Por Marco Vicenzino
Nota del editor: Marco Vicenzino es colaborador de FreeVenezuela.org y director de Global Strategy Project.
(CNN Español) – La trágica muerte de doce personas en la oficina de una publicación satírica francesa en París es un ataque directo a los cimientos de todas las sociedades democráticas.
Merece una condena inmediata y universal a lo largo de todos los espectros políticos y religiosos, sin importar su afiliación. También requiere la firme e inequívoca expresión pública de solidaridad con los medios de comunicación en todas partes del mundo.
Tal expresión de solidaridad enviará un mensaje claro respecto a que las libertades civiles, en particular las libertades de expresión y prensa, no se verán comprometidas, socavadas o intimidadas por actos o amenazas de violencia.
OPINIÓN: ¿El humor ofensivo de Charlie Hebdo es necesario?
Además, los ciudadanos ordinarios, y en particular los líderes, deben permanecer firmes y resueltos a conservar y defender los derechos civiles sin sucumbir ante el populismo político.
Desde una perspectiva de seguridad, la pregunta principal es si los autores forman parte de una célula terrorista independiente, un grupo conectado a una red más amplia, o si están directa o indirectamente vinculados a ISIS.
El evento fue claramente un ataque profesional que implicó una planificación y ejecución detallada. Desde hace algún tiempo, las autoridades francesas y sus homólogas europeas han advertido de las continuas amenazas de represalias por los conflictos en Siria e Iraq. Esto emana específicamente de los yihadistas europeos que regresan de zonas de conflicto y de los simpatizantes de los lobos solitarios que toman acciones violentas individualmente. Debido a las realidades geográficas, Europa sigue siendo mucho más vulnerable a estas amenazas que Estados Unidos. La frontera permeable de Europa con Turquía y el ingreso de miles de personas por sus costas del sur presentan oportunidades para los radicales.
Los cálculos de quienes se aventuran a Iraq y Siria son de varios cientos. Ya se han llevado a cabo numerosos arrestos, detenciones y procesos judiciales. Aunque muchos regresan en misiones terroristas, otros vuelven a casa desilusionados y rechazando la violencia. Estos últimos no deben ser desatendidos, sino atraídos de manera efectiva para prevenir y disuadir a otros posibles reclutas.
Aunque los funcionarios franceses afirman que han prevenido cinco ataques importantes en el transcurso de los últimos dos años, los incidentes de lobos solitarios han persistido. Entre una serie de ataques a finales de 2014, hubo dos incidentes de conductores que embistieron con sus vehículos a grupos de personas en centros comerciales y un agresor que blandió un cuchillo ante un policía. En mayo de 2014, un ciudadano francés con un año de experiencia en Siria mató a tres personas en un museo judío en Bélgica. En marzo de 2012, un ciudadano francés radicalizado con entrenamiento en Afganistán y Pakistán mató a tres paracaidistas franceses y a tres niños y un profesor en una escuela judía en Tolouse.
Como miembro principal de la coalición internacional que bombardea a ISIS, Francia sigue siendo un objetivo clave. ISIS públicamente juró vengarse contra Francia y otros miembros de la coalición.
La continua lucha contra el radicalismo religioso violento aún sigue siendo global y generacional en contexto. El ataque en contra de la oficina de la revista francesa no es el primero ni será el último de su tipo. El camino que tenemos por delante estará marcado por más tragedia.
En el futuro previsible, las amenazas yihadistas pueden ser contenidas y controladas. Solamente un esfuerzo colectivo transnacional y coordinado que se enfoque en medidas inmediatas a corto plazo y en objetivos estratégicos a largo plazo puede, de manera efectiva, confrontar estas amenazas violentas. La victoria no se alcanzará en una fecha o un momento determinado. El progreso solo puede alcanzarse gradualmente durante un período de tiempo prolongado.
La versión de este artículo en inglés fue publicada en The Huffington Post