la década de 1970, se aceleró un poco”.
Pero aún no es suficiente para hacer coincidir el tiempo con los relojes atómicos.