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Por Patrick Gillespie

NUEVA YORK (CNNMoney) — Rosana Rodríguez fue al restaurante local de McDonald’s en Venezuela y descubrió que faltaba un elemento clave en el menú: papas fritas.

No solo el McDonald’s de su ciudad natal de Puerto Ordaz, sino que todos los McDonald’s de Venezuela se quedaron sin papas fritas. La nación sudamericana no puede permitirse el lujo de pagar muchos bienes importados, entre ellos las papas fritas.

Es una muestra más de la caída en espiral de la economía del país, en la que muchos expertos pronostican que el país caerá este o el próximo año.

Venezuela depende en gran medida de los ingresos petroleros para financiar al gobierno y pagar por artículos importados. Según Brookings Institution de Washington D.C., alrededor del 70% de sus bienes de consumo, entre ellos las papas fritas, son importados.

Afectada por el petróleo: la economía ya afectada está recibiendo un golpe mucho más fuerte, ya que los precios del petróleo bajaron de más de 100 dólares el barril en julio a aproximadamente 45 dólares en la actualidad. El año pasado, el bolívar, la moneda del país, se devaluó más que cualquier otro país, perdiendo un 60% de su valor. Fue aún peor que el rublo ruso.

Las protestas y la violencia son cada vez mayores en las ciudades venezolanas, ya que es difícil conseguir alimentos y artículos básicos. Rodríguez dice que a menudo ve largas filas de personas, de hasta cuatro horas, en los supermercados solo intentando comprar una bolsa de harina.

“Es una aventura comprar leche, azúcar, harina, aceite, carne…”, dice Rodríguez, enumerando muchos otros artículos. “La vida de los venezolanos ha cambiado mucho. Es triste ver esto”.

Buscando ayuda externa: Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, visitó países de la OPEP, así como China y Rusia esta semana, en busca de fondos para ayudar a su economía y evitar la recesión. Maduro dice que China y Qatar ya han prometido enviar fondos.

Pero el panorama para Venezuela se volvió aún más sombrío el martes, cuando Moody’s bajó la categoría de deuda de la nación a Caa3, el mismo nivel que la conflictiva Ucrania. Los expertos dicen que existe una alta probabilidad de recesión ya sea este año o el próximo.

“El país está implosionando”, dice Russell Dallen, socio administrativo de Caracas Capital Markets, una compañía con sede en Miami que se especializa en valores latinoamericanos. “Venezuela no podría pagar sus deudas con el costo del petróleo a 100 dólares el barril y, definitivamente, será mucho más difícil que las pague con el precio actual de 40 dólares el barril”.

Venezuela no vende lo suficiente de su petróleo para cubrir su deuda, dice Dallen. Aunque Venezuela produce alrededor de 2,3 millones de barriles de petróleo al día, los venezolanos consumen la tercera parte de esa cantidad y casi no pagan nada por ella. Aunque el país también envía una gran cantidad de petróleo a China, el ingreso, casi en su totalidad, sirve para pagar las deudas anteriores, según indicó Dallen.

Este año, la nación sudamericana tiene una deuda por pagar que asciende a 11.000 millones de dólares. Según los expertos, el momento crítico tendrá lugar en octubre, cuando alrededor de 5.000 millones de dólares de esa deuda se venzan. Maduro no le ha pedido ayuda financiera al Fondo Monetario Internacional ni al Banco Mundial.

Eso sería ir en contra de su política anti-capitalista, dice Harold Trinkunas, nacido en Venezuela y miembro senior de Brookings en Latinoamérica.

“Este es realmente el territorio donde el ingreso de Venezuela no es suficiente para satisfacer todas las demandas en cuanto a las importaciones y el servicio de la deuda”, dice Trinkunas. Él agregó: “La limitación de las importaciones en realidad está afectando las condiciones de vida básicas”.